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“La educación que no reconoce un papel altamente formador en la Rabia Justa, en la rabia que protesta contra las injusticias, contra la deslealtad, contra el desamor, contra la explotación y la violencia, está equivocada. Lo que la rabia no puede es, perdiendo los límites que la confirman, perderse en un rabiar que corre siempre el riesgo de convertirse en odio”, escribe el Educador y Filosofo brasileño Paulo Freire y estoy de acuerdo; sin embargo, pienso que cargarle toda esa responsabilidad a los profesores y profesoras no es justo, ya que en la vida cotidiana, existen otros espacios como por ejemplo el de los Medios de Comunicación que ejercen influencia en la educación de las personas y también deberían asumir esa responsabilidad formativa.
Bíblicamente la Rabia Justa es conocida como Justa Ira y caracterizada por ser una reacción en contra del pecado; por estar motivada por una preocupación hacia Dios, bíblicamente informada y adecuadamente controlada.
Llevado este concepto al plano humano; podríamos decir que La Rabia Justa debe estar guiada por el amor al pueblo, ser motor del cambio y productora de Vida Justa; lo que la diferencia radicalmente del odio, que está guiado por el egoísmo, por la desinformación, produce caos, no ataca a los problemas que causan las injusticias, la explotación y la violencia y no produce indignación por la pobreza, la miseria ni por la explotación de los humildes.
Volviendo al papel que juegan los Medios de Comunicación en este tema, me viene a la memoria en este momento, el papel formador de esa Rabia Justa que jugó la Red ERBOL y otras radioemisoras populares antes de la huida de Sánchez de Lozada y la llegada al poder del Presidente Evo. La información que se difundía desde estas radioemisoras, inconformó a los que se encontraban cómodos haciendo lo que hacían y a los que la pasaban incómodos sufriendo calladitos las acciones de un gobierno que pensaba en cualquier cosa menos en el bienestar de su pueblo; formó la conciencia del pueblo y produjo la transformación o “Proceso de Cambio” que hoy vivimos.
Para garantizar y profundizar el cambio, además de intervenir en el sistema educativo, es preciso que el Estado, implemente un Sistema de Medios de Comunicación que ayuden a la formación de esa Rabia Justa; Medios de Comunicación que nos proporcionen fundamentos para nuestra Rebeldía y no para nuestra Resignación; al fin y al cabo, la Rebeldía es el presupuesto para la Rabia Justa y esta, presupuesto para la transformación.
Sin embargo, si hacemos una rápida mirada de lo que ofrecen nuestros Medios de Comunicación (principalmente la Televisión privada); nos encontramos con que ésta “reduce a un mismo plano el pasado y el presente y sugiere que el futuro ya está hecho y que nosotros nada podemos hacer”*. Los noticieros son una confusión organizada; todas las cosas suceden tan rápido y al mismo tiempo que no queda espacio para la reflexión, el análisis y la reacción; apenas termina la noticia de un devastador terremoto en Chile, en México o en Nicaragua y ya nos están hablando de un espectáculo de belleza; para más adelante reportar al vivo y de manera superficial la noticia del levantamiento de un cadáver, de un asalto, una violación o un secuestro.
“Pensar acertadamente es superar al pensar ingenuo”, escribe Paulo Freire y ese “Superar” se gesta con información. El Presidente Evo, tiene su estilo; a través de la Radio y la Televisora estatales, cumple esa labor pedagógica cuando toma el micrófono en las concentraciones, en las entregas de obras, en los actos cívicos, desde las capitales pero también desde las provincias, acción que (en mi criterio) no es acompañada adecuadamente desde los medios Estatales.
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