Opinion

EL CAMBIO QUE FALTA
Desde el Chaco
Ubaldo Padilla Pérez
Jueves, 2 Enero, 2014 - 19:34

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Junto a mi esposa y mis dos hijos llegamos a la frontera con la Argentina con la idea de visitar Salvador Maza, más conocido como pocitos argentino. Luego de hacer la fila para el ingreso, un gendarme argentino nos pidió que nos registráramos en la oficina de migraciones de Bolivia y allí fuimos. Un funcionario con muy poca buena voluntad nos entregó un formulario que tuvimos que rellenar con grandes dificultades, mientras dos o tres coterráneos nuestros nos ofrecían sus servicios para el llenado del formulario por el precio de 30 Bs. cada uno. Cuando al fin entregamos los formularios llenos y firmados nos pidieron nuestras Cédulas de Identidad y los Certificados de Nacimiento de nuestros hijos y a pesar de que ellos portaban sus Cédulas de Identidad cuyos apellidos paterno y materno y dirección de domicilio coincidía con los de nosotros sus padres, no pudimos convencer a los funcionarios que eran nuestros hijos y que solo salíamos de Bolivia por media hora; en consecuencia tuvimos que darnos media vuelta, no sin antes preguntarnos.

¿Por qué mientras en el lado argentino no cobran ni un centavo por el ingreso a su país y nos registran rápido y electrónicamente, en el lado boliviano aún el registro es manual, lento y tiene un costo de Bs15?
¿Por qué no se discrimina a quienes solo vamos hasta la primera ciudad de la frontera de los que viajan a ciudades del interior de la Argentina para en todo caso exigirnos más o menos requisitos?
¿Por qué mientras los funcionarios argentinos muestran más cordialidad, los nuestros nos miran a todos como si fuéramos delincuentes?

Mi conclusión es que la diferencia radica en la ACTITUD que las personas tenemos respecto a las demás personas y respecto a la vida. Estudios realizados sobre la conducta de las personas de países con mayor producción de riqueza, dan cuenta que la mayoría de ellas en dichos países, cumplen con las siguientes reglas:
a)    Lo ético como principio básico; que hace innegociable mis principios
b)    El Orden; que me permite hacer todo en su tiempo y poner cada cosa en su lugar
c)    La integridad; que me hace actuar de la misma forma públicamente o en privado
d)    La puntualidad; que me evita perder mi tiempo y hacer perder el tiempo a los demás
e)    La responsabilidad; necesaria para ejercer mi libertad
f)    El deseo de superación; necesario para ser cada día mejor
g)    El respeto a las leyes y los reglamentos; condición para vivir en democracia
h)    El respeto por el derecho de los demás; condición para exigir mis derechos, y
i)    Su amor por el trabajo, que nos evita ser desocupados aun teniendo trabajo.

En mi opinión este es el cambio que falta, el cambio de ACTITUD, el cambio más difícil y más necesario, el cambio que evitará que vivamos un cambio que no cambia nada y para lograrlo necesitamos no solo de leyes duras que sancionen ejemplarizadoramente a los infractores de la norma sino también políticas educativas promotoras de esos cambios, medios de comunicación cómplices de esos cambios y una sociedad empoderada y consciente de esos cambios.