La desactivación y entrega de los misiles Chinos a Estados Unidos (EE.UU), armamentos donados a Bolivia el 2005, causó una profunda indignación en la población, sin duda este escenario representó la máxima expresión de sumisión de la soberanía nacional ante esta potencia mundial. Históricamente EE.UU siempre estuvo inmersa en la política del país y es que los gobiernos neoliberales (MNR, ADN, MIR) como en tiempos de la dictadura en la década de los 70 y parte de los 80 permitieron una intromisión cada vez mayor por la dependencia económica que se tenía con el país del norte.
Bolivia antes de la expulsión de la Agencia de Desarrollo Internacional de los EEUU (USAID) recibía $120 millones al año de ayuda. “Y parte de ese dinero era para apoyar a la oposición política”, denunció el ministro de la presidencia Juan Ramón Quintana. Quintana, además de la entrega de los misiles chinos, citó otras tres intromisiones de EE.UU en territorio nacional: 1) El apoyo al intento de golpe de Estado cívico-prefectural de Santa Cruz de la Cierra el 2008, 2) El pedido de inmunidad diplomática para soldados norteamericanos en territorio boliviano; y por último las pruebas científicas para evaluar el comportamiento físico en la altura sin el permiso del Gobierno boliviano el 2012.
Sin embargo esta intromisión no queda soslayada recientemente, en realidad esto viene desde muchos años atrás, un claro ejemplo fue el periodo de la revolución de 1952 donde el país dependía de los precios internacionales de la minería, en especial del estaño. La exportación de estaño representó un 70% de las ganancias de divisas y el 90% de los ingresos del gobierno; Estados Unidos compraba alrededor de la mitad de las exportaciones de estaño de Bolivia.
Y el gran temor de Víctor Paz Estenssoro es que EE.UU tildará el proceso revolucionario de “comunista”. Es decir que este imperio utilizaba su poderío económico para condicionar la dirección ideológica de los países contrarios a la visión de EE.UU además fue un momento en el que también se vivía la guerra fría que empezó en 1947 lo cual en mi opinión no ceso y se hace más notorio por el caso actual de Snowdeen y las posiciones antagónicas entre EE.UU y Rusia por la guerra civil en Siria, pero más allá de los casos es por el orgullo histórico que tienen ambos países.
Otro caso de intromisión fue el golpe de estado del general Hugo Banzer Suarez financiado por La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU, ya que veía con enorme preocupación el desarrollo de la asamblea popular donde se debatía un posible levantamiento armado de la clase proletaria a la permisividad del Gobierno del general izquierdista Juan José Torres. Pero no sólo en el plano económico EE.UU tuvo la habilidad de manipular al país a su antojo sino que también fomentó la consolidación de un “Narcoestado” en Bolivia.
La perpetuación de un “Narcoestado” en la década de los 80 fue posible gracias a que la CIA ayudo a los narcotraficantes a que se apoderarán de Bolivia para que de esa manera pudieran derrocar al presidente Jimy Carter en EE.UU. Ya que la mayoría de los agentes no apoyaban al presidente Carter porque consideraban que su política de drogas era mala para el país. La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) anunció que “Carter al suspender la ayuda a Bolivia será el único culpable del aumento del consumo de cocaína en los Estados Unidos”. El ministro de Interior Luis Arce Gómez, alias el “ministro de la Cocaína” prometió inundar los EE.UU con cocaína y cumplió con su promesa, fue el relato del ex agente de la DEA, Michael Levine en 1994.
El objetivo de EE.UU, mediante la CIA y la DEA, no era la lucha frontal contra el narcotráfico sino contra el comunismo. El tema de la lucha contra las drogas era una excusa más. Claro que era un tema prioritario para EE.UU pero para ese entonces no. Prueba de ello es que la CIA financió la creación de la Liga Mundial Anticomunista.
En 1985, asume la presidencia nuevamente Víctor paz Estenssoro que dará solución a la crisis económica que vivía el país con el decreto supremo 21060 que prácticamente privatizaba las empresas públicas y relocalizaba a miles de trabajadores mineros, era el inicio de ola neoliberal impulsado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) no solamente para Bolivia sino para toda América latina. Para el presidente Correa del Ecuador se trataba de recetas promovidas por EE.UU para favorecer a las empresas transnacionales y a las grandes corporaciones financieras con el propósito de adeudar a los países de América Latina, así también la rentabilidad era baja para los países periféricos ya que las transnacionales se lo llevaban gran parte de las ganancias. En Bolivia esta ola neoliberal concluirá con la asunción de Evo Morales a la primera magistratura del país que reivindicará la soberanía nacional ante la intromisión estadounidense.
El presidente Evo Morales hizo grandes esfuerzos para que el país no dependa económicamente de los Estados Unidos. Los esfuerzos se centraron en reforzar a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) como el "Tratado de Comercio de los Pueblos" con Venezuela, Nicaragua y Cuba. La estrategia prácticamente consistía en reforzar las alianzas económicas y políticas fuera de la influencia directa de los EE.UU, lo cual causó malestar en la administración de Busch.
Y para evitar cualquier tipo o grado de intromisión de EE.UU, el gobierno de Morales optó por la expulsión de distintas instancias de relacionamiento con el país del norte tomando las siguientes medidas: En septiembre de 2008, el presidente Evo Morales expulsó al entonces embajador de Estados Unidos en La Paz, Philip Goldberg, quien supuestamente realizaba acciones de injerencia en asuntos internos. En noviembre del mismo año, el Mandatario decide suspender las operaciones en Bolivia del Departamento Antidroga de Estados Unidos (DEA), tras acusarlo de realizar “espionaje” y “conspiración” contra su administración. En noviembre de 2011, Bolivia y Estados Unidos firmaron en Washington el acuerdo marco. El documento establece las bases de un nuevo relacionamiento, tras la ruptura de 2008. En octubre de 2012, Morales afirmó que el dejar la dependencia de Estados Unidos fue un avance descolonizador. En mayo de 2013, Evo decide expulsó a Usaid de Bolivia acusándola de injerencia política, fuente La Razón.
Ahora el panorama es distinto los países de América Latina y el Caribe recuperaron su soberanía plena y la autodeterminación en sus decisiones dejando de lado las recetas del FMI y del Banco Mundial (BM) que no hizo más que empobrecer a la región. Por otro lado el interés geopolítico de EE.UU cambio de rumbo hacia el medio oriente, para el marxismo dicho intereses se centra pues en los recursos hidrocarburiferos, más al contrario Hamilton dirá que se trata de un choque de civilizaciones, el eterno odio de oriente a occidente, o viceversa, y tiene que ver con aspectos culturales y forma de vida, además la lucha por la imposición de una sola civilización.
Nada más falso de que EE.UU trae estabilidad democrática a los países que interviene, por lo general empeora la situación dejando una profunda incertidumbre y un vacío institucional. Siria no escapa de esa realidad ya que podría ser tranquilamente intervenida por EE.UU, de darse una intervención esto ocasionaría una ola de violencia en todo el medio oriente, e Israel aliado fiel aliado del país del norte, podría convertirse en objetivo clave a destruir. Entonces EE.UU no mide consecuencias, habla de democracia cuando no respeta la soberanía de otros países, habla de DD.HH cuando no respeta la vida al asesinar a más de 100 mil personas en el medio oriente (Irak, Afganistán, Pakistán, Yemen, Somalia, Libia y otros países), según la información filtrada por Bradley Maning a Wikileaks, tampoco respeta el Derecho Internacional Público que tanto pregona y más al contrario la infringe.