Opinion

VENEZUELA Y SU CRISIS
Ciclos
Humber Velásquez Torrico
Viernes, 7 Marzo, 2014 - 10:53

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Un buen Estado cuida y protege su economía incentivando la producción y garantizando el abastecimiento del mercado interno. El caso de Venezuela tiene un componente muy particular, si bien es cierto que se ha visto beneficiado por las bondades del gas y petróleo que en efecto causó la redistribución de las riquezas generadas por estos recursos naturales no renovables bajo el marco de un buen Estado socialista esto ocasionó una sobredemanda en la población por los productos de primera necesidad de la canasta familiar, lo que no sucede con la oferta en el mercado, es decir no hubo un crecimiento parejo entre la demanda y la oferta.

El presidente Evo Morales en una ocasión recomendó al presidente Nicolás Madura de que debe garantizar la producción para abastecer el mercado interno. Entonces más allá de las pugnas ideológicas o de la supuesta intromisión de EE.UU en los asuntos internos de Venezuela que puede ser válida, no encubre la crisis develada en este país de que evidentemente existe más gasto que inversión que viene acompañado por la falta de producción solución que pasaría por mayores incentivos a este sector.

El desabastecimiento ocasiona especulación y para contrarrestar estos males que le aquejan a Venezuela el Gobierno debe tener la capacidad de crear sus propias empresas y en otorgar mayores incentivos al pequeño y mediano productor, como ocurre en Bolivia. Esta redistribución de las riquezas que en sí no es mala, pero lamentablemente hace que la responsabilidad social e individual sea baja al ser una sociedad muy dependiente de los recursos naturales no renovables. Es decir es una sociedad fuertemente regulada por el Estado, cuando más bien el Estado debería crear valores empresariales sea para o fuera del mismo, caso contrario Venezuela seguirá importando más de lo que produce, pero no sólo eso sino que también hace que la competitividad sea baja.

Está claro que esta crisis económica repercute en la figura política de Nicolás Maduro porque le quita credibilidad y legitimidad y poco a poco el bloque opositor va ganando la simpatía popular y va afianzándose como una alternativa política. Además si hay algo que lo desfavorece al Gobierno de maduro es que las medidas que adopta son prematuras y desatinadas por citar un ejemplo respecto a la expropiación de las empresas a quienes no acaten sus “precios justos”,  y cómo se puede garantizar precios justos cuando existe desabastecimiento que va de la mano de la especulación, entonces no existe una política pública seria que realmente solucione este problema.

La solución a este problema pasa por el incentivo al pequeño y mediano productor, así como otorgándoles seguridad jurídica, asimismo que el Estado tenga la capacidad de crear sus propias empresas, de esa manera se generaría mayor competitividad y mayor oferta en el mercado para abastecer la sobredemanda que existe en la sociedad venezolana. No se trata de asumir medidas radicales, ni discursos demagógicos o antagonismos de clase, sino de trabajar de manera concertada y consensuada con todos los sectores, tal como recomendó el ex presidente Lula Da Silva al presidente Evo Morales de que los gobernantes deben saber gobernar para todos, para ricos y pobres, para empresarios y no empresarios.