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El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, denunció este miércoles a fundaciones estatales de Alemania y Estados Unidos de financiar las actividades del senador opositor Oscar Ortiz para que a través de su fundación Nueva Democracia realice trabajos de conspiración contra el Estado boliviano.
Quintana en conferencia de prensa en Palacio Quemado, identificó a la Fundación Konrad Adenauer de Alemania, Net de Estados Unidos y Atlas Network, como las fuentes que transfieren recursos financieros a las cuentas de Nueva Democracia con el fin de promover intereses de empresas extranjeras.
Dijo que enviará al Senado Nacional los datos para que a través de la Comisión de Ética se investiguen, “delitos flagrantes” que Oscar Ortiz estaría cometiendo al utilizar un pasaporte diplomático obtenido en su condición de senador, para gestionar recursos económicos en cerca de 50 viajes al Estado para sostener reuniones en el extranjero.
Identificó los delitos de incompatibilidad e incumplimiento de funciones, uso indebido de influencias, complicidad, conspiración y sedición contra la seguridad interna y externa del Estado Plurinacional.
El ministro manifestó que la fundación Atlas está vinculada a empresas petroleras, de uranio y otras de extractivas de recursos naturales en el medio oriente, donde operarían gracias a la invasión de Estados Unidos sobre países como Irak,
Con ese argumento, acusó a Ortiz de recibir dineros “manchados de sangre” para fines contrarios a la función de un senador del Estado Plurinacional, del que recibe un salario en su calidad de servidor público.
Dijo que así como Ortiz es bueno acusar a funcionarios del Gobierno por una aparente falta de transparencia de actos de corrupción, sería bien que “se vea en el espejo” y transparente el origen, uso y destino de sus actividades que desarrolla a través de la fundación Nueva Democracia, a la que acusó también de traer a un analista chileno de corte Pinochetista para dar charlas de orientación a jóvenes de Santa Cruz.
Emplazó al senador Ortiz para que junto a él, se someta a una investigación de cuentas bancarias tanto nacionales como extranjeras, para que la población sepa los estados financieros de la fundación y no se quede bajo sospecha de “ser un lavadero de plata de empresas trasnacionales”.
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