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La previsión de la Asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA) parece un déjà vu, pero es solo un nuevo intento por atajar la crisis en Venezuela. En el arranque de su edición número 48, que se realizará este lunes y martes en Washington, está predicho que el centro de las discusiones sea el país gobernado por Nicolás Maduro. Estados Unidos sostiene que cuenta con los votos necesarios para suspender al país de la organización más importante de la región.
La OEA tiene la voluntad para abordar el deterioro institucional en Venezuela. El embajador estadounidense del organismo, Carlos Trujillo, sostuvo que hay 24 de los 35 países dispuestos a aprobar el punto 24 del temario, que invita a tratar "la situación en Venezuela". En concreto, Trujillo afirmó a AP este domingo, que el objetivo es hablar de tres temas principalmente. El primero, el humanitario. La semana pasada el presidente del organismo, Luis Almagro, envió a La Haya un informe para que investiguen delitos de lesa humanidad en Venezuela, donde se señala al presidente Nicolás Maduro como uno de los “autores intelectuales de la represión”. El segundo asunto tiene como fin que nadie reconozca las últimas elecciones como legítimas; y el tercer tema será la posible suspensión.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, tiene pensado pedir personalmente a los países que suspendan a Venezuela de la OEA, durante una recepción que ofreció este lunes por el subsecretario de Estado, John Sullivan, en la Casa Blanca. Pence ya planteó su intención ante el consejo permanente de la OEA el 7 de mayo, pero ahora quiere que los miembros del organismo tengan el "coraje para actuar" y advirtió que tomará nota de quienes no lo hagan.
Según la Carta Democrática Interamericana, un Estado puede ser suspendido de la OEA por dos tercios de los votos de la Asamblea General. Esta sanción sólo se ha aplicado a dos países anteriormente: Honduras, en 2009, después del golpe de Estado que depuso a Manuel Zelaya como presidente; y Cuba tras el triunfo de la Revolución de Fidel Castro, en 1959.
A pesar de que no está en el borrador de temario, Nicaragua también se encamina a dominar los debates en la OEA por la ola de protestas contra el gobierno de Daniel Ortega, que desde que estallaron el 18 de abril ha dejado más de un centenar de muertos en medio de una feroz represión de la fuerza pública y grupos armados que la apoyan. Una delegación opositora viajó a Washington para presionar por la inclusión del conflicto en la agenda de la Asamblea General.
TOMADO DE EL PAIS
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