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"Es inaceptable el trato que está sufriendo esta comunidad (de indígenas Enxet de Sawhoyamaxa, en el Chaco paraguayo), que ha sido obligada a vivir al lado de la ruta en condiciones de miseria", declaró el vocalista de Calle 13, René Pérez Joglar, Residente, según un pronunciamiento dado a conocer por la organización Amnistía Internacional Paraguay.
"Necesitan sus tierras ancestrales para poder cuidar su cultura y tener la posibilidad de desarrollar sus actividades tradicionales, que les permite sobrevivir, como la caza, la pesca y la recolección. Por eso nos sumamos a esta causa con Amnistía Internacional, para exigir que se les restituyan sus tierras ancestrales a través del proyecto de ley de expropiación", agregó el músico de la banda puertorriqueña, antes del concierto del pasado fin de semana.
Calle 13 ha trabajado anteriormente con Amnistía Internacional y se ha interesado por el trabajo que realiza la organización en Paraguay, junto a Tierraviva, a favor de comunidades indígenas en el país, según el informe.
"El grupo ha querido sumar su voz al trabajo y exigir que los legisladores del Paraguay voten a favor del proyecto de ley de expropiación de las tierras ancestrales de la comunidad Sawhoyamaxa para así cumplir con la sentencia de la Corte Interamericana sobre el asunto", destaca el comunicado.
"Nos sentimos muy contentos con el apoyo de Calle 13 a la causa de esta comunidad que hace años lleva reclamando la restitución de sus tierras ancestrales y exige justicia. Calle 13 ha colaborado con nuestra organización en causas de hondo contenido de derechos humanos y eso lo agradecemos", destacó Rosalía Vega, directora ejecutiva de la Sección Paraguaya de Amnistía Internacional.
Una larga lucha
La comunidad Sawhoyamaxa comenzó a reclamar la restitución de sus tierras ancestrales al comienzo de los años 90, momento en el que se situaron al borde de la ruta que atraviesa las tierras que se encuentran entre Pozo Colorado y Concepción. Acudieron a todas las instancias que provee el Estado paraguayo, sin embargo, nunca obtuvo justicia, solo obstáculos, según destaca Amnistía Internacional.
En el año 2000 se agotaron todos los mecanismos internos para resolver este asunto, cuando el Poder Legislativo rechazó un proyecto de ley para expropiar sus tierras. Esto permitió a la comunidad, que fue acompañada por Tierraviva, acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). Esta sentenció a favor de la comunidad en el año 2006, exigiendo que el Estado paraguayo le restituya las tierras y que invierta en el desarrollo de esta comunidad. Además, la Corte IDH responsabilizó al Estado por la muerte de varios integrantes de la comunidad, quienes murieron por razones prevenibles. Al Estado le fue otorgado tres años para cumplir con esta sentencia, pero casi ocho años después no ha tenido la voluntad de cumplirla.
El Estado paraguayo es el único de la Organización de Estados Americanos (OEA) que cuenta con tres sentencias en su contra por violar el derecho colectivo de las tierras ancestrales de comunidades indígenas. Las otras sentencias corresponden a otras dos comunidades que, al igual que los Sawhoyamaxa, también pertenecen al Pueblo Enxet Sur, conocidos como Yakye Axa (2005) y Xámok Kásek (2010).
El 14 de agosto de 2013 el Poder Ejecutivo presentó otro proyecto de ley para expropiar las tierras de la comunidad Sawhoyamaxa al Senado. Este está siendo estudiado por la comisión de Reforma Agraria y Bienestar Rural y Hacienda y Presupuesto. La comisión de Cuentas y Control de la Administración Financiera del Estado ya dictaminó a favor de la expropiación. El Poder Legislativo tiene así una segunda oportunidad para hacer cumplir las obligaciones del Estado en materia de derechos humanos o seguir violando los mismos. (ÚltimaHora.com)
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