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Indígenas, jóvenes y migrantes están entre los objetivos prioritarios a los que el papa Francisco quiere aproximarse en los diferentes puntos de la geografía de México que tocará durante su próxima visita al país latinoamericano del 12 al 17 de febrero próximos.
"El papa no viene a México porque seamos muy importantes, sino porque hay problemas. No viene a visitar a sus amigos (...) sino a traer signos de la misericordia de Dios y a urgirnos ser más misericordiosos con los pobres. Entre estos pobres, están los indígenas y los migrantes", aseveró Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas, estado de Chiapas.
En un artículo titulado "Francisco: Pueblos originarios y migrantes", publicado en la página web de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el prelado mencionó a otros sectores como los presos, los enfermos y los ancianos. "No excluye a todos los demás, pero tiene sus prioridades", abundó.
Entre los encuentros multitudinarios que el pontífice presidirá durante su visita figura en primer lugar la misa que oficiará el 13 de febrero en la Basílica de Guadalupe, foco de la devoción de los mexicanos a la Virgen y visitado por unos 20 millones de peregrinos anualmente, en el norte de la Ciudad de México.
Para la asistencia a ese evento la jerarquía católica mexicana ha asignado 35.366 pases, pero se espera la concurrencia de cientos de miles de fieles más en los alrededores del santuario.
Al día siguiente encabezará otra celebración litúrgica en un predio adyacente a un centro de estudios superiores en el municipio de Ecatepec del Estado de México, vecino de la capital mexicana, en la que se esperan 300.000 asistentes.
El 15 de febrero se trasladará al sudoriental estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala, uno de los más pobres y con mayor población indígena, donde alrededor de 27 % de los habitantes hablan alguna de las lenguas originarias del país y 14 % de ellos no hablan español.
También es el estado con menor proporción de católicos del país con alrededor de 58 % frente al 83 % nacional y el escenario del levantamiento zapatista en 1994.
Allí el catolicismo se ha sincretizado en algunas regiones con creencias y prácticas prehispánicas. Ha florecido igualmente la corriente de la teología de la liberación, con reivindicaciones de tipo social.
En ese estado, el papa tendrá un encuentro con comunidades indígenas en el Centro Deportivo Municipal de San Cristóbal de las Casas, donde celebrará misa ante 100.000 personas, la mayoría pertenecientes a pueblos autóctonos.
"Esperamos que el encuentro del Santo Padre con ellos en San Cristóbal de Las Casas anime a todo el pueblo mexicano a darles el lugar que les corresponde en la sociedad y en la misma Iglesia", expresó la CEM en un comunicado el pasado 24 de enero.
En esa diócesis el 75 % de la población es indígena, predominando las etnias tzeltal, tzotzil, chol, tojolabal y zoque.
Consciente de la diversidad de Chiapas, la CEM subrayó que "el Papa no viene a enfrentar a los grupos sociales, sino a tender puentes, a ayudarnos a derribar muros que separan, a animar la integración humana y cristiana de pobres y ricos, de indígenas y mestizos, de quienes viven su fe en forma más tradicional y quienes la asumen con su dimensión social imprescindible".
Un día más tarde el líder católico se trasladará a Morelia, capital del estado occidental de Michoacán, donde tendrá un encuentro con jóvenes en el Estadio José María Morelos y Pavón, al que podrán ingresar 85.000 personas.
El secretario general de la CEM, Eugenio Lira, ha declarado que "uno de los momentos más emotivos durante el viaje apostólico del papa será el encuentro con la juventud mexicana" en Morelia.
"No solamente van a participar jóvenes católicos, sino que están invitados jóvenes que no están cerca de la Iglesia o no forman parte de ella. Porque como ha dicho el papa Francisco: 'Jóvenes, aunque piensen diferente, aunque tengan un punto de vista diferente, quiero que vayan acompañados, juntos, buscando la esperanza, buscando el futuro y la nobleza de la patria'", recalcó.
En la última escala de su gira mexicana, Francisco estará el 17 de febrero en el norteño estado de Chihuahua, donde se reunirá con unos 800 reos en una prisión de Ciudad Juárez.
Posteriormente encabezará una misa con migrantes y víctimas de la violencia en la Feria de Ciudad Juárez, urbe fronteriza con Estados Unidos de triste fama como tierra de cárteles del narcotráfico y por los cientos o acaso miles de mujeres asesinadas allí desde la década de 1990.
La CEM ha informado de que el papa presidirá la misa en Juárez, para la que se asignaron 210.760 pases, "con el deseo de manifestar su cercanía y solidaridad con los migrantes, así como de hacer conciencia de la necesidad de respuestas humanas ante la realidad de la migración".
"Un momento muy significativo será cuando el papa se acerque a la línea fronteriza para orar y saludar a los fieles congregados en la frontera de Estados Unidos. Con este gesto, el santo padre recordará a todos que 'quien recibe al otro recibe a Dios en persona'", puntualizó. (Terra)
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