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La sobreexplotación, alta sedimentación, contaminación del Pilcomayo por residuos mineros y el cambio climático provocan que el sábalo esté en el umbral de su extinción, según alertó la Dirección de Biodiversidad de la Gobernación de Tarija.
En los últimos cinco años, se redujeron considerablemente la biomasa y el tamaño de esa especie piscícola que están por debajo de los rangos permisibles.
Actualmente el sábalo tiene una talla de 29 a 32 centímetros cuando debería tener una longitud de 35 a 38 centímetros y su peso oscila de 600 a 700 gramos en lugar de más de 1 kilo.
La directora de Biodiversidad, Estela Serrano, confirmó que por estos factores negativos el sábalo ingresa al umbral de su extinción que si no se aplican medidas de protección corre con ese riesgo.
Frente a esta realidad, Serrano sugirió hacer una pausa prolongada de la pesca comercial del sábalo en el río Pilcomayo o de manera alternada para permitir la extracción a los pueblos indígenas que son su sustento alimenticio y viven económicamente de esa actividad.
A esto se suman la aplicación de un plan de manejo de extracción, el uso de redes de captura con dimensiones adecuadas y promover la cría en estanques construidos.
Para el director del Centro de Estudios Regionales de Tarija (Cerdet), Guido Cortez, más allá de estos factores existe una crisis de ciertos bañados por los taponamientos de agua que no permiten la subida de cardúmenes a lo largo del Pilcomayo.
“Cuando hay poca agua mueren centenares por falta de oxigenación. De un sábalo madre se sabe que deposita hasta 500 mil huevos o alevines”, afirmó.
La Gobernación de Tarija, a través de una resolución, levantó la veda pesquera en el río Pilcomayo a partir del primero de este mes, frente a la presión ejercitada por los pueblos Weenhayek, Guaraní y Tapiete. (El Deber)
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