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El representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para Bolivia, Marco Luigi Corsi, informó que al menos 60.000 niños y niñas sufrieron las consecuencias de las inundaciones en el país.
“Calculamos unos 60.000 niños y niñas. Pero hay un compromiso fuerte de la Gobernación (de Beni) y (el gobierno) nacional en la entrega de alimentos”, afirmó.
La pérdida de las propiedades y bienes de las familias también tiene consecuencia en el nivel psico-afectivo de la niñez. La recuperación será coadyuvada por el UNICEF.
Algunas familias que se encontraban refugiadas en establecimientos educativos están siendo desplazadas a las carpas denominadas “espacios amigables” para que la niñez pueda volver a clases.
“Son (aproximadamente) 2.000 carpas, es el dato del Viceministerio de Defensa Civil, que del mismo hay 54 que son utilizadas como carpas escolares y espacios amigables”, argumentó.
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