Opinion

LOS FONDOS SIN FONDOS
Justo y Cabal
Victor Hugo Maidana Alcoba
Viernes, 4 Diciembre, 2015 - 17:57

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El fondo de Desarrollo Indígena Campesino, FONDIOC, sigue haciendo noticia y se ha convertido en una  especie de caja llena de sorpresas.

Quienes manejaron en el pasado reciente esa institución, están cayendo  a la cárcel como moscas unas tras otras acusados de corrupción y mal manejo de dineros del estado.

No cabe duda que  les ha llegado la mala hora a algunos poderosos, que están soportando algo así como un baldazo de agua congelada, fría y dura como la piedra.

Los que pensaron que la plata del pueblo crecía  en las masetas y sin piedad alguna arrancaron sus hojas para metérselas a los bolsillos, se equivocaron de cabo a rabo, les salió el tiro por la culata, fueron por lana y salieron trasquilados.

Sin  distinción, dirigentes, asambleístas y   otros,  están yendo a parar al banquillo de los acusados, algunos ya guardan detención tras las rejas, desde donde enfrentaran el juicio que les sigue el estado.

Quizás salgan bien o salgan mal de los juicios, el tiempo y las aguas lo dirán, de lo que sí, se puede estar seguros es que estos sujetos escribieron su nombre en el cuaderno de los “sin vergüenzas”,  la memoria pública no se borra ni con la mejor lavandina, cuando el blanco se mancha, manchado queda.

Los ratiers, los cacos, los cow boys,  los luntatas y los suas, ( Rateros, en todos los idiomas, incluso en los originarios quechua y aimara)  casi  siempre merodean los fondos para caer al fondo sabiendo que no hay fondo.

Revisando la historia,  los fondos de pensiones, viviendas, etc. etc. todos terminan con observaciones e intervenciones. ¿Será  que estos lugares  son una especie de arca abierta donde hasta el santo peca, que será no?

Uno de los casos de lo que sucedió es el emblemático  caso FREP, Fondo de Retiro del Empleado Público, de los años 70 - 90.

El proceso judicial de este caso, después de quince años sigue en pie, los trabajadores de la administración pública que aportaron sagradamente para un bono de indemnización el día de su retiro de su fuente de trabajo, por poco caminan mendigando para que se les devuelva lo que les corresponde y no les devuelven nada hasta ahora.

Un buen día llegaron al FREP, unos muchachos, de cuello blanco y parecido a lo que hoy  sucede con el fondo campesino, desviaron los dineros a sus cuentas particulares, se compraron propiedades por aquí y por allá y la plata de los trabajadores  se fue al fondo perdido.

Los caballeros de ese entonces hoy deben ser “venerables ancianos”, también fueron a parar a la cárcel algunos.

Han pasado más de quince años y los cuerpos de los expedientes judiciales rebasan las diez mil fojas, hay una sentencia ejecutoriada  en favor de los trabajadores, pero, tristemente ellos no recuperan sus fondos. Parece que no hay autoridad que  les haga devolver sus propios aportes.

Lo dicho no es un cuento, el caso está radicado en un juzgado de la ciudad de El Alto, donde el juicio  se sigue dilatando y dilatando.

Muchos trabajadores incluso ya pasaron a mejor vida con la esperanza de recuperar sus aportes, mientras la justicia  se sigue tardando en llegar.

De repente la pobre justicia está muy ocupada persiguiendo a los pillos  y asaltantes de  los fondos que  un día, por gracia de la muñeca,  se disfrazaron de “autoridades”.

En el FREP los ejecutivos vestidos a lo dandis, se llevaron la plata , en vistos maletines tipo james bond el  famoso agente secreto 007, eran personas  letradas, con títulos de licenciados y todo, en verdad el titulo no hace al hombre es al revés, el hombre hace al titulo.

En el tema del Fondo Indígena Campesino, es posible que gente involucrada sea sin mayores títulos universitarios y vestidos con menos elegancia, pero que también había sabido aprovecharse de las circunstancias, haciendo toda clase de matufias, para entrar al fondo de los fondos y sacarse a manos llenas la platita, es decir los fondos

Si antes se llevaban dinero en maletines hoy habían sabido hacer lo mismo, solo que en qhepirinas y aguayos. (Lonas, manteles que usan por los  hombres cargadores y  frisos de tejidos andinos multicolores usados por las señoras de pollera para cargar bultos, respectivamente)

En el fondo hay  pocas diferencias entre ayer y hoy, cambiaron los colores de los antifaces de los aficionados de la plata del pueblo y también aparecieron en la escena junto a los chicos malos, las chicas malas, es decir que al lado de los ladrones habían sabido actuar las grandes ladronas, en el caso FREP los involucrados eran puro chachas (varones) ahora  en el FONDIOC,  por igual  están chachas y  warmis (mujeres).  Probablemente esa sea la novedad.

El fondo tiene colores grises, muestra lo profundo, en ocasiones no se ve su final, estas hondonadas  habían sido  por lo general, los lugares preferidos  de la ratas que dejan a los fondos sin fondos.

GRACIAS Y VOLVERE PRONTO PARA SEGUIR HABLANDO JUSTO Y CABAL.