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En un final para el infarto, Holanda le ganó a México y se metió entre los ocho mejores del Mundial. Con sufrimiento y mucho coraje, ganó por 2-1 en Fortaleza y sumó su cuarta victoria consecutiva. Ahora, espera por el ganador del duelo que sostendrán esta tarde Costa Rica y Grecia. El equipo de Van Gaal confirmó su favoritismo y es el más goleador (12) del certamen. México, por su parte, sigue sin alcanzar los cuartos de final sin ser anfitrión.
Parecía de México. Lo tuvo en sus manos hasta los 43 del segundo tiempo. Pero se metió muy atrás y se fue de Brasil con las manos vacías. Había ideado un partido inteligente, con superpoblación de volantes, mucha tenencia de pelota y paciencia. Así, México inquietó dos veces por sendas proyecciones de Layún. Primero con un remate de media distancia, y luego con un tiro bajo que cruzó el arco. También Salcido probó de lejos y obligó a Cillessen a despejar al tiro de esquina. A los 24, todo era de los mexicanos. Inclusive la potestad de reclamar por un penal sobre Oribe Peralta, tras recibir un golpe en la cabeza. .
Recién a los 26, Holanda dijo presente. Van Persie se filtró entre la defensa de México y definió apurado. Pero todo fue de México bajo el asfixiante calor de Fortaleza. A los 42, combinaron Oribe Peralta, Guardado y Giovani Dos Santos. Pero el remate cruzado del delantero del Villarreal fue rechazado por Cillessen. En la última acción, Robben puso quinta y se metió en el área. Moreno lo barrió. Penal no cobrado por el portugués Proenca.
En el comienzo del complemento, México sacó pecho. Dos Santos, el más movedizo y molesto del conjunto azteca, se despachó con un zurdazo bajo que se le metió en la ratonera del arquero holandés. Entonces, empezó otro partido. Holanda dejó la tibieza de lado y acorraló a su rival. Robben y Sjneider probaron de afuera sin suerte. Pero, con suerte, Ochoa le sacó el empate a De Vrij, a un metro del arco. Manotazo a puro reflejo y palo para recordar sus tremendas atajadas contra los brasileños.
Holanda empujó. Si ideas, y sin Van Persie, reemplazado a los 30 por Huntelaar. Robben se puso el equipo al hombro y tuvo el empate. Pero Ochoa le achicó el arco y se lo negó. Sin embargo, insistió y tuvo su premio a los 43, cuando Sneijder metió un bombazo que se metió junto al palo derecho de Ochoa. Esta vez, el arquero nada pudo hacer. Cuando todo indicaba que se iban a jugar 30 minutos más, Robben inventó un penal. Apenas lo rozó Rafa Márquez, se zambulló. El árbitro compró y Huntelaar lo cambió por gol. No hubo tiempo para más. Sólo para los festejos de los holandeses, que pasaron pero sufrieron más de lo imaginado. Pero, con Robben, todo es posible. (Tomado de Clarín)
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