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El Ensamble Moxos, grupo creado en una escuela de música situada en plena selva boliviana, les hubieran dicho hace unos pocos años que iban a triunfar en Alemania, Francia, Holanda, Luxemburgo, Bélgica, Suiza, República Checa y España, no se lo hubieran creído. Sin embargo, la agrupación ha recorrido más de medio centenar de ciudades desde finales de septiembre, recibiendo grandes críticas de especialistas en música barroca. Desde hoy, los guipuzcoanos podrán comprobar su trabajo y la belleza de su música con una serie de conciertos que comienzan esta tarde en Zumarraga y recalan mañana en Hernani, el sábado en Irun y el domingo en San Sebastián, informa diariovasco.com
El programa que interpretará este grupo formado por doce profesores de la escuela de San Ignacio de Moxos y cuatro alumnos, además de la directora, Raquel Maldonado, está centrado en su cuarto disco, titulado “Ichase Awasare - Pueblo Viejo”. El disco está dedicado a piezas de la tradición oral que estaban en peligro de extinción y que los propios miembros del grupo han rescatado. Así, el objetivo de la gira, que comenzó el pasado 18 de septiembre en Valladolid, es difundir en Europa las expresiones musicales del pueblo moxeño, tanto el barroco misional heredado de la época de las reducciones jesuíticas, como las manifestaciones puramente nativas. Con su labor han recuperado más de 10.000 páginas de música y de textos religiosos en latín, castellano e idioma nativo, que han aumentado el valioso Archivo Misional de Moxos, custodiado en la parroquia de San Ignacio.
Gira histórica y solidaria
En palabras de la directora de la agrupación, Raquel Maldonado, “estamos, sin duda, ante la mejor gira de la historia del ensamble. No podemos olvidar que nuestra escuela de música se sostiene fundamentalmente gracias a las giras europeas, que se realizan cada dos años porque tenemos comprobado que si fuera cada tres, nos quedaríamos sin recursos”.
La gira y el proyecto al que representa el Ensamble Moxos responden a una prioridad de Bolivia, que es la lucha contra la pobreza, entendida no sólo como la necesidad de superar la carencia de ingresos y bienes, sino también como la de ampliar los derechos, oportunidades y capacidades de la población más desfavorecida. El proyecto ofrece una alternativa de vida a sus alumnos, indígenas de familias que practican economía de subsistencia y que serán futuros profesionales, puesto que acceden gratuitamente a la educación musical. El concierto del domingo en Irun, que reunirá en el Amaia a setenta intérpretes con la orquesta Taupadak y los coros Ametsa Gazte y Txiki, se unirá a esta iniciativa solidaria.
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