Opinion

LA TELEÍNA
Desde el Chaco
Ubaldo Padilla Pérez
Jueves, 21 Noviembre, 2013 - 18:12

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La niña levantó la lata vacía de sardina, la arrojó con fuerza sobre la cara de su hermano cortándole el labio superior izquierdo; el niño ensangrentado corrió hacia la cocina, tomó un cuchillo y se abalanzó sobre su hermana gritando que le cortaría la cabeza; la niña tiene apenas 3 años, el niño 5 y esta historia no es invento, es (lo que yo pienso), el efecto de tanta exposición de nuestros niños a la caja negra, cada vez menos caja pero más negra.

Estudios realizados por numerosos investigadores; parecen confirmar que existe una relación entre el tiempo que pasan nuestros niños viendo televisión y algunos efectos nocivos para su salud física, mental y espiritual. La depresión, la obesidad, la falta de comunicación, la propensión al asma, el déficit de atención y la pérdida de interés por el deporte, podrían ser algunos de los efectos.

Es que la televisión vista en soledad y sin criterio formado, puede predisponer al televidente a ciertos comportamientos positivos o nocivos, dependiendo de qué es lo que se ve; por ejemplo después de ver consecutivamente escenas de violencia extrema, los niños (y hasta los adultos) podemos acostumbrarnos a ellas y hasta a pensar que eso tan anormal es normal y así nos vamos deshumanizando e insensibilizando.

A diario se ve porla  TV, noticias sobre secuestros de niños contra niños; asesinatos de adolescentes contra adolescentes, robos, atracos y violaciones; que los responsables de algunos medios difunden en grandes titulares y extensas coberturas, como si fuera una noticia digna de tal importancia, siguiendo la maléfica máxima que “para que una noticia sea buena, debe ser demasiado mala”; sin darse cuenta que los niños son fácilmente impresionables y pueden asumir que lo que ellos ven en la televisión es lo normal, seguro y aceptable; en consecuencia,exponen a los niños a tipos de comportamientos y actitudes que pueden ser fatales .

Claro que detrás de todo este negocio está el mercado, que no tiene familia, niños ni escrúpulos; por ejemplo los fabricantes de juguetes ganan millones acosta de los bolsillos de nosotros padres; los fabricantes de gaseosas y comidas chatarra, cambian los hábitos alimenticios de nuestros niños; exponiéndolos a contraer las enfermedades de moda como la diabetes y la obesidad.

Por eso los padres tenemos que aprender a ver televisión para poder enseñarles a nuestros hijos. Algunos expertos recomiendan retirar el televisor de la habitación de los niños; controlar que no vean programas con contenidos violentos, de alta carga sexual o donde se quiebran los valores, porque todo lo que ven lo van incorporando, sobre todo si son muy pequeñitos; pues, el niño aprende más de lo que ve y de lo que escucha, que de lo que le indican sus padres. Lo positivo es que al ser la televisión un poderoso medio de enseñanza también podemos exponerlos a programas educativos que pueden estimularlos en su buen desarrollo

Aquí hago un alto para recordar al padre Gregorio Iriarte y sus textos para la lectura crítica de los medios, que bien podrían servir como textos guía en las escuelas a fin de preparar sistemática y metódicamente a las nuevas generaciones para prevenirles de la droga que se enchufa, la Teleína.

Camiri, 21 de noviembre de 2013