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El fútbol es, indudablemente, pasión de multitudes. Eso fue refrendado en la Navidad recién pasada porque los días previos y posteriores a la definición del título de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano estuvieron cargados de una tensión que solo se ve en esas instancias finales.
Personas que generalmente hacen el papel de mirones en las redes sociales mandaron mensajes después de mucho tiempo, ya sea para apoyar a un equipo o atacar al otro. En medio del maremagno estuvieron algunos periodistas que no ocultaron sus simpatías y/o antipatías y se sumaron a los coros. Uno de ellos protestó contra Warnes porque, en su criterio, el Bolívar perdió el título cuando fue derrotado en ese municipio por el marcador de 3-2. “En ese pueblo con nombre gringo”, apuntó el colega y me alarmó.
Mi alarma se justifica por el hecho de que una frase de ese tipo provenga de un informador, de una persona que, por esencia, debería formar parte de los grupos que se encargan de instruir a la sociedad. Decir que Warnes tiene nombre gringo es tanto como declarar una tremenda ignorancia en ciencias sociales básicas.
No es necesario ser un erudito para saber que ese municipio se llama así en homenaje a Ignacio Warnes, que es uno de los próceres de Santa Cruz, y es la capital de la provincia del mismo nombre.
Eso debería ser suficiente para evitar exabruptos de esa naturaleza pero está visto que, tratándose del fútbol, las tarascadas son moneda común así que mejor ocupémonos un poco más del héroe que le dio nombre a aquella pujante localidad cruceña.
El apellido Warnes es originario de Países Bajos, Bélgica, Holanda y Luxemburgo pero el historiador Norberto Benjamín Torres nos ilustra en su libro “A vencer o morir con gloria. Biografía del coronel Ignacio Warnes” que ya el abuelo del prócer, Patricio Benito Warnes Geer, nació y fue bautizado en España. Su hijo Manuel Antonio Joseph Gervasio Warnes Durango vio la luz en Cartagena de Indias. Ignacio José Javier Warnes y García de Zúñiga, héroe de Santa Cruz, nació en Buenos Aires el 27 de noviembre de 1770. Fue uno de los muchos hijos que tuvo don Manuel Antonio. Su medio hermano mayor, Mathías Joseph, fue cura de las doctrinas de Tacobamba, Saavedra, Potosí; y de Colquemarca, Carangas, La Paz. Otro medio hermano, Mateo Joseph, fue cura en Tatasi, Chichas, Potosí. Un hermano más, esta vez de doble vínculo, Martín Warnes, combatió en el Ejército de los Andes, al mando de José de San Martín, y fue héroe de Cancha Rayada, Maipú, Talcahuano y Punta Colares.
El mismísimo Ignacio Warnes estuvo en la defensa y reconquista de Buenos Aires, combatió en las batalla de Tucumán y Salta al mando de Manuel Belgrano quien lo nombró gobernador intendente de Santa Cruz de la Sierra, Moxos y Chiquitos, territorios que defendió hasta su muerte, el 21de noviembre de 1816.
Por su ascendencia y antecedentes, es más americano que muchos de los que llaman “gringo” a aquello que suena a extranjero, en una actitud de intolerancia y rayana en la xenofobia.
Pero así como algunos ignorantes pueden confundirnos, afortunadamente existen otros que nos enseñan. Norberto es de estos últimos. Su libro de Ignacio Warnes es apenas uno de la colección biográfica de personajes de la independencia que el historiador chuquisaqueño ha ido presentando en los últimos años. Coincidiendo con los bicentenarios, Torres ha publicado trabajos científicos y esclarecedores sobre los esposos Padilla y Vizente Camargo. La biografía de Warnes, de 238 documentadas páginas, es su último aporte. Leerlos es un golpe a la ignorancia.
(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.
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