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Uno de los roles sociales que tiene la prensa es el control de los gobiernos. Los gobernantes son mandatarios, personas a quienes se confiere un mandato, una representación, el encargo de desempeñar las funciones de gobernar. Los mandantes son los habitantes de un país así que estos tienen la facultad de supervisar que su mandato se cumpla adecuadamente. Esa supervisión, o fiscalización, se cumple políticamente mediante el Poder Legislativo y socialmente a través de la prensa. El periodismo tiene, entre otras, la misión de supervisar el desempeño de los gobiernos.
Para los gobernantes o mandatarios, cualquier tipo de control es molesto así que se esfuerzan en evitarlo. Pueden evitar el control político controlando el Legislativo pero es más difícil eludir el control de la prensa.
Con ese razonamiento, Vladimir Hudec, teórico del periodismo, hablaba del “deseado control” de la prensa, la aspiración de los gobiernos de librarse de la supervisión de los medios.
Ya bien entrado el siglo XXI, algunos gobiernos ejecutan una estrategia para el control de la prensa mediante estos cinco pasos:
1) Reclutamiento.- Si se suma una buena cantidad de periodistas para un programa de gobierno o una causa política, se obtendrá control indirecto de los medios a través de los productos de los reclutados.
2) Desprestigio.- La prensa no tiene la simpatía de todos porque se entromete en los asuntos de todos. Es fácil desacreditarla acusándola de mentirosa. Si se la acusa permanentemente de mentir, el mensaje será recogido por las audiencias que terminarán por creerlo. Los periodistas reclutados ayudarán sumándose a la campaña desde adentro.
3) Comercio.- Los medios de comunicación social son bienes así que pueden adquirirse. Mientras más medios tengan un partido, un programa de gobierno o una causa política, podrán repetir más su mensaje y convertirán la información en objeto de propaganda.
4) Asfixia.- Por mucho dinero que se invierta, no se podrá comprar todos los medios así que los renuentes tendrían que desaparecer. Para ello se puede optar por diversas estrategias, desde silenciar a periodistas mediante procesos judiciales hasta privar a los medios de los ingresos que necesitan para cubrir sus costos.
5) Legislación.- Para la mayoría de los partidos, este debería ser el primer paso, porque ahorraría los anteriores, pero, por esencia, es el que más resisten los periodistas así que ahora se lo emplea como última alternativa. Es, simplemente, controlar a la prensa mediante una ley expresa. Si se siguió los pasos anteriores, la tarea ya no tendría que ser tan complicada.
Este listado no es un manual ni mucho menos, ni siquiera se aproxima a la estrategia que, según los politólogos, fue diseñada por expertos extranjeros para derribar gobiernos en cinco pasos. Se trata de simple aplicación del sentido común para conseguir el “deseado control” del que habló Hudec.
Con la prensa domesticada, al igual que el Legislativo, los gobiernos ya no tendrán control sobre sus actos y podrán manejar el aparato estatal a su antojo. Como ya apunté más de una vez en el mismo espacio, el objetivo de los políticos es el poder así que, cuando lo alcanzan, pretenden conservarlo el mayor tiempo posible. Si no hay ningún control sobre ellos, podrán lograrlo.
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