Paralelo 21

Más cerca de las estrellas

Pablo Pizarro - Guzmán

El director boliviano Juan Carlos Valdivia ingresa a un mundo complejo desde una visión particular. La narrativa de su largometraje Ivy Maraey adapta desde la ficción con lo documental la historia del “otro” pero desde la propia experiencia. Así Valdivia experimenta en carne propia y recorre con su cámara la “tierra sin mal”: un territorio ubicado al sureste de Bolivia en el chaco tarijeño, donde habita la cultura guarani, un pueblo noble y guerrero.

No es nada sencillo afrontar a dos culturas, pero Valdivia en su largometraje diseña una narrativa singular donde cuenta una historia de autoconocimiento desde la alteridad, es decir cómo me conozco y reconozco desde una mirada distinta/parecida. En este caso guaranís con criollos blancos o a la inversa. Ahí se inscriben las percepciones sobre la muerte y vida, sobre la naturaleza, convivencia y rituales. “¿Y cómo sabes tú?, como veo yo las cosas”, responde, al principio del film, una niña guaraní al director - actor.   

Ante esas características, Valdivia nos aproxima desde una visual poética y también cruda a un mundo cercano para los tarijeños, pero distante a la vez, mediante un relato donde se involucran pareceres que buscan comunicarse, comprenderse y reaprenderse entre sí. Cada cual con sus  fortalezas y debilidades. Eso sí, la guaraní más cerca de las estrellas y en tanto la occidental más lejana.

Sin embargo, me gustaría destacar la forma en que la filosofía guaraní se hace eco. Quiero decir, cómo las palabras de los viejos burubichas se pintaron de tonos musicales que danzaron hasta mi intimidad. Entonces, descubrí una profunda sabiduría en sus pensamientos que intrínsecamente nace de una cosmovisión universal mágica. Conocen, sienten y expresan el mundo desde otros colores que aún no logramos internalizar, a pesar de tantos años de coexistir.

En ese sentido, para corroborar lo antedicho, señalamos algunas ideas que se expresan en la película y que desbordan un conocimiento intenso: “Al principio solo había oscuridad, pero el dios Ñee Iya trajo la palabra que iluminó  y originó las cosas”. “El tiempo marca la forma de las cosas, cuando nacerán o morirán”. “Morimos para vivir, morimos para volar, morimos para brillar”. “Ser responsables con el universo antes que venga la oscuridad”. “Todo lo que se ve en el cielo es reflejo de la tierra”. “Solo el canto detendrá el caos del mundo”. “Morimos, porque el mundo se cansó del hombre malo”. “El corazón será nuestro único salvavidas”.

En ese contexto podemos argüir lo siguiente: Los pueblos de tierras bajas plantean la unidad de las cosas. Lo material es efímero. No existe la acumulación ni tampoco la sobreexplotación de los recursos. Se vive hoy. No hay individualidad, tan solo un nosotros.

Al frente tenemos una cultura indolente, cerebral, materialista, cosificada y explotadora, hablamos de la occidental y su paradigma del consumes luego existes. ¿En qué nos hemos convertido?, dizque, en dioses todopoderosos y omnipotentes?, en otras palabras, el mundo líquido que bosqueja Zygman Baumann.

 

Ustedes tienen la palabra.

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TARIJA CON EL SOL DE ABRIL

Pablo Pizarro - Guzmán

En Tarija el sol de abril luce incomparable. En abril algo duerme para siempre y algo nuevo despierta. Pasamos de los verdes intensos a los ocres, a los aromas y brisas que fluyen en otra sintonía. Es un mes personal que irradia luces concéntricas entre rojas, blancas y celestes

Abril en Tarija apasiona. Lo rugoso se convierte a suave y lo suave en caricias. Las miradas iluminan destellos briosos y los abrazos se vuelven esperanza. Los cantos, “tarijeños la fama pregona”, se elevan altivos hacia el cielo para que los dioses derramen sus bendiciones. 

Para los tarijeños el cuarto mes del año es como una mujer fecunda de piel morena y de luceros rasgados, que desde sus entrañas parió al valle con la savia destinada a forjar hombres y mujeres de bien. Es una matrona generosa que vuela entre las clavelinas que aún lucen en la estepa. Es una joven valiente que se rebela para defender sus ideales.  

Aquí estamos en Abril, con el perfume de los recuerdos simples. Los sabores de las abuelas. El pasar sencillo, cansino y cantadito. Los afectos envueltos en mantas de invierno. Y con la idea de haber encontrado nuestro lugar en el mundo: al sur, bien al sur del continente y el planeta. 

Aquí estamos en Abril, con la gloria a nuestros héroes y heroínas. Con los gritos de libertad, unidad, bienestar, lucha y fe. Con la ilusión puesta en el presente y también en el porvenir. Con la idea de que la historia nos une, generosa, cual madre que amamanta a sus montoneros que al pasar por el enemigo van abriendo surcos de esperanza.  

En éste confín del mundo el sol de abril nos atrapó, con sus grandezas y miserias, sus tristezas y alegrías. Lo nuestro no morirá, a pesar de algunas voces agoreras que destiñen tinta contaminada.   

No te vayas sol de Abril. Cuántas lunas pasarán para volverte a sentir. Y si te vas. Diles a los que desfilaron que aún quedan soñadores con el temple y los valores forjados durante 200 años de historia. 

Qué diferente brillará el sol de abril en su Bicentenario.

 

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TARIJA, POR UNA CIUDAD MÁS HUMANA

Pablo Pizarro - Guzmán

El estado de la ciudad de Tarija y su futuro mediato se posicionócomo un tema de opinión y debate público de alta frecuencia, tanto desde la ciudadanía, medios tradicionales y digitales.

Pasamos tiempos donde la ciudadanía transcurrió inerte ante la destrucción de la urbe y su habitabilidad, que a nombre de la modernidad y el progreso nosfuimos convirtiendo en una ciudad deshumanizada, en su más amplia expresión.

Nos referimos a un modelo de desarrollo urbano donde terminó instalándose la violencia, desigualdad y el individualismo, lo que se reprodujo en patrones a favor del automóvil, avenidas, urbanizaciones,o por el impulso ademoler antiguos edificios y/o abolir la dinámica delos barrios, eje articulador y de convivencia sana entre las personas.

Esto sucedió por los autoritarismos burocráticos, que no estuvieron a la altura de los tiempos históricos, dadas las decisiones unilaterales, cerradas, prebendales y deshonestas, lo cual originóhabitaren una ciudad en continuo estado de coma.

Sin embargo, la lucha no concluye. Desde la ciudadanía no claudicaremos a nuestros sueños, porque nos interesa legar para nuestros hijos una tierra con oportunidades y mejores condiciones humanas de vida.

Esto aún es posible. Para ello, deberemos crear y hacer cumplir políticas públicas con nuevas formas de mirar los fenómenos urbanos. De inicio apuntamos a tres factores claves desde donde abordar la vitalidad de una ciudad: calles, barrios y comunidades.

Empezaremos preguntándonos¿cómo perciben los vecinos a sus barrios?, ¿cómo usan sus calles?, ¿juegan los niños en las calles y parques?, ¿cómo interactúan los vecinos?, ¿cuánto compromiso existe ante lo público?, entre otros interrogantes.

Este tipo de planteamiento nace de la doctrina de Jane Jacobs, eminente urbanista y provocadora social, quien señala que involucrándonos en el imaginario de la gente, comprendemos e identificamos sus vínculos, relaciones formales e informales, uso y gestión de los espacios,obteniendo como consecuencia la revaloración de lo público como un bien de todos.

Entonces, deberemos actuar desde lo ciudadano y su empoderamiento hacia el espacio público, como principio natural de bienestar social, lo que nos acercaría a contar con una ciudad más humana y distanciada de la violencia y la inequidad.

Pablo Pizarro es comunicador social

 

 

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LOS TARIJEÑOS NACIMOS ARRIBA DE UNA BICI

Pablo Pizarro - Guzmán

Todavía me acuerdo de mi primera bicicleta, una pequeña Caloi de color guindo que me hacía sentir el niño más veloz de mundo en medio de los cañaverales y parques, allá en el viejo campamento del ingenio azucarero de Bermejo. Hasta que un día, algún dueño de lo ajeno se la llevó para disfrutar de la magia de andar pedaleando. Ni con el oráculo de la coca pudimos encontrar al malhechor.

Luego vino una bici más grande, otra Caloi de color plomo, con un asiento tapizado de negro y una parrilla para cargar las mochilas del colegio o a mis hermanos. Recorría las calles desde villa Fátima hasta el colegio La Salle de un solo envión. Con la bici me sentía dueño de las calles y del placer de sentir la libertad de a ratos.

Este tiempo de crianza con las bicis fue lo más común en Tarija.  Lástima que la modernidad trajo los autos y colectivos que al final terminaron invadiendo la ciudad y contaminando a diestra y siniestra. El transporte público creció sin un orden ni reglas claras. Los sindicatos privatizaron las vías como si fueran los amos y señores.

A pesar del colapso total del tráfico en Tarija, existe una esperanza de retomar a aquella cultura de la bicicleta. Para ello, se van conformando iniciativas ciudadanas que intentan reimpulsar a la bicicleta como un medio de transporte ecológico y también como un instrumento que favorece a una vida más sana y plena.

Es que la bicicleta ayuda a descongestionar las calles, a tener una mejor calidad de vida, no contamina el aire, no emite gases de efecto invernadero y tampoco produce contaminación acústica. Además previene la depresión, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares.

Sin embargo, para que de verdad la bici se constituya en un medio diario de transporte, la ciudad requiere resolver problemas estructurales que se han ido calcificando como una enfermedad. Debemos primero resolver los siguientes factores: adecuar el uso de las calzadas para los ciclistas, crear parqueos seguros para las bicis, organizar una instancia de préstamos de bicicletas, adecuar las vías y sus interconexiones para la seguridad de los pedalistas, modificar las normativas sobre tráfico y seguridad vial, concienciar y sensibilizar a la población, instaurar la integración con el transporte público y fundar ciclovías urbanas y rurales.

Hasta el momento existen algunos avances por parte del municipio para impulsar la cultura de la bicicleta, pero que al parecer todavía marcha lento, por ejemplo, aún no sé qué sucedió con los parqueos que habían sido anunciados o qué uso se da a las bicis que compraron para el nuevo parque urbano o en qué estado andan las ciclovías.

En este contexto, es tiempo ya de comenzar un movimiento serio que fomente el uso de la bici como medio de locomoción, para eso debemos en conjunto, sector público y privado más ciudadanos aunar ideas y actividades que impulsen para que la bicicleta se convierta en un medio vital de transporte en nuestra ciudad.

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SALVEMOS TARIJA

Pablo Pizarro - Guzmán

El futuro se forja desde el presente. Por eso, aquí y ahora es tiempo de desempolvar nuestras mezquindades y miserias humanas, obstáculos que impiden mirar el destino de un pueblo que espera ansioso sentir un faro que iluminelas certidumbres mínimas que necesitamos para el porvenir.

Primero, debemos superar nuestros obstáculos mentales y transformarlos en nuevos patrones culturales que contenga valores principistas, como la solidaridad, la no violencia, compasión, felicidad, participación, honestidad, y sobre todo conceder valor al bien común.

Cierto que avanzamos en muchos aspectos. Según una encuesta publicada por el colectivo Compromiso con Tarija, señala datos esclarecedores y alentadores sobre algunos indicadores que miden condiciones básicas para tener calidad de vida en la ciudad. Entre lo más relevante: 93% cuenta con iluminación en las calles, 88% cuenta con recolección de basura, 87% con transporte público cercano a sus domicilios, el 85% con calle asfaltada, adoquines o empedrado, 95% de las familias poseen electricidad y agua potable y 85% con red de saneamiento básico. Si estas cifras se corroboran, estamos ante una expectativa positiva de ciudad.

Sin embargo, aún tenemos deudas pendientes con la gente, como seguir luchando para erradicar la extrema pobreza, sobre todo en áreas rurales, prevenir la deserción escolar, equilibrar las oportunidades de género, ampliar las posibilidades de trabajo formal, acceso digno a la vivienda, atención con calidad y oportunidad en salud, créditos productivos y, ante todo, pasar de una mentalidad rentista al del conocimiento.

Ante este contexto dulce y amargo, lo importante sería ocuparnos del futuro debatiendo, reflexionando y proponiendo acciones a largo plazo que nos conduzcan a avanzar 50 años adelante. Además, tenemos un motivo muy justificado para hacerlo, como es la celebración de los 200 años de la épica batalla de la Tablada (1817 – 2017). 

Por este motivo, cabría iniciar una serie de encuentros multidisciplinarios que apuntalen a construir 25 ideas fuerza para que se conviertan en el motor del futuro, con el apoyo de la ciudadanía, sector público y privado, medios de prensa, universidades y organizaciones civiles, es decir el conjunto institucional del departamento de Tarija. En definitiva, un modelo tarijeño de futuro que trascienda las generaciones.

Tal vez, sea el momento de pensar nuestro tiempo, lo que somos y lo que queremos llegar a ser, mediante la participación de personalidades expertas en temas estratégicos, quienes podrían exponer con reflexión y plantear los mecanismo correspondientes que permitan demostrar y desarrollar una teoría para salvar a Tarija más allá del gas.

Claro, los sueños deben ser compartidos en un mismo sentido, ya que nunca una golondrina hace verano, como dice el diccionario popular del mundo, para ello, sería interesante demandar la necesidad de estos escenarios a la ciudadanía y a quienes detentan el poder de turno para que converjan e inicien un ciclo de foros con una mirada estratégica.

Entre los temas por plantear proponemos: ¿cómo hacemos de Tarija una ciudad más humana?, ¿cómo sintonizamos la planificación nacional, departamental y municipal?, ¿cómo revitalizamos el territorio con desarrollo económico local?, ¿cómo desconcentramos los servicios?, ¿cómo armonizamos entre el desarrollo económico y humano?, ¿cómo definimos nuestra integración caminera y cultural?, ¿cómo apoyamos el aparato productivo?, ¿cómo brindamos seguridad ciudadana?, ¿cómo hacemos para recuperar nuestra identidad en un entorno intercultural?, ¿cómo abordamos la preservación de nuestro medio ambiente?, y por último ¿cómo ofertamos una salud digna para todos y todas?.

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LA CIUDAD QUE SOÑAMOS

Pablo Pizarro - Guzmán

¿En el mundo habrá ciudades con alma? Tal vez sí o tal vez no. Pero deberán ser aquellas ciudades donde respiras el espíritu de las flores, la brisa de sus ríos y/o el aroma de la gente amable. Dónde el paso de la gente no es indiferente y en cada esquina recuerdas el sendero de la historia o el valor de la naturaleza.

Estas utopías, ahora, son planteadas en muchas ciudades del mundo. Debido a que la situación de vida se hace crítica, ya sea por la aglomeración de personas, tránsito desordenado y ruidoso, contaminación, vendedores en las calles y mercados abarrotados.

Para no llegar a este caos urbano, fue invitado a un conversatorio, Bernardo Toro, quien vinoa Tarija desde Bogotá – Colombia, gracias a la Fundación Avina y al Gobierno Autónomo Municipal de la provincia Cercado y la ciudad de Tarija. Una conversación que buscó reflexionar y proponersobre el proceso de las ciudades que anhelan una alta calidad de vida, como el proyecto, del cual participó Toro, denominado Bogotá - como vamos.

Bernardo Toro es un intelectual colombiano, graduado en filosofía (San Buenaventura) física y matemáticas (Quindío). Fue fundador y director de la revista “Educación hoy, perspectiva latinoamericana”, gerente de la empresa CENPRO televisión, presidente del Centro Colombiano de Responsabilidad Empresarial CCRE. Decano de la facultad de educación de la universidad Javeriana de Bogotá. Consultor temporal para Unicef, Banco Mundial y BID para Latinoamérica en educación, comunicación y movilización social. SeniorFellow del Instituto Synergos de New York.

Es decir, cuenta con una trayectoria profesional indudable, y si a eso le agregamos que Bernardo asume la palabra como poesía. Cuando se comunicaparece que estuviera cantando suavecito y al oído.Posee el don de la oratoria y el carisma colombiano, entonces escucharlo se transforma en un placer interior.

Desde su enfoque, el filósofoplanteó para la ciudad de Tarija su tesis: la confluenciade transacciones en los intereses: sociales, económicos, políticos, medio ambientales y culturales, en un proceso donde se construya un imaginario a futuro, propuesto y hecho entre todos a modo de cooperación.

Esto en el marco, de una élite con ética. Es decir con ciudadanos capaces de cambiar los pensamientos, sentimientos y acciones por el bien común. Para ello, propone máximas de valores: saber cuidar, saber hacer transacciones ganar – ganar, comensalidad, saber conversar, el respeto y la hospitalidad.

En ese sentido, creo que Tarija aún tiene tiempo para llevar adelante este modelo de pensamiento, ya que contamos con ciertas características, valores tangibles e intangibles, que nos permitirían asumir este nuevo paradigma como ciudad.

Entonces, el planteamiento de Toro nos lleva a pensar en los cambios que debemos afrontar los ciudadanos, con la sociedad civil, sector público y privado, para proyectar una ciudadanía tarijeña donde habitar sea un placer para la vida.

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POR UNA CIUDAD INTELIGENTE A LA TARIJEÑA

Pablo Pizarro - Guzmán

El crecimiento poblacional precipitado de las ciudades se convirtió en un problema complejo por resolver. Las ciudades masificadas atraviesan por serios deterioros en el tejido social porque causan, sobre todo, una creciente ola de violencia, ya que las desigualdades sociales se manifiestan por la falta de accesos y oportunidades.

Un claro ejemplo de ello es la vecina ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Admirada por su crecimiento económico que recibe a migrantes del país y la región en busca del “sueño camba”. Urbanizaciones por doquier y centros comerciales marcan el rumbo de una ciudad, eso sí, sumida en la violencia sanguinaria de baja y alta monta. Con serias diferencias en el acceso al bienestar social y económico.

El concepto de ciudades inteligentes busca transformar desde las personas la vida de las ciudades por aquella que valga la pena ser vivida, con participación, sostenibilidad y acceso a la tecnología. Es el uso de los recursos de Tecnología de la Información y la Comunicación TIC al servicio de la población y sus quehaceres para mejorar su calidad de vida. Siendo las TIC un habilitador para mejorar las cosas en salud, seguridad, educación y otros.

Ciudades de la región se acercan a este nuevo concepto, como México DF, Bogotá y Buenos Aires. Pero quien lleva la batuta se llama Medellín. Siendo que en el pasado mediato sufrió la violencia en carne y hueso de la manera más cruel, con familias destruidas por el tráfico de estuperfacientes.

El programa de la alcaldía de Medellín ha despuntado en su propuesta,haciendo de la ciudad un sitio de convivencia, amable y habitable. Democratizando las TIC para que sean un instrumento que resuelva parte de los problemas de la gente. Medellín se reinventó y busca transformarse por el futuro de su gente. Para ello, el municipioapostó a cuatro pilares: sostenibilidad, participación ciudadana, gobierno abierto e innovación social.

Acá estánimplicadas varias cosas, desde la construcción de viviendas sociales, transporte público, tecnología inteligente para la salud y la seguridad, peatonalización, alfabetismo digital, ciclovías, bibliotecas públicas, servicios básicos, en un marco de cuidado por el medio ambiente.

Según los estudiosos del tema no se trata de ciudades moderna con enormes edificios y coches eléctricos donde el costo de la vida se hace muy caro, ya que este tipo de ciudades dejan afuera a mucha gente creando cinturones de pobreza y sufriendo la violencia día a día.

Ahora nos toca preguntarnos por Tarija, ¿hacia donde estamos visionando la ciudad ¿en qué tipo de ciudad queremos vivir?, ¿cuál debería ser su sostenibilidad?, ¿cómo deberíamos desarrollar políticas que contribuyan a mejorar nuestros espacio común?, ¿cómo deberíamos incluir a las TIC en salud y educación?

Son preguntas que corresponde responder y trabajar y así poder crear una conciencia pública que nos posibilite construir un medio que destierre los problemas que actualmente suceden en las ciudades modernas, pero con identidad propia.

Tarija tiene esa posibilidad debido a su configuración geográfica y demográfica. Las potencialidades existen sólo basta multiplicarlas para acceder a nuevos conceptos de vida que configuren una tierra con una mejor calidad de vida humana. / *ciudadano tarijeño y del mundo.

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VOLVER AL PUEBLO

Pablo Pizarro - Guzmán

En cierto modo, somos caminantes atrapados en la brevedad del tiempo. Anteriormente, las agujas del reloj parecían avanzar de manera más lenta. Eso se sentía cuando uno jugaba a la pelota o compartía con amigos en las calles aquellos viejos juegos, ahora devaluados.
La rutina se conformaba sin una presión hiperactiva y por consecuencia del éxito. El pueblo de Tarija parecía dormitar las veinticuatro horas del día sin los ruidos y las exigencias de la modernidad.

Había tiempo para hacer todo y a la vez nada. Las conversaciones se sucedían en cada esquina y las comidas se vivían como un ritual sagrado. La lluvia y el viento parecían transitar con morosidad, hasta el agua de nuestro Guadalquivir tenía el reflejo del andar cansino.

O cuando llegaban las vacaciones, y el río nos esperaba con sus mansas aguas a disfrutar del sol y las frutas de la estación en compañía de los amigos y la naturaleza de la campiña. Días enteros salíamos desde la mañana hasta el atardecer para recaer luego en el viejo puente San Martín a saborear las humintas y los anticuchos.

Nada mejor que los domingos, volver del cine a dar unas vueltas a la plaza principal en medio de la algarabía de la adolescencia y con un picolé en la mano.

El tiempo era nuestro, nos pertenecía, como también el ocio, sin ninguna meta, más que disfrutar de los placeres de la vida, sin necesidades materiales o cualquier otra banalidad imperante.

Aquel viejo pueblo ahora se esfuma entre nuestras manos. Eso queda para los las fotos en sepia.Pero, caramba, que parecía que el reloj avanzaba despacio, aunque sea una quimera.

Un joven científico sueco, de apellido Smart, escribió un libro que titula “El arte y la ciencia de no hacer nada”. Donde expone una teoría que da cuenta que el ocio es una de las actividades más importantes de la vida y que ahora nos la quieren arrebatar. Asevera que las recetas sobre la efectividad y eficiencia del tiempo son erradas.

El estudio se inspira en los neurocientíficos que analizaron el funcionamiento del cerebro y descubrieron que una parte del cerebro se activa durante el no hacer nada de nada, la sinapsis y la estesis de los pensamientos inicia su fluir con libertad y creatividad, el arte se inspira en estos momentos y también la ciencia.

Sin embargo, hoy, con las tareas impuestas y el vértigo de la incertidumbre económica, se fueron perdiendo aquellos rituales de nuestro pueblo que favorecían a la salud y a la vida misma. Sin que por esto, ingresemos a la máxima de que todo pasado fue mejor.
Pero bueno, es tiempo de replantearnos la sociedad en la que queremos vivir. Como hipótesis, buscar un equilibrio recuperando algunos valores del viejo pueblo con las comodidades y la tecnología de la modernidad, como los avances en salud.

Entonces, para acceder a esa órbita, tal vez habría que empezar con ir más allá de las faenas, palabra y nociones dominantes para permitirobservar la verdadera naturaleza de la realidad.

Al final, estas líneas, también son un reflejo personal, porque viajo acompañado de la melancolía en cada bocanada de aire que me hace reflexionar en ideales tal vez idos y nunca más vueltos. Por eso, bienvenido a la tierra de nuevo Pablo Pizarro. / *ciudadano tarijeño y del mundo

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LA ÉTICA COMO BASE DE LA POLÍTICA

Pablo Pizarro - Guzmán

Los griegos fueron los autores de cosificar las acciones humanas. Por citar un ejemplo: manifestaban que los artistas sólo se dediquen a crear arte. De ahí en más, marcaron un modelo que excluyó al resto de los mortales a pensar y practicar en términos políticos.

Sin embargo, la política no es un fenómeno determinado que pertenece sólo a los que ejercen el poder político mediante sus partidos u organizaciones sociales. Es un hecho que subyace cualquier acto humano.

Ya sean, los desfiles de moda, partidos de fútbol, festivales de rock, programas de televisión para niños o cualquier ritual religioso contiene un fenómeno cultural político que trasciende todos los ámbitos de la vida pública y privada de una sociedad.

Ante ésta mirada holística del campo político, debemos incorporar a la ética como la disciplina que la sustenta. Entonces, nada de lo que se haga o se deje de hacer debe desligarse de ésta conducta.

En líneas generales, la ética es una conducta subjetiva que se relaciona con el carácter de las personas, en tanto la moral es más social, ya que regula las costumbres de una sociedad. La moral se articula con la presión del sistema público, “la moral de la clase política”, por graficar la situación. En tanto, la ética tiene que ver con una decisión subjetiva de las cosas, “lo hice por una decisión ética”.

Cuando se expresa sobre la conciencia se refiere directamente a la ética,ya que ahí está el meollo de la cuestión.En otras palabras, planteamos que laconstrucción de una nueva cultura política se originedesde la subjetividad ética de las personas.

Dichos actos deben ser ramificados hacia el bien común, conparticipación, inclusión, solidaridad, tolerancia y cuidadoen las relaciones con la naturaleza, con nosotros mismos y con lo material.

En conclusión, si alcanzamos a tomar conciencia de su valor nos permitiría reproducir una otra cultura política, donde toda acción humana se realice  desdela ética como base de la política, en su sentido más amplio.

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(AUTO) TERTULIA DE FIN DE AÑO

Pablo Pizarro Guzmán

Parece que es el momento de poner las barbas en remojo. De mirar al espejo e intentar observarnos hasta el tuétano. De recordar lo que fuimos y proyectar lo que se viene. De armar las piezas de un puzzle, donde, tal vez, no se encuentren las fichas claves.

Ya lo decía una columnista del periódico el País de Madrid, en uno de sus textos: “a fin de año, más que nunca, la vida no es la vida sino una patética declamación de buenas intenciones, una renovación del permiso de postergarlo todo, una fe idiota en que nunca será demasiado tarde para nada”.

Somos eso, un manojo de situaciones probabilísticas, un deber ser en constante promesa. Nos pasamos declamando: debería ir al sicólogo, debería viajar más y trabajar menos, debería compartir más con mis amigos, debería dejar el pucho y el vino. Debería enflaquecer. Debería convertirme al budismo. Debería compartir más con mi hijo. Debería hacer más deporte o cuidar mejor mi salud.

Pero, al fin de cuentas, los seres humanos, nos somos el resultado de balances contables, ni la suma y resta de ingresos y egresos, sino más bien un cúmulo de emociones en permanente ebullición y que en definitiva nunca cuajan con el 2+2.

Por eso mismo, nos hicieron creerque los humanos logramos controlarlo todo. Podría decirse que “hemos puesto el mundo a nuestros pies”. Alcanzamos a someter y transformar la naturaleza, el aire y el agua. Actualmente, con el vértigo de la tecnología potenciamos aún más esa sensación de poder.

Pero, a pesar de ello, existen vacíos humanos en este nuevo orden global que se han profundizadoy que en consecuencia no han sido resueltos. Y, me parece que tiene que ver, principalmente, con tres factores: la mercantilización de la vida, la violencia y la soledad. 

Estos elementos envolventes son un limitante que se imponen a la hora de elegir nuestra trayectoria vital. Imperativos sociales que impiden discernir de mejor manera nuestro sentido en la vida.

En este contexto, nunca podremos saber el número ganador de la siguiente lotería, pero en el curso de la vida valdría que cada individuo apueste por responsabilizarse con ética por sí mismo, lo cual conlleva también el cuidado hacia los demás, a pesar de las incertidumbres que registran los tiempos.

Por último, sería sabio encontrarnos frente al espejo recordando un pensamiento de Pepe Mujica, ya que nos ayudaría a reflexionar sobre una nueva cultura de la libertad individual, cuando señala: Se puede ser feliz siendo austero, sencillo y sobrio. En un tiempo histórico en que el “úselo y tírelo” domina la escena de la civilización en un mundo harto consumista.

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