Opinion

"YO SÍ PUEDO" TRANSPARENTAR
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Miércoles, 2 Octubre, 2013 - 19:18

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Tuve el privilegio de coordinar el Programa Nacional de Alfabetización “Yo Sí Puedo” en los departamentos de Potosí y Chuquisaca, respectivamente. Fue una experiencia única e interesante, por un lado por la dedicación y esfuerzo de los equipos de voluntarios y por otra, la mejor, que la gente que jamás tuvo la oportunidad de conocer el alfabeto, veía ante sí cómo se combinaban las letras para formar su nombre.

La gente que estaba comprometida, inicialmente todos voluntarios, realizaban reuniones de coordinación, capacitación en el manejo del método, la manipulación de los equipos, horarios de trabajo e incluso caminar kilómetros para llegar al centro donde la gente esperaba para ser alfabetizada.

Las brigadas cubanas, compuesta por gente joven y entusiasta, no tenían horario para trabajar; los equipos locales conformados por organizaciones como la COD, Federación de Campesinos, Trabajadores Sociales, muchos maestros y maestras jubilados que volvían a la actividad de enseñar; maestras y maestros jóvenes entusiastas para ir a los barrios en las ciudades y a las comunidades más apartadas en el área dispersa…era febril el trabajo.

Faltaban equipos para alfabetizar, en otras la coordinación de la logística recibía el apoyo de los municipios que disponían de vehículos para trasportar los televisores, las cartillas, los paneles solares, técnicos para la instalación en algún punto de trabajo… no pocos municipios proveyeron lo que faltaba; claro que también hubo otras que no les interesaba o que abiertamente estaban en contra de la campaña.

En la responsabilidad del seguimiento y acompañamiento  del Programa, fuimos testigos cómo la gente que no tuvo la oportunidad de conocer el alfabeto, podía escribir su nombre, firmar, hilvanar la lectura de algún párrafo, su esfuerzo por aprender más. ¡Alegría incontenible porque ingresaba a un mundo desconocido…!

Chuquisaca fue el primer departamento que utilizó recursos económicos del IDH para educación. Fue una odisea en los ministerios de Economía, Educación, Parlamento de ese entonces, Prefectura, Brigada…No se tenía experiencia de cómo lograr el desembolso del dinero; pero ya había gente trabajando en los municipios, no sólo en la alfabetización sino también como docentes de aula, los ítemes regulares eran escasos para atender la demanda. Si no se lograban la asignación de estos dineros, la situación hubiera sido grave socialmente porque se trataba de familias que esperaban un sueldo.

Paulatinamente se izaba la bandera blanca en los distritos, los municipios, las ciudades intermedias, comenzaba la competencia para anunciar qué lugar era el primero en ser declarado libre del analfabetismo. Concentración de gente, alegría y gratitud, el abrazo y la sonrisa franca del pueblo más humilde fue lo que se llevaron como recuerdo los voluntarios cubanos, venezolanos y los que nos quedamos, jamás olvidaremos a mucha gente avanzada en años; tomaba dificultosamente, con manos callosas y temblorosas, el lápiz para garabatear en la hoja de cuaderno, palabras que sí podía deletrear. ¡Su emoción era única…!

Lo que pasó después, es impredecible. Seguro que mucha de esa gente volvió a ser analfabeta por desuso, las cartillas no fueron suficientes para continuar; otras se conformaron con saber firmar; pero no pocas continúan en el Programa “Yo Puedo Seguir”. Debe ser otra la historia.

Lo malo es que para incentivar la participación de la gente en el Programa de Alfabetización, el gobierno a través del Ministerio de Educación propuso varios incentivos, desde algún pequeño reconocimiento económico hasta la certificación válida para la calificación de expedientes, con un puntaje de 20 puntos para el escalafón.

Pasado el tiempo, nos sorprendimos cómo personas que jamás apoyaron al Programa, con descaro, ostentaban esos Certificados como alfabetizadores, así lograron cargos jerárquicos en direcciones, distritales; Profocom y otros, puestos que requieren ser respaldados con expediente y así de fácil… ¡Cómo lo consiguieron? ¿Se distribuyeron como volantes? ¿Se entregó por amistad o ruego? ¿No es esto un delito? ¿No es echar lodo a un Programa que sí valió la pena? ¿Quiénes son los responsables…?

En el caso de Chuquisaca, grande fue la sorpresa al evidenciar que en el Departamento no queda ninguna documentación del Programa, “se encuentra bajo custodia única y exclusivamente de la Dirección Nacional de Post-alfabetización del Ministerio de Educación con sede en la ciudad de La Paz”. ¿No debe ser transparente la información de quiénes alfabetizaron, dónde, cuándo y a quienes? Tarea pendiente por aclarar.