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El anuncio del Presidente para aumentar horas en aula de los estudiantes bolivianos, significa invertir en la formación de los recursos humanos. No hay pueblo que haya alcanzado su desarrollo sin la educación de su gente. Definitivamente la enseñanza no es un gasto, sino una inversión.
Actualmente Bolivia boya en recursos económicos gracias a la explotación de recursos naturales no renovables, los precios altos en el mercado internacional y la política de la nacionalización de las empresas bolivianas que ha sido oportuna, prudente y significativa.
Pensar invertir en la educación, es pensar en el mañana; pero no sólo en la formación humanística, sino en ciencia, tecnología y exportación de conocimientos. De por sí, aumentar las horas de escolaridad no es la solución mágica, sino se debe pensar en la calidad, contenido, perfil de egreso, posibilidades reales de realización personal, profesional y de servicio al país.
Dijimos muchas veces que Bolivia es el país donde se tiene la más baja de horas escuela, apenas cinco o menos, mientras que el promedio en la región es de 7.5 horas día. Veamos la relación con la escuela y el desarrollo que tienen nuestros países vecinos. Con alguna excepción, siempre vamos en la zaga.
Ampliar las horas de escuela diarias no sólo es cuestión de discurso, decreto o ley; es cuestión de dinero, invertir, pero además es pensar en la seguridad, vialidad, toda una estructura social y de gobierno.
Según los informes, en Bolivia tenemos dinero. Es nuestro mérito que ya no existe fuga de capital como en otros tiempos. En educación no es cuestión de aumentar horas de trabajo a los docentes, sino pensar en una infraestructura completa, amplia, equipada, sostenible y que tenga respaldo seguro de las organizaciones sociales.
Existen proyectos acabados para construir verdaderas ciudadelas estudiantiles, con talleres, laboratorios, espacios para el deporte, internado, provisión de alimentos, sistema de administración, bibliotecas (ahora virtuales) y aquí viene bien el uso adecuado y productivo del satélite Tupac Katari. Las condiciones para elevar la cobertura y calidad de la educación están dadas. Pronto tendremos, además, licenciados en la Ley 070 “Avelino Siñani, Elizardo Pérez”, ASEP, cuya inversión tiene que notarse en los cambios significativos que se inyecten a la educación.
Se ha anunciado que el estudiantes de secundaria tendré que estar 196 horas en aula, mensualmente. Esto significa un horario de mañana y tarde. Además de las horas comunes, se apunta al bachillerato técnico. Aquí, entonces, faltan talleres, laboratorios, espacios adecuados para la producción; pero además se requiere docentes técnicos, con experiencia de producción en cualquier área, reconocidos económicamente según se merece, no vaya a ser que el docente quiera aprender junto con los alumnos. Si hay dinero, hay que pagar bien al maestro.
El proyecto de las ciudadelas estudiantiles debe ser retomado, especialmente en el área dispersa, internados para las alumnas de secundaria, de tal manera que no corran riesgos en el caminar diario de muchas horas de la casa al colegio y viceversa. Aquí está la responsabilidad de la seguridad estudiantil. No se puede aventurar a una jovencita colegiala por senderos solitarios por el peligro que ello implica. He aquí el por qué de la baja cobertura o permanencia escolar de las niñas y jóvenes. El horario actual es más o menos favorable porque permite retornar a casa después del medio día.
El sistema educativo actual recibe muchas críticas por el bajo rendimiento académico, de alumnos y docentes. Esto implica retomar los problemas socioeconómicos, primero porque no será suficiente que se amplié las horas de escolaridad para el estudiante si éste va con el estómago vacío y al medio día ya no rendirá más; segundo, porque el docente debe pensar en el particular de la tarde o la mañana para alcanzar un salario relativamente justo. Alumno bien alimentado, con todo lo necesario para el estudio, condiciones de habitabilidad y el docente comprometido con la profesión, con el desarrollo académico, con plena competencia pedagógica y visión de país, entonces tendremos otra realidad de nuestra educación.
El Presidente Evo piensa que la educación debe ser cuestión de Estado; pero sus colaboradores ejecutan como cosa de gobierno, botín para los partidarios. Así, ¿avanzamos en la educación?
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