Opinion

UNA PATRIA CON ESPERANZAS Y DESAFÍOS
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Viernes, 8 Agosto, 2014 - 11:49

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Agosto, el mes de la patria resulta significativo para todos los bolivianos, porque
cumplimos el 189 aniversario de la gesta libertaria que permitió liberarnos del yugo español,  que se había apropiado de ingentes recursos naturales, —principalmente de la minería— que sirvió para fortalecer la riqueza de la corona española, que por siglos usufructuó del país para beneficio propio.

Debemos reconocer que el país, —a pesar de la colonia española y la presencia de empresas transnacionales en el pasado— tiene el privilegio de contar con materia prima: minerales, gas, petróleo, riqueza forestal, flora y fauna en el trópico, valles y altiplano que posibilita crear fuentes de trabajo, explotar sus recursos y lograr una estabilidad económica a través de la exportación de sus productos.

En el pasado, la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) y sus empresas estatales permitieron que el país se consolide por la explotación y la exportación de minerales, que por muchos años,  constituiría el rubro principal de los ingresos financieros del Tesoro General de la Nación, la nacionalización de las minas permitió disponer de empresas rentables a partir del cual se contribuyó a generar bienestar en la población boliviana.

No podemos dejar de mencionar el desarrollo de la agricultura y la ganadería con la producción de tubérculos, cereales, hortalizas, aves menores, ganado ovino, vacuno, caprino, la pesca para el autoconsumo y la provisión de alimentos en el mercado nacional, generando ganancias y permitiendo que los agricultores aseguren la sobrevivencia y la seguridad alimentaria de los bolivianos.

Actualmente el país goza de una saludable estabilidad económica, producto de la venta de gas y de petróleo a los países vecinos y que permite disponer del Impuesto Directo de los Hidrocarburos (IDH) que benefician a las Municipios, la Gobernación y las Universidades del Sistema Público,  para mejorar la infraestructura, caminos, desarrollar microempresas y atender las necesidades que demandan los ciudadanos y que esperan una distribución equitativa de los recursos.

Bolivia es un país que dispone de todas las condiciones sociales, políticas, culturales, religiosas y económicas, para que podamos vivir con dignidad y que deberíamos aprender a valorar y apreciar la inmensa riqueza natural que está en nuestras manos y que no necesitamos mirar al norte  (Estados Unidos, Europa) para encontrar oportunidades de trabajo, crecimiento y desarrollo humano, social y económico.

Para nuestros gobernantes, existe la necesidad de enfrentar los problemas como la inseguridad ciudadana, los autos chutos, el narcotráfico, la corrupción, el contrabando, la crisis de la justicia, —entre otros—  preocupación que debe ser atendida independientemente de posiciones políticas e ideológicas,  porque se tratan de temas que afectan a la población y sus instituciones que reclaman de urgencia, la aplicación de estrategias que permitan luchar contra estos males que degradan nuestra sociedad.

Para nosotros los gobernados,  nos queda asumir conciencia de tener una patria que nos cobija y que nos brinda todas las oportunidades para vivir con dignidad, a pesar de los problemas,  estamos siempre dispuestos a poner nuestro granito de arena para que el país desde el lugar y la actividad laboral y profesional que nos ocupa, aportemos para ser cada vez mejores y construir un destino de digno y lleno de esperanzas para que nuestros hijos disfruten de lo maravilloso que es vivir en Bolivia.

Lo dicen los mismos extranjeros que llegan al país y se quedan para apreciar no solo la riqueza cultural y las tradiciones, también el turismo, los bailes típicos, las diferencias lingüísticas y regionales, el clima, las serranías que hace que  se enamoran del país y acaben formando un hogar,  adoptando una patria que les abre las puertas y les da la oportunidad de identificarse como un boliviano más.

El autor es periodista y docente universitario