Opinion

UN PARQUE PARA UNA VIDA SALUDABLE
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Viernes, 22 Noviembre, 2013 - 11:22

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Caminar treinta minutos cada día como promedio cinco veces a la semana debería ser la rutina de una persona para tener una vida saludable, es lo que recomiendan los médicos para quemar calorías, aumentar el ritmo del metabolismo, suprimir el apetito y tener una actividad muscular, dejando de lado una vida sedentaria a la que estamos acostumbrados, sobre todo en las ciudades.

Un espacio ideal para esa caminata es el parque Demetrio Canelas, ubicado en lo que antes se llamaba “las canchas Gutiérrez”, lleno de arboledas y espacio libre donde los equipos de fútbol profesional se entrenaban durante la semana para llegar preparados al encuentro dominical. Ese espacio ahora está destinado para un parque que constituye además un pulmón que oxigena el ambiente para la zona.

El parque Demetrio Canelas, desde la avenida Perú hasta la calle Gabriel René Moreno en Cochabamba, —unas diez cuadras solo de ida— presenta las condiciones para una caminata agradable, sin interrupción de movilidades que cruzan las calles y no ponen en peligro la vida de las personas que frecuentan el predio.

Es habitual encontrar caminantes desde las seis de la mañana, principalmente personas adultas y de la tercera edad, entre varones y mujeres que realizan su rutina a paso lento, además de realizar ejercicios gimnásticos; en cambio los jóvenes imprimen velocidad porque se trata de atletas que se entrenan para mejorar su performance en competencias deportivas.

Por las noches, la caminata se inicia alrededor de las 19:00 horas con la presencia principalmente de jóvenes y señoritas —que en traje deportivo— circulan una y otra vez por el contorno del parque en actitud de entrenamiento, pero también ocupando el tiempo libre que les posibilita mantener un ritmo físico y corporal para tener una vida saludable.

Es interesante observar en el parque Demetrio Canelas, la dedicación de algunos propietarios de viviendas que se ocupan de mantener la vegetación, podando los árboles, plantando flores y regando permanentemente las plantas para ofreceresos espacios verdes y coloridos que destacan en la zona. El pasto —que por cierto es abundante— semeja una alfombra verde y, cada cierto tiempo, su mantenimiento está a cargo de funcionarios de Parques y Jardines de la Alcaldía Municipal.

Pero no todo es alabanza. Los fines de semana (viernes y sábado) resulta habitual encontrar jóvenes que se dedican a beber en el parque, aprovechando los bancos, los árboles y las zonas menos iluminadas. Se evidencia por las botellas de cerveza, ron, latas y vasos desechables que dejan en el lugar. Algunas veces, es también repetitivo encontrar dos o tres jóvenes que han amanecido y dormido en el parque y no han tenido tiempo de volver a sus casas.

Pero esta actitud ingrata se supera con la abundante presencia de caminantes que se han apropiado del parque para hacer un buen uso del espacio público y que contribuye a lograr una vida saludable. Eso no es posible en el casco viejo donde las plazas se han convertido en mercados y en algunos casos para el ensayo de las fraternidades folklóricas que bailan y provocan ruido acústico en plena ciudad.

El parque Demetrio Canelas, en homenaje al fundador del Periódico Los Tiempos, cumple una función social digna de encomio, porque los vecinos del Barrio Venezuela tomaron previsiones a futuro, destinando un terreno considerable para el parque y que hoy rinde sus frutos ofreciendo un espacio público para el uso de la ciudadanía que busca una vida saludable.

El autor es periodista y docente universitario