Opinion

UN CORREGIDOR LEGENDARIO
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Viernes, 2 Septiembre, 2016 - 12:07

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Recuerdo que se trataba de  un día domingo pleno de sol, habíamos decidido hacer un paseo familiar por K’uchu Muela para conocer e indagar información sobre el Niño de Sik’i Mira con afanes periodísticos. Aprovechamos también la ocasión para conocer Yana Rumi, la tierra donde produce papa y se vende en los mercados del Valle Alto.

Emprendemos el retorno a la Cochabamba por la tarde pasando por la Plazuela de Villa Rivero donde se encontraba Donato Quinteros Marzana, sentadito en un banco al extremo del árbol de Terebinto, disfrutando del tiempo libre y de una tarde soleada de marzo.Al verlo a Donato le digo a mi esposa, paro para que lo saludemos, no, por favor, tengo prisa de llegar a la ciudad me contesta Sonia. Al pasar se me ocurre reducir la velocidad del auto para saludarle con un además de la mano y luego emprender camino a Punata.

A la semana siguiente, volvemos a Villa Rivero con motivo del Carnaval, Donato se encontraba elegantemente vestido con saco, corbata y sombrero, además de su bastón. Nos acercamos para saludarle y sin aspavientos nos dice ¡puente había sido!, ¡Puente había sido para que se pasen así nomás!La presencia de mucha gente con motivo del Carnaval no dio lugar a explicaciones, pero con él soltamos carcajadas por la ocurrencia de considerarse puente, pero para nosotros, fue una severa llamada de atención de una persona muy querida y respetada en el pueblo.

Donato Quinteros Marzana a quien llamo el Corregidor legendario, constituye un personaje muy significativo para los mueleños y que no podía pasar desapercibido porque estaba siempre dispuesto a administrar justicia en su condición de corregidor del pueblo, hasta que el Gobierno del estado Plurinacional decidió cambiar la Prefectura por la Gobernación, dejando a su suerte a los subprefectos y corregidores que hacían de mediadores en una serie de conflictos de tierras, linderos, robo y abigeato y también violencia doméstica e intrafamiliar.

Waka Donato era el mote con el que se referían al Corregidor, por su altura, corpulento y según él con mucha fuerza que podía levantar una Vaca. Donato nació un 9 de enero de 1930 y falleció el sábado 27 de agosto de 2016 aquejado por una enfermedad de los pulmones, porque en su tierna juventud —al igual que otros K’ochalos— se fue a las minas en busca de trabajo y de mejores condiciones de vida para su familia.

Su destino fue la Empresa Minera de Huanuni donde trabajó de perforista en interior mina. Se fue de Villa Rivero el año 1950 cuando en el Valle Alto existía todavía el pongueaje y el trabajo agrícola para los terratenientes, Donato recuerda que había mucha pobreza y que debían hacer milagros para subsistir, razón por el que se quedó durante 14 años en Huanuni y el año 1964 volvió a su pueblo por insistencia de su suegra que con el fruto de su trabajo en la mina le había comprado una casa.

Ya de regreso a Cochabamba, Donato recuerda que trabajó como sereno en el Aeropuerto, en salud ambiental en el mismo cargo y luego su destino fue Villa Rivero donde le nombraron como Corregidor, muy querido y apreciado en el pueblo y en las comunidades campesinas por su equilibrio y templanza para administrar la justicia y ser un personaje muy carismático y respetado por todos.

En su condición de corregidor participó en la construcción de cada una de las obras que se han implementado en el pueblo y que siempre fue tomado en cuenta para participar, motivar y hacer que se ejecuten las obras buscando apoyo y respaldo económico que permitan mejorar los servicios y la calidad de vida de los mueleños y que nos deja un ejemplo de constancia, motivación digna de ser tomada en cuenta. ¡Hasta pronto Corregidor legendario!

El autor es periodista y docente universitario