Opinion

LOS REGALOS DEL PODER EJECUTIVO
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Martes, 3 Junio, 2014 - 22:57

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El Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Oruro recibió el regalo de nada más que un edificio del mismísimo presidente Evo Morales, edificio donde funcionará la sede sindical comprometiendo la independencia sindical con el Poder Ejecutivo y poniendo en riesgo la credibilidad, la ética y los principios morales que son el baluarte del periodismo en cualquier lugar del planeta.

Esta actitud del Gobierno de regalar edificios y movilidades no es nada nuevo, recordemos que los dirigentes de las Federaciones Universitarias del Sistema Público en el país, también se beneficiaron del regalo de movilidades cero kilómetros, la única que rechazo la movilidad fue la Federación Universitaria Local (FUL) de Cochabamba, a tiempo de cuestionar las dádivas del Gobierno por entregar regalos a los gremios en época electoral donde vale todo para comprar conciencias.

Lo mismo ha ocurrido con la Central Obrera Boliviana a quienes el presidente Morales les regalo una sede sindical de cinco pisos, un hotel para que los dirigentes ocupen el inmueble cuando viajen a la ciudad de La Paz, lo mismo movilidades cero kilómetros, además que se beneficiarán del reparto de escaños para llegar al poder con el partido de gobierno a quienes apoyan sin distinguir roles ni funciones.

Nunca en el pasado había ocurrido algo así, ni Federico Escobar ni Juan Lechín ni Víctor Arias, dirigentes de talla habrían aceptado esos coqueteos con el poder, ni habrían aceptado alianzas con el gobierno de turno, dirán porque los gobiernos eran de la derecha, neoliberales a quienes había que enfrentar y combatir para lograr sus reivindicaciones sociales.

Los sindicatos, las federaciones siempre se han valido por sus propios medios, es más, utilizaban el aporte mensual de sus afiliados que tienen conciencia sindical y que han logrado sobrevivir y disponer de medios y de infraestructura para funcionar con independencia y al margen de presiones políticas que comprometen su imagen y las decisiones de orden gremial y/o sindical.

Los sindicatos y las federaciones de trabajadores de la prensa, deben tener como premisa que reciben el encargo de la sociedad para ser el intermediario entre el medio y las autoridades, por tanto, implica una independencia frente al poder constituido, de manera que su trabajo resulte ser ético, responsable, honesto desde el punto de vista periodístico, sin presiones ni compromisos con el gobierno de turno, que por su parte, también debe respetar y valorar el trabajo que desarrollan los medios y los periodistas.

La actitud de regalar sedes sindicales y movilidades a los gremios sindicales, como a la Prensa de Oruro pecan de intromisión y de querer asumir responsabilidades que no son de su competencia, menos cuando se trata de una época electoral en la que el Gobierno busca lograr alianzas para los comicios electorales, dejando mal parados a los gremios que pierden confianza y credibilidad en los ciudadanos,  que se quedan perplejos y cuestionados por los regalos del Gobierno que más bien deberían destinar esos recursos para mejorar la educación, el acceso a la salud y otras necesidades más urgentes y apremiantes en el país.

Ojalá que el mal ejemplo que nos da el Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Oruro no se repita en otros departamentos del país, que no caigan en la fácil tentación de hacerse acreedores de edificios y movilidades, que si bien representa una necesidad, el satisfacer esa necesidad debería surgir de cada gremio, asumiendo la compra o construcción con sus recursos propios, para no comprometer la imagen y la credibilidad de la prensa que es altamente reconocida por la sociedad boliviana.

El autor es periodista y docente universitario