Opinion

La danza de entrenadores
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Viernes, 25 Agosto, 2017 - 15:48

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El performance de los equipos bolivianos que participan en competencias deportivas internacionales definitivamente tiene muchos altibajos, al colmo que ya no podemos ganar ni de locales ni aprovechando la altura que ya no es un mito para nadie. Es más, incluso perdemos en nuestra propia cancha. Ni qué decir cuando nuestros equipos están de visitantes, salvo excepciones.

Para no  buscar culpables solo en unos, la responsabilidad recae en los dirigentes, los directores técnicos y los jugadores,  que están siempre en la cuerda floja, tanto afán y entusiasmo en declaraciones a los medios, pero al final terminamos vapuleados y con la idea de haber jugado tan bien, pero para perder como siempre y en complicidad con los periodistas deportivos que endiosan a los equipos locales.

Con referencia a los dirigentes, todo el tiempo están mirando al extranjero para contratar directores técnicos que se llevan unos salarios incluso por encima del tope salarial asignado por el Gobierno a los trabajadores del país. Técnicos extranjeros que ganan salarios descomunales para que sus jugadores no respondan a la altura del salario que gana un entrenador.

Directores técnicos que además imponen su ayudante de campo, kinesiólogo, utilero, todo en paquete, como si en el país no existieran recursos humanos, que son desaprovechados ante la paciencia y la tolerancia de los dirigentes, que no hacen nada para cambiar esta situación anómala que solo ocurre en Bolivia.

La promesa de la renovación de jugadores se queda solo en promesa, son los mismos jugadores que cambian de un club a otro, a los que juegan en el extranjero los “legionarios” que tampoco aportan a la selección, más que gastar enormes recursos económicos para traerles al país y tenerlos en la banca de suplentes. No se promocionan nuevos jugadores porque implica un proceso a largo plazo, solo se busca salvar el momento con lo mejor que se tiene.

Otro fenómeno en el que los hinchas somos espectadores pasivos, tiene relación con el cambio permanente y continuo de los directores técnicos del fútbol, —que siempre están en la cuerda floja— y que dependen de resultados de cada partido, cuando ganan hay algarabía de su público, cuando empata o pierde —más si es de local— el culpable es el técnico que no hizo cambios adecuados, culpabilizan al árbitro, juez de línea, preparador físico, todo para encubrir una serie de acciones y reacciones que no hacen más que perjudicar al equipo, una institución deportiva que sobrevive los avatares del deporte.

 

Los jugadores también tienen su cuota aparte, en los equipos, en general, tienen un grupo privilegiado que recibe el apoyo de sus dirigentes y de los técnicos y que su rendimiento en el campo deportivo depende del humor y del trato económico que reciben en el club que militan.

Pero, definitivamente los culpables al final resultan ser los directores técnicos que siempre están en el ojo de la tormenta y que en los clubes se cambian como si fueran calcetines. No se ofrece la confianza necesaria para que pueda iniciar un proceso a largo plazo y que rinda frutos en beneficio del club, que además, están con problemas económicos porque el público hace tiempo dejó de ir al estadio para apoyar a su equipo.

Es hora para que los dirigentes de la Federación Boliviana de Fútbol —que ahora están en pugna—, los dirigentes de los clubes deportivos, los directores técnicos y los jugadores cambien de actitud, en beneficio del fútbol que se debe a su hinchada y que va perdiendo fe en el deporte de multitudes.

El autor es periodista y docente universitario