Opinion

DON JAIME, UN CORAZON JOVEN
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Jueves, 30 Octubre, 2014 - 09:55

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“Yo tuve la oportunidad de estar en Curso Básico Preuniversitario y era compañera de semestre de ‘Don Jaimito’, como solíamos decirle… realmente fue un gran ejemplo de superación y perseverancia a seguir para todos nosotros. Qué descanse en paz”,  señala Neyva Saavedra en el muro del Facebook a propósito del fallecimiento de Jaime Balderrama Rojas, uno de los canillitas más antiguos de Cochabamba. A los 73 años, se graduó de bachiller en CEMA y a los 74 inició la carrera de Comunicación Social en la UMSS, habiendo compartido aulas con jóvenes estudiantes que guardan gratos recuerdos de su paso por San Simón.

“Fue un gran ejemplo para muchos;  a pesar de la edad, jamás se dio por vencido”, asegura Haret Ortega, que también compartió las aulas, al igual que Sandra Mariscal, que siente que “Don Jaime era un excelente compañero y que fue un placer compartir cátedra con él. Sus ganas por salir adelante y su esmero con la carrera lo hacían un gran hombre”. Reneé María López dice: “Don Jaime, corazón joven, que en paz descanse”.

Don Jaime empezó vendiendo periódicos a los 12 años, inicialmente en la ciudad de Cochabamba y por más de 37 años vivió de vender periódicos en Chapare. Todos los días, recorría desde Villa Tunari, —su base— hasta Chimoré,  Chipiriri, Shinahota y otros pueblos cercanos a la “Villa”, tal que Mons. Eugenio Coter, ahora obispo en el vicariato de Pando, recuerda “con agradecimiento por todas las veces que en Villa Tunari nos traía periódico a la Parroquia”.

Casado con Teresa Sandoval, tuvo 10 hijos a quienes crió y educó con dedicación. Fruto de su trabajo,pudo adquirir una casa por la avenida Simón López para dar techo a sus hijos, que reconocen el esfuerzo que hizo Don Jaime para ser buen padre, excelente vendedor de periódicos, pero además de estudiante universitario a sus 74 años, en afán de ser periodista, como era su sueño cuando se inscribió a la carrera de Comunicación en la San Simón

En mi condición de Jefe del Programa de Comunicación,  tuve el gusto de acompañar su estadía en la carrera, con las dificultades del trabajo, de la edad y de las responsabilidades propias de un padre, pero además la falta de comprensión de algunos docentes que exigían a Don Jaime un rendimiento académico como si fuera un estudiante de veinte años. Por eso, no fue posible  cumplir su sueño de ser periodista, como él deseaba.

Don Jaime, a pesar de la edad, sentía que nunca es tarde para aprender y en esa lógica en el aula estaba en primera fila y siempre dispuesto a preguntar y aportar con su experiencia. Una persona admirable que la UMSS tuvo el gusto de tener en sus aulas. Estudiantes que lo tuvieron de compañero recuerdan su faceta de un hombre dedicado a su trabajo y a sus estudios.

“Su gran sueño era graduarse de comunicador social”, señala Sonia Castro Escalante, “no cumplió con sus sueños. No lo logró y no porque no se haya esforzado, sino porque algunos docentes lo midieron con la misma vara que a los jóvenes. No fueron capaces de adecuar sus objetivos a las posibilidades de don Jaime, de respetar su individualidad. Graduándose, a quién iba a perjudicar. Era solo un sueño cumplido. Y las gracias más grandes a un alma tan grande como Edwin Bustillos”, universitario que siempre estuvo dispuesto para apoyar y acompañar a don Jaime en los cuatro semestres que pudo estar en San Simón.

Aunque cierto que don Jaime no logró graduarse como comunicador social, el pesar colectivo ante su muerte nos muestra que se graduó de algo más importante: fue un maestro de juventudes, dando el testimonio de estudio y superación. Paz en la tumba, donJaime.

El autor es periodista y docente universitario