Opinion

AMENAZAS PARA AMORDAZAR A LA PRENSA
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Martes, 19 Julio, 2016 - 10:58

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Los medios de comunicación y periodistas que cumplen la misión de informar en apego al criterio periodístico, resulta que ahora son llamados como el “cártel de la mentira” por el ministro de la presidencia Juan Ramón Quintana, que curiosamente en la interpelación terminó “interpelando”  a los medios y periodistas que asumen una actitud crítica frente al gobierno y que quisiera tapar “el sol con un dedo” para que los medios callen la verdad frente a hechos irregulares que ocurren en el país.

Extrañamente el ministro Quintana, no dice nada de los medios de comunicación estatal (Radio Illimani, Bolivia TV, Aby Ayala, Radios de la Red Patria Nueva que solo hacen apología del gobierno, con información parcializada, incompleta, sin dar voz a la contraparte y que sus periodistas se constituyen en voceros de  propaganda institucionaly se prestan a seguir los juegos del poder,  para sesgar la información, minimizar los hechos y callar la verdad ante la ciudadanía que ya perdió fe y credibilidad sobre los mensajes que se expresan en esos medios,  subvencionados además con recursos del Tesoro General de la Nación.

Los medios de comunicación y los periodistas,  independientemente de la propiedad, (Estatal, de Iglesia, de mineros, empresa privada, organizaciones comunitarias) deben tomar en cuenta que sus principios no se negocian a favor de los partidos políticos, grupos de poder gremial o sindical. El periodismo exige rigor y equilibrio  informativo, honestidad periodística, responsabilidad social, pero sobre todo ética, para no vender su conciencia y responder solo a criterios de verdad, —que implica entre otros—, recoger los hechos, verificar, comprobar,  acudir a la contraparte, para que difundida la noticiay que el público asuma sus propias conclusiones, sin manipulación y sin pasiones políticas de por medio.

Nada más irreverente que el Ministro de la Presidencia llame como el “Cártel de la mentira” al Deber, Página Siete,  ERBOL,  Agencia de Noticias FIDES, periodistas como Amalia Pando, Andrés Gómez, Carlos Valverde y Raúl Peñaranda,  que se refieren a hechos sensibles para la ciudadanía, en los que están involucrados autoridades de gobierno a quienes no les agrada aparecer en los medios, con hechos que son observados y repudiados por la propia opinión pública, que dicho sea de paso, cartel o cártel, según el diccionario de la lengua española significa “una organización ilícita vinculada al tráfico de drogas o de armas” y los periodistas no están involucrados en estas actividades irregulares.

La actitud del ministro Quintana se llama sencillamente abuso de autoridad, persecución y amedrentamiento a los periodistas que asumen el rol de controlar y fiscalizar la cosa pública y que debe ser administrada con transparencia de cara a la ciudadanía que confió en un partido político, en sus autoridades gubernamentales que ahora asumen el despilfarro, la falta de diálogo, el autoritarismo y la soberbia de la que los medios de comunicación ni los periodistas tienen la culpa.

Pero no es solo el Ministro de la Presidencia el que descalifica el trabajo de los medios y periodistas, lo hace también el Vicepresidente señalando que se trata de una “mafia mediático política”, lo hace el ex Ministro de Gobierno Hugo Moldiz, llamándolos “perros”, se suma el Presidente para señalar que los medios mintieron en el caso Zapata y que ahora la ciudadanía llora y pide revocar el Referéndum del 21 de febrero, la Ministra de Comunicación asegura que la Ley de Imprenta no cumplió su propósito y que se debe modificar.

Acciones de intimidación y de amedrentamiento que no corresponde en tiempos en que la democracia debería fortalecerse con el apoyo de la sociedad civil, la sociedad política y el propio Estado, donde los medios de comunicación y los periodistas no hacen más que reflejar lo que ocurre en la vida cotidiana del país, en el marco de la exigencia de la aplicación de normas periodísticas que regulan su trabajo a partir del Código de Ética del Periodista.

El autor es periodista y docente universitario