Opinion

EL PODER NO CONOCE DE GRISES
La Yapanet
Fátima López Burgos
Lunes, 17 Marzo, 2014 - 10:41

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Afirmar que el poder no conoce de grises, posiblemente no sea una novedad, pero ese encantamiento asfixiante con las personas y su posterior desencantamiento, preocupa, por las connotaciones y ausencia de matices cuando se dirige un país.
 
Juan del Granado – Ruptura definitiva
Juan del Granado se había convertido en un Alcalde modelo, a tal extremo que en un arranque de espontaneidad su Excelencia sugirió: “habría que clonarlo”. Tiempo después del Granado reconoce públicamente que el partido de gobierno había distorsionado su misión revolucionaria, frase poco afortunada que marcaría el fin.
Tras la ruptura entre el MAS y el Movimiento Sin Miedo (MSM), del Granado perdió sus virtudes de gestor y líder. Fue acusado de haber cruzado ríos de sangre con Banzer, haber promovido alianzas con el MNR y un largo  etc, etc, etc.
El encantamiento de Evo con Juan sin miedo había terminado.
 
Rebeca Delgado - No soy  ll’unku
Rebeca Delgado era la mimada del MAS y del propio Evo Morales, fue así que en su condición de diputada llegó a ocupar la Presidencia de la Cámara Baja, donde realizó una buena gestión.
 
Delgado se atrevió a cuestionar varias leyes enviadas desde el Ejecutivo al Legislativo con la orden implícita: “no se mueva ni una coma”. Con mano firme señaló que la Ley de Extinción de Dominio de Bienes en favor del Estado debía modificarse en un 60 por ciento, esto provocó que el barril de pólvora estallara.
 
El hechizo entre ella, el jefazo y la militancia del MAS estaba roto. Fue entonces donde el Vicepresidente Alvaro García, le recordó que el MAS, no era un grupo de amigos, ni de libre pensantes, sino de revolucionarios.
 
Rebeca fue tildada de “libre pensante” y desde la cúpula del partido se inició el hostigamiento y su descalificación.
 
Félix Patzi – Mil adobes
Féliz Patzi, tras un incidente de conducción peligrosa y embriaguez, fue descartado por el Presidente para participar como candidato a la Gobernación de La Paz. Pidió perdón de rodillas, pero el perdón no llegó.
 
A pesar que los movimientos sociales lo ratificaron, la situación no se revirtió, fue así que retornó a su comunidad para fabricar mil adobes, sanción dispuesta por la llamada justicia comunitaria.
 
Patzi volvió al llano y acusó al Presidente de no respetar su palabra cuando se comprometió ante el país, el año 2008, a no postularse a una reelección. Argumentó: “no respeta los principios indígenas de rotación y busca eternizarse en el poder”.
 
Félix Patzi abandonó el MAS y fundó su propio partido, agrupación con la que se propone participar en las elecciones 2014.
 
El encantamiento con Patzi, un lúcido sociólogo de origen aymara había terminado.

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