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Los sacabeños tienen un gran héroe de guerra y muchos parecen no saberlo. Se trata del general José Celestino Pinto López, quien nació en Sacaba el año 1906.
Durante la Guerra del Chaco, al mando del Regimiento “Jordán” Primero de Infantería, fue vencedor de la Batalla de la Laguna de Camatindi, con ascenso de grado por comportamiento heroico en campo de batalla.
Esta batalla fue tan importante, que de haber sido perdida, podían haber sido capturadas la población de Camiri y luego los departamentos de Sucre y Tarija.
Los hechos sucedieron así: cuando Pinto todavía tenía el grado de teniente, el ejército paraguayo, después de no haber logrado apoderarse de Villa Montes ante la épica defensa boliviana, del 8 al 13 de marzo de 1935, dirigieron su esfuerzo principal hacia el sector central de Camatindi, situado al norte de Villa Montes, siendo esta la otra puerta de ingreso a Camiri desde el Chaco.
El 8 de marzo, a la madrugada, empezaron a caer granadas sobre el sector de la quebrada de Cuevo, laguna Camatindi donde estaba el Regimiento Jordán con 1.500 hombres. Al comienzo de la batalla, una explosión impactó en el rostro del joven comandante Pinto, quien cayó desangrado. Pensando que había llegado su hora, llamó a su estafeta: “Vas a buscarlo al teniente Barrientos, le vas a decir que venga a hacerse cargo del regimiento y que siga atacando de la misma forma en que yo lo hacía. También vas a pedir permiso para ir donde mi madre a decirle que he muerto sin sufrir”, e inmediatamente perdió el conocimiento. El combate prosiguió intenso, y al cabo de 9 horas, Pinto recuperó el sentido.
El ataque lo realizaban tres divisiones paraguayas al mando del coronel Franco. “Si es Franco vamos a tener varios días de combate. Hay que apresurar el cerco”, dispuso el teniente Pinto, quien no podía mantenerse en pie por las heridas, pero podía dar órdenes, tendido entre cajones de munición. Sus hombres, impresionados por el valor de su teniente, se movían con increíble prontitud. La idea de realizar un cerco a los enemigos se había posesionado de sus mentes y actuaban decididos. Nada importaba más en la vida que cercar a los “pilas”.
Durante el combate, una compañía paraguaya había logrado infiltrarse por el frente defensivo boliviano, debido a la falta de unidades; esa unidad enemiga fue fácilmente descubierta por los observadores de artillería dislocados en las alturas y de inmediato varias compañías bolivianas rodearon al Tercer Batallón del Regimiento paraguayo “Lomas Valentinas 15 de Infantería”. ¡Los pilas del 15 de infantería se rindieron!
Antes de que el teniente Pinto pueda enviar su informe al Comando, éste le hizo saber que había sido ascendido a capitán. No era para menos, Celestino Pinto, junto a sus soldados, había evitado que Camatindi caiga en poder de los paraguayos.
En el libro Repete, de Jesús Lara, están los pormenores de este evento, por haber sido dicho autor quien dictó el Acta de Rendición a los temblorosos comandantes paraguayos que habían caído prisioneros.
Pasada la guerra, Celestino Pinto se casó con Nelly Campero Arce, con quien tuvo tres hijos: Ana María, Raúl y Maribel Pinto Campero, todos con descendencia. Tuvo patriótica actuación como Canciller, Ministro de Defensa y leal amigo del presidente mártir Gualberto Villarroel cuando fue herido en el balcón de Palacio; más tarde, exiliado del país por Víctor Paz Estenssoro. Falleció el año 2002 a los 96 años. Un militar fuera de serie que la ciudad de Sacaba debería exaltar mucho más, haciendo un portentoso monumento en su honor.
El autor es ingeniero
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