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De un tiempo a esta parte es común ver noticias al estilo de "la triangulación de llamadas ayudó a capturar a sospechosos". En muchos casos el uso de este término no es correcto, debiendo utilizarse el de "geolocalización de llamadas". Desde ya, se debe aclarar que, si bien tanto la triangulación como la geolocalización de llamadas permiten determinar la posición de un dispositivo de telefonía móvil, lo hacen con un amplio margen de error que puede ir desde un par hasta cientos de kilómetros.
Las antenas de telefonía móvil están configuradas en celdas o células, donde cada célula corresponde al área de servicio o cobertura de la señal que brinda una radiobase, por eso los dispositivos móviles se conocen como "celular". Cada radiobase se comunica con los celulares de su área de cobertura y les brinda servicio.
En cada momento cada celular está negociando el servicio con varias radiobases, y es la red de telefonía la que automáticamente escoge cuál radiobase brindará servicio el celular de acuerdo con varios factores: climáticos, calidad de señal que varía según los obstáculos que haya entre el teléfono y la radiobase como áárboles, edificios y formaciones naturales.
En todo momento la red de telefonía conoce en qué celda existe encendido un dispositivo, para direccionar las llamadas entrantes a esa radiobase específica. Solo cuando se realiza una llamada entrante o saliente es que se genera un registro de la llamada con la duración, costo, origen, destino y radiobase en la cual fue realizada la llamada. Es así que se generan los detalles de llamadas que se pueden obtener bajo requerimiento fiscal.
La geolocalización de llamadas radica en el hecho de saber en qué radiobase se hizo o atendió una llamada, y mediante las coordenadas geográficas y la cobertura aproximada de esta, determinar que ese celular (y presumiblemente su propietario) estaban en el área de cobertura de esa radiobase.
Esta área corresponde a toda la zona que circunda a la radiobase, que en zonas urbanas puede ir desde el radio de acción de 1 kilómetro a decenas de kilómetros en zonas rurales. Este proceso permite a las autoridades reducir el campo de búsqueda de un sospechoso que podría haber estado en cualquier punto de la ciudad, a solamente el área de cobertura de esa radiobase, para proceder a hacer un barrido de la zona, con foto o retrato hablado al estilo de "¿Conoce a este tipo? No. ¿Conoce a este tipo? Ah sí, vive en la esquina".
La geolocalización de ninguna manera permite establecer la ubicación específica de un dispositivo, sino como vemos, dar una pauta de su ubicación respecto a una zona y con un amplio margen de error.
En contraposición, la triangulación sí permite establecer con un poco más de precisión la ubicación de un celular en la red de telefonía, pero siempre en tiempo real. Ello se realiza calculando la distancia del celular a por lo menos TRES radiobases (tri-angulación), y mediante cálculos trigonométricos, establecer la ubicación con un margen de error de un par de kilómetros cuadrados, y nuevamente con un barrido de la zona, dar con los sospechosos.
Aquellos informes periciales que, basados en un detalle de llamadas ubican milagrosamente a un dispositivo móvil en coordenadas geográficas específicas que relacionan al imputado en un hecho delictivo, caen en la especulación y pseudociencia que por supuesto tienen un amplio margen de error. La informática forense es una ciencia exacta que no da lugar a ese tipo de suposiciones, por lo que podrían ser impugnados mediante una contrapericia.
El autor es ingeniero, perito en informática forense.
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