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El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, pidió hoy a los políticos y a otras organizaciones externas no interferir en las decisiones y el debate de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, porque es una entidad independiente.
“Pedimos con todo respeto a las instituciones, organizaciones, grupos políticos o corporativos externos a la institución, que se abstengan de interferir en las decisiones y el debate de la organización, y sobre todo que se evite el uso de la violencia con cualquier propósito, en cualquiera de sus instalaciones”, dice Villena, en un comunicado de prensa.
Advirtió que se debe respetar la propia organización interna de APDHB, sus mandatos, estatutos y sobre todo su “independencia de cualquier intento de sometimiento a otros objetivos que no sean la defensa de los derechos humanos”.
Exhortó a los grupos y las personas que cuestionan algunas decisiones de quienes cumplen la responsabilidad de conducir la APDHB, que ejerzan sus derechos en el marco de la legalidad, el diálogo y el respeto hacia la institución, su historia y sus principios de unidad e independencia.
En tanto, al final de la noche, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz ratificó por unanimidad a la directiva presidida por Amparo Carvajal, que en los último días estuvo a punto de ser desplazada por una fracción vinculada al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS)
Comunicado de prensa del Defensor del Pueblo
La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia es una de las instituciones más emblemáticas para nuestra democracia y constituye uno de los cimientos históricos más importantes en la lucha militante y comprometida por la defensa de los derechos humanos, desde las propias organizaciones de la sociedad. A lo largo de sus más de 35 años de trabajo permanente ha aportado a la construcción de una sociedad que tenga como principio de convivencia el respeto pleno e irrestricto a los derechos individuales y colectivos, y lo ha hecho a través de la lucha inclaudicable contra quienes conculcaron los derechos fundamentales en las oscuras épocas de las dictaduras militares y luego en la imposición del modelo neoliberal.
Esta decisión de vida le ha generado en muchas ocasiones la persecución, la violencia, la tortura e incluso la muerte de algunos de sus miembros como Luis Espinal y Julio Tumiri. Su lucha se mantiene hasta hoy contribuyendo “a la construcción de una sociedad digna, solidaria y equitativa, para el pleno disfrute de los derechos humanos en la perspectiva de la construcción y consolidación de un Estado Plurinacional desde la diversidad”.
La base de su fortaleza han sido sus principios, su compromiso con los sectores más vulnerables de la sociedad, su independencia, su pluralidad, su coherencia y su unidad. Creemos firmemente que estos valores deben seguir siendo los que guíen su accionar, articulando las distintas visiones de sus miembros, pero también respetando su propia organización interna, sus mandatos, estatutos y sobre todo su independencia de cualquier intento de sometimiento a otros objetivos que no sean la defensa de los derechos humanos.
Desde la Defensoría del Pueblo y por nuestro mandato constitucional de velar por la defensa, cumplimiento, promoción y difusión de los derechos humanos, respetando plenamente la autonomía y naturaleza social de la Asamblea, exhortamos a los grupos y las personas que cuestionan algunas decisiones de quienes cumplen la responsabilidad de conducir la organización, que ejerzan sus derechos en el marco de la legalidad, el diálogo y el respeto hacia la institución, su historia y sus principios de unidad e independencia.
Asimismo pedimos con todo respeto a las instituciones, organizaciones, grupos políticos o corporativos externos a la institución, que se abstengan de interferir en las decisiones y el debate de la organización, y sobre todo que se evite el uso de la violencia con cualquier propósito, en cualquiera de sus instalaciones.
Creemos que los derechos humanos implican sobre todo la lucha permanente para que los derechos de todas y de todos se cumplan, se ejerzan y se respeten, sin ninguna distinción y más allá de las visiones e intereses de partidos, grupos o ideologías. Valoramos los esfuerzos que desde las instituciones del Estado Plurinacional, del que somos parte, se realizan a diario para avanzar en el cumplimiento de los derechos humanos y que muestran resultados concretos y evidentes, pero también valoramos y respetamos las iniciativas y el trabajo de instituciones como la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, que durante décadas han aportado a estos propósitos y lo han hecho desde el compromiso y el sacrificio por legarnos un país que viva en paz, democracia, libertad, justicia e igualdad.
Finalmente confiamos que los problemas que hoy enfrenta la Asamblea, serán resueltos en el ámbito de su propia normativa y procedimientos y que, como ocurrió siempre, las diferencias serán subsanadas en base al diálogo y el consenso, manteniendo sus principios y sus objetivos institucionales con los que aportan para bien de la sociedad y del Estado Plurinacional.
Rolando Villena Villegas
Defensor del Pueblo
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