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El alcalde de la ciudad de Quillacollo, Eduardo Mérida, inició este lunes una huelga de hambre en rechazo a la intención de los operadores del MAS, que buscan con presiones sobre la Fiscalía y la Justicia enviarlo a detención preventiva y alejarlo del cargo en los próximos días.
Dijo que asume la extrema medida, no para defender “su pega” sino del derecho que tiene Quillacollo a elegir y tener una autoridad electa democráticamente, porque hace 11 años que esa población sufre una inestabilidad municipal.
“Alcalde que no es del MAS, es perseguido y encarcelado. Quiero manifestar que los cinco concejales masistas, más los cinco de su bancada y un Demócrata, en combinación con diputados y senadores del MAS, se han trazado el camino de entregar la alcaldía a los concejales Antonio Montaño y Sacarías Jaita”, declaró a radio Kanchaparlaspa de la red Erbol.
Mérida dijo que es víctima de un “golpe municipal” porque esos operadores presionan a fiscales para acusarlo de corrupción en un proceso “orquestado con jueces y fiscales”. Su próximo audiencia cautelar está prevista para el 4 de julio por daño económico, conducta antieconómica, uso indebido de bienes y servicios públicos que tienen una sanción de ocho años.
“Ya está pactado, no hay corrupción pero me hacen ver como si lo hubiera”, manifestó a tiempo de señalar al Sindicato de Trabajadores de la Alcaldía, como el autor de varias querellas que incluso llegaron a obtener un mandamiento de apremio.
“Estos golpistas no puede pisar su democracia, no nos dejan elegir, pido que venga la OEA, ONU y la prensa, a la audiencia. Invitó a la población que pueda hablar, no puedo dejar la silla edil, sometiéndome al circo con delitos sembrados”, declaró.
Pidió también al presidente Evo Morales intervenga defendiendo al pueblo de Quillacollo en su derecho de elegir porque sin hacer nada, lo buscan encarcelar.
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