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El presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Ever Moya, confirmó los malos tratos de los que son víctimas los cadetes de la Academia Nacional de Policías (ANAPOL) y denunció ser víctima de amenazas desde que se inició la investigación relacionada a la muerte de Cinthia Poma.
Sin precisar nombres, el legislador del Movimiento Al Socialismo (MAS) manifestó que en los últimos días se recabaron más denuncias por parte de estudiantes en la institución del orden, quienes incluso se quejaron de la alimentación y el incumplimiento del reglamento de sanciones. Se solicitará informes desde 2010, manifestó el legislador.
“Existe ese tipo de castigos en la ANAPOL, los mismos familiares de los cadetes muchas veces nos han llamado, nos han informado, inclusive hasta la alimentación es pésima. No hay atención adecuada en temas de salud, más los sancionan y ni siquiera cumplen el reglamento de sanciones, no se puede vulnerar los derechos de una persona”, reprochó Moya.
Existen al menos tres casos que habrían sobreseído, según el asambleísta. También explicó que en la totalidad de los casos, los abusos son perpetrados por instructores de los cadetes y no por los directores de la ANAPOL. El funcionario deploró la lentitud con la que avanzan las investigaciones en la justicia ordinaria.
Moya subrayó que las amenazas que recibe no lo atemorizan. Se espera que el Ministerio Público termine su labor para determinar quiénes son los responsables de la violencia que sufren las cadetes. Lamentó que hasta el momento no exista ni siquiera un informe forense final sobre la muerte de la uniformada, pese al paso de los días.
“Ingresan pues llamadas con número privado y es muy difícil ver quién te llama, y viene con ciertos insultos, pero eso no nos atemoriza, estamos en un Estado de derecho y por tanto vamos a investigar y esto no debe molestar a nadie, se deben llevar adelante las investigaciones y sancionar a quienes son responsables”, apuntó.
La diputada de Convergencia Nacional (CN), Alejandra Prado, denunció la existencia de una mafia policial encargada de proteger a malos uniformados, la cual tiene, según sus palabras, la capacidad de demorar investigaciones y ocultar pruebas. Atribuyó a esta situación el nulo cambio de mentalidad en el verde olivo.
“Pienso que existe dentro de la Policía un grupo que está operando y hace que todos queden mal. La policía es un órgano con muchos funcionarios que no gana buenos sueldos y terminan cometiendo actos de corrupción para ganar más dinero. Lastimosamente no existe la forma de reformar la Policía porque existen poderes dentro”, señaló.
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