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El viceministro de la Pequeña y Mediana Empresa, Martín Basurco, responsabilizó a los gobiernos municipales por la continua comercialización de la ropa usada. Dijo que las alcaldías otorgan los puestos de venta a las personas dedicadas a esta ilícita actividad en el país.
“En el marco de la comercialización, hay instancias gubernamentales, en este caso los gobiernos municipales, que autorizan la venta, que autorizan la existencia de puestos de venta y que son los responsables de si hay o no puestos autorizados para esta venta de (ropa usada)”, afirmó.
Sin embargo, el funcionario también reconoció que existe un escaso control en las fronteras y esta situación permite que la ropa usada siga ingresando al país.
“Manifesté en varias ocasiones y de manera pública que la ropa usada entra de contrabando, por lo que estamos trabajando con la Aduana Nacional para mejorar nuestros mecanismos de control de fronteras”, sostuvo.
Pese a que en abril de 2007 se promulgó el Decreto Supremo 28761 para prohibir la importación y venta de ropa usada en Bolivia, esta actividad aún persiste en diferentes puntos del Estado Plurinacional.
Al respecto, el secretario ejecutivo del Consejo Central de Artesanos de la ciudad de El Alto (COCEDAL), Javier Jarro, dijo que no existe voluntad del Ejecutivo para combatir esta actividad que está “matando” a los pequeños productores.
“Ya nosotros hemos marchado, hemos peleado, hemos dicho que (la ropa usada) está matando a la producción nacional, pero sigue”, lamentó.
Por su parte, Basurco acudió a la conciencia de los bolivianos para que el consumo de lo nuestro aumente dejando de lado la compra de ropa usada o aquellas nuevas prendas importadas del exterior.
“Nosotros creemos que es crear conciencia, pero sobretodo tiene que ver con la autovaloración de los bolivianos, es decir, reconocer que somos capaces de producir todos estos productos con la calidad que merecemos”, apuntó.
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