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La Selección francesa tiene la responsabilidad de continuar con la limpieza de su imagen y avanzar en el Mundial, por lo que este lunes está obligada a derrotar a una compacta Nigeria en Brasilia en duelo por octavos de final.
Los Bleus, que llegaron la noche del sábado a la capital brasileña, se habían entrenado por la tarde a puerta cerrada, incluido el defensa Mamadou Sakho que trabajó por separado.
Durante el primer cuarto de hora, abierto a la prensa, Sakho fue el último en llegar a la cancha de Ribeirao Preto (sureste), donde los franceses se concentran, y dio varias vueltas de calentamiento antes de hacer estiramientos con uno de los preparadores físicos.
El segundo capitán del equipo, que la víspera fue sometido a una resonancia magnética tranquilizadora sobre el estado de su muslo dolorido desde hace una semana, sigue siendo duda para el duelo en el Mané Garrincha.
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