Sólo el fútbol en Bolivia es profesional; el resto, semiprofesional o amateur

El deporte en Bolivia tiene una marcada diferencia entre el fútbol y el resto de las actividades, que se ve reflejada en cada una de las jornadas que se cumplen a lo largo de una temporada.

Sueldos que alcanza un techo de 20 mil dólares, en los grandes equipos, con primas que van hasta por encima de los 200 mil, provocan un gran movimiento económico.

Detrás del este deporte, sobran los dedos de una mano para contar profesionales deportivos en el país: Atletismo, básquetbol, voleibol y tenis suelen tener jugadores profesionales.

En el curso de los últimos años las carreras denominadas 10 K, han entregado premios a los ganadores: 2.000 dólares a cada vencedor.

El básquet y voley se han incorporado lentamente al profesionalismo, pero quienes reciben una remuneración son los refuerzos que llegan del exterior, mientras los nacionales juegan más por el cariño a la camiseta.

En el tenis, una generación de deportistas está en el intento de llegar a formar parte de las grandes listas, pero aún tiene mucho camino por recorrer para incluirse en la ATP y su grupo de élite. Una mejor suerte tratan de encontrar  varios boxeadores, sobre todo paceños, pero se trata de esfuerzos más bien  de tipo personal.

De ahí en más, todo es prácticamente amateur y un peldaño más abajo está el deporte recreativo.

En algún caso, quienes han querido ser profesionales han tenido que ir al exterior a buscar mejores perspectivas económicas, porque en el medio no hay respaldo estatal ni privado, tal el caso de algunos ciclistas que se fueron a Colombia.

Sin embargo, a pesar de que el fútbol mueve varios millones de dólares por cada temporada, no tiene comparación con lo que se recibe como profesional del deporte en el exterior.

Este fin de semana, en Las Vegas, Estados Unidos, el boxeador  Floy Mayweathers le dará la revancha a Marcos Maidana en un combate que ha despertado expectativa en todo el orbe.

El norteamericano, que tiene un palmarés impresionante ya que jamás ha perdido, suele percibir por un combate la friolera de 33 millones de dólares, que es 32 millones más el presupuesto del Ministerio del Deporte en Bolivia.