Barcelona gana al Chapecoense en una jornada especial

Noche de sonrisas y lágrimas en el Camp Nou. El Barcelona dividió su trofeo Joan Gamper en dos definidos actos. En el primero se homenajeó al Chapecoense, equipo que el pasado mes de noviembre quedó diezmado tras sufrir un accidente aéreo en el que fallecieron 71 pasajeros y en el que solo sobrevivieron tres futbolistas. Los tres, Alan Ruschel, Jackson Follman y Helio Neto, estuvieron ayer en el Camp Nou y el primero volvió a jugar por vez primera un partido desde aquel fatídico día.

El homenaje y el saque de honor dio paso al segundo acto, el futbolístico, en el que el Barcelona olvidó todo sentimentalismo y puso en marcha su maquinaria con la vista puesta en el Real Madrid. El equipo de Zidane será el próximo rival con un título en juego, la Supercopa de España. Valverde empezó a dejar claras sus intenciones y apostó por el equipo que podría ser titular ante los blancos. Ya sin Neymar pero con Deulofeu ocupando la banda izquierda. «Queremos volver a ganar todo y como siempre necesitaremos de vuestro apoyo, en los buenos y en los malos momentos», había expuesto Andrés Iniesta en los prolegómenos y su juego auguró un próspero futuro a pesar de la ausencia del brasileño.

El Chapecoense acusó el cansancio. No hay que olvidar que el grueso de su plantilla había aterrizado en la Ciudad Condal cuatro horas antes del inicio del partido. El domingo se estaban jugando la permanencia en su campeonato brasileño y en el Camp Nou se notó el cansancio y la diferencia de nivel entre dos equipos con objetivos deportivos diametralmente opuestos.

Los primeros minutos fueron un acoso y derribo a la portería de Elías, cuyo equipo poco más podía hacer que achicar el agua que trataba de hundir su navío. La mano de Ernesto Valverde ya se empieza a notar y la asfixia a la que somete el Barcelona a sus rivales en la salida del balón empieza a ser una seña de identidad de los azulgranas. Así trató de sobrevivir el equipo brasileño en la primera mitad, aunque a los cuatro minutos ya había sufrido tres claras ocasiones de gol. No salvó la cuarta, que tomó Deulofeu para aprovechar una maravillosa asistencia de Rakitic. Era el minuto cinco y la superioridad del Barcelona era aplastante. Tanto que Busquets solo tardó cinco minutos más en anotar el segundo. Desde fuera del área, con un potente disparo, aprovechando un recurso que muchas veces se le reclama al equipo catalán.

Las ocasiones del Barcelona se iban sucediendo y la presión culé asfixiaba al Chapecoense, lo que no evitó la ovación del respetable cuando Alan Ruschel, el superviviente que volvía a jugar, fue sustituido a falta de diez minutos para que acabara la primera parte. Poco antes, Leo Messi se había convertido en el máximo goleador de la historia de los trofeos Joan Gamper, con un tanto en el que aprovechaba una asistencia del debutante Deulofeu. El canterano, a la espera de la llegada de Dembélé, se perfila como el sustituto de Neymar.

La fiesta no hubiera sido completa si uno de los jugadores que más intentó marcar no lo hubiera conseguido. Luis Suárez se estrenó esta pretemporada y afinó la puntería de cara a la Supercopa de España. El uruguayo necesitó diez minutos de la segunda parte para batir a Elías, que milagrosamente solo había tenido que recoger cuatro balones del fondo de su red. Mediada la segunda parte se adivinaron algunas de las intenciones de Valverde, la principal es que Sergi Roberto no jugará más en el lateral derecho. El canterano, perseguido por el Manchester United, sustituyó a Iniesta y aportó su llegada en los minutos finales. Y la segunda, las pocas opciones que tendrán Arda Turan y las nuelas para Douglas. Invitación a que busquen equipo.

Los minutos finales quedaron afeados por los numerosos y continuos cambios en este tipo de partidos de pretemporada. El duelo acabó con un buen penalti forzado por Semedo que Alcácer falló. No le importó al Camp Nou, feliz por la goleada y sensibilizado con la cruel historia sufrida por el Chape.

(ABC)