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El Manchester United penaba su falta de efectividad hasta que apareció Rooney. Su tanto tumbó al CSKA de Moscú (1-0), acercó los octavos y paró el reloj que indicaba las horas sin gritos ni celebraciones. 404 minutos después, los diablos rojos festejaron un tanto oficial. Desde que le hizo un 'hat-trick' al Brujas en verano no marcaba el capitán del United en Europa. Volvió en el momento justo para, de cabeza, poner al conjunto inglés líder y entrar en la leyenda de los 'red devils'.
Con su diana, Rooney se convierte en el segundo máximo goleador de la historia del club. Empata con Law (237) y sólo tiene a Bobby Charlton (249) por delante. Fue una noche de números: celebró su trigésima diana en Liga de Campeones convirtiéndose en el inglés que más tantos acumula en el actual formato de la máxima competición continental. "Es un honor, estoy encantado", declaró aún sudado. Su gol, de cabeza y bajo la lluvia a pase de Lingard, terminó con el sopor y con más de una hora de tedio y 'run run' en Old Trafford.
Durante todo el encuentro, Rooney no encontró la portería. Se resbalaba, no llegaba, no la veía... era la imagen de un United espeso, sin alegría, que se estrellaba ante un CSKA que se limitaba a esperar y a buscar una contra. Filtraban balones y centros al área los diablos rojos pero los remates de Smalling, Young, Rojo, Carrick, Mata... se marchaban alto o fuera.
Lingard lo intentaba con sus desbordes. Fue la única nota fresca de un equipo blando y sin excesivas ideas. Van Gaal retiró a Martial (una garantía de desborde en cada lance) y Old Trafford se disgutó. "Somos el United, queremos atacar", cantaba una afición que veía como su equipo tocaba y tocaba (tuvieron un 68% de posesión) pero no profundizaba. El United adolece de gol pero defiende bien: lleva 390 minutos sin encajar un gol. Depay volvió a jugar en Champions sin excesiva participación. No aparecía el hueco hasta que Doumbia lo encontró en la zaga inglesa. Se plantó delante de De Gea, que sacó una mano providencial a su tiro. El rechace se colaba pero Smalling lo rebañó. Un susto antes del éxtasis.
Bajo la lluvia, un balón cruzado le cayó a Lingard que de primeras se lo puso en la cabeza a Rooney. Gol y un minuto de efervescencia en el que el delantero inglés le devolvió la asistencia, de 'cuchara', a Lingard, cuyo tiro se encontró con Akinfeev. El CSKA no reaccionó y el United ya respira. Fin a la sequía.
Grupo B
- Manchester United 7 puntos
- PSV 6 puntos
- Wolfsburg 6 puntos
- CSKA 4 puntos
tomada de: marca.com
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