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La depreciación del peso frente al dólar ha impactado fuertemente el reporte trimestral de Petróleos mexicanos (Pemex). La petrolera reportó este viernes a la Bolsa mexicana de valores una pérdida de 163.200 millones de pesos, unos 8.790 millones de dólares, en el segundo trimestre de 2018. El resultado ha llevado a la compañía mexicana a una pérdida neta de 2.673 millones de dólares durante el primer semestre de 2018. Esta información ha coincidido con la revelación del equipo energético que acompañará la presidencia de Andrés Manuel López Obrador a partir del 1 de diciembre.
El alza de los precios del crudo impulsó las exportaciones de Pemex, disparando sus ventas un 36% comparado al segundo trimestre de 2017. La empresa dirigida por Carlos Treviño también dijo que la liberación de los precios de la gasolina y el diésel en México, una de las promesas de la reforma energética que abrió el mercado a la competencia. Pero esto no pudo impedir una pérdida neta que supera los 2.000 millones de dólares en el semestre frente al resultado positivo de 6.400 millones reportado por la empresa en el mismo periodo del año pasado. Pemex explicó que la depreciación de la moneda local en este año le ocasionó una pérdida cambiaria de 6.370 millones de dólares.
No obstante, la producción de crudo de la empresa continúa decreciendo desde 2004, cuando produjo 3.3 millones de barriles diarios. Pemex ha informado que durante el segundo trimestre su producción se ha colocado en los 1.8 millones de barriles por día. Esto representa un 7.3% menos que lo que la empresa producía hace un año.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE), encargada de la producción eléctrica en el país, también ha presentado cifras negativas en el periodo debido a un aumento de su gasto administrativo. La empresa dirigida por Jaime Hernández registró pérdidas de 28.000 millones de pesos, 1.500 millones de dólares. En el mismo periodo de 2017, la compañía reportó solo 380 millones de pesos de pérdidas.
El equipo energético de López Obrador
El reporte de resultados negativos de las dos principales empresas energéticas mexicanas coincide con el anuncio de López Obrador de su equipo energético. El próximo presidente de México, que asumirá el poder el 1 de diciembre, es originario de Tabasco, un Estado petrolero. El futuro mandatario ha elegido a Octavio Romero, uno de sus hombres más cercanos y quien también es originario de esa entidad del sureste, para encabezar Pemex. Romero es un ingeniero agrónomo que acompañó a López Obrador en su Gobierno en Ciudad de México (2000-2005) como su oficial mayor, el encargado de administrar los recursos materiales y humanos de la Administración local.
Romero será el encargado de supervisar el traslado de la compañía al Estado de Campeche, en el sureste del país. Esta es una de las promesas hechas por López Obrador en campaña para descentralizar las oficinas del Gobierno mexicano.
Manuel Bartlett, el polémico exsecretario de Gobernación con el presidente Miguel de la Madrid y ministro de Educación de Carlos Salinas, será el director de la CFE. Bartlett, quien militó en el PRI hasta 2006, fue uno de los más insistentes opositores a la reforma energética emprendida por el Gobierno de Enrique Peña Nieto. Rocío Nahle, exdiputada federal del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), se convertirá en la futura secretaria de Energía de López Obrador.
Nahle, Romero y Bartlett dirigirán los cuatro proyectos prioritarios anunciados ayer por López Obrador y para el que se destinarán por lo menos 9.400 millones de dólares en el primer año de Gobierno de Morena. La mayor parte de esta inversión, unos 4.000 millones de dólares, será destinada a exploración y perforación de pozos petroleros y así poder incrementar la producción de Pemex hasta los 2.5 millones de barriles diarios, una cifra que la empresa no ha alcanzado en el último lustro.
Otro de los proyectos prioritarios es rehabilitar las seis refinerías que hay en el país, con un presupuesto de 2.600 millones de dólares. El objetivo es que estas plantas puedan aumentar su producción entre el 30 y el 100% en los próximos dos años. El Gobierno de López Obrador también ha anunciado la construcción de una séptima refinería en el Estado de Tabasco en los próximos tres años para la que destinaría más de 8.500 millones de dólares. Esta decisión ha sido duramente cuestionada en México aunque el ganador de las elecciones la ha defendido asegurando que le permitirá alcanzar su objetivo de dejar de importar combustibles. Otros 1.000 millones de dólares serán dirigidos al rescate de las hidroeléctricas y para la producción de energías limpias y más baratas.
Tomado de El País
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