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El Papa Francisco criticó las décadas de despojo, maltrato y exclusión que han enfrentado los pueblos indígenas.
En la ceremonia religiosa que ofició en el centro de deportes ante miles de indígenas de México y Centroamérica, el jerarca católico recordó que el colonialismo enseñó a defraudar y a adueñarse de tierras de otros.
“Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones”, reclamó desde el estado más pobre del País.
“El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”, añadió.
En una visión más ecológica, el Papa aprovechó para concientizar del desafío ambiental que enfrenta el mundo.
Además, consideró que los pueblos indígenas deben enseñar a la humanidad a relacionarse armónicamente con la naturaleza.
“La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes.
“Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que gime y sufre dolores de parto”, continuó.
El Pontífice dijo que los jóvenes están expuestos a una cultura que intenta suprimir sus características y diversidades culturales.
Por ello, los exhortó a no perder la sabiduría de sus ancianos.
“En el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pueblos está inscrito el anhelo de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz”.
El Papa Francisco inició su homilía con la frase “Li smantal Kajvaltike toj lek (la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma)”.
No fue casualidad
Por su voluntad, la ceremonia se celebró también en tres idiomas nativos -tzeltal, tchol y tzotzil-, algo inusual.
El primer Papa latinoamericano y jesuita confirmó así su deseo de manifestar con gestos concretos su cercanía y solidaridad con los olvidados del mundo.
“¡‘Tatik’ Francisco!”, fue la respuesta de los indígenas, que intervinieron finalizada la misa.
“Todo el pueblo indígena de Chiapas, de México y de Guatemala estamos muy agradecidos por tu visita aquí, en nuestra diócesis de San Cristóbal de Las Casas”, afirmaron.
Agradecieron que el Papa Francisco haya autorizado nuevamente -luego de que Juan Pablo II lo suspendiera- la ordenación de diáconos casados, un tema que suscitó una enorme pelea en el siglo pasado entre las facciones más conservadoras del clero mexicano y las progresistas.
“Muchas gracias, ‘Tatik’, por autorizar nuevamente el cargo de diaconado permanente indígena con su propia cultura, y haber aprobado el uso en la liturgia de nuestros idiomas.
“Queremos escuchar a Dios y hablarle en nuestro propio idioma”, concluyeron los habitantes de esta tierra, de ascendencia maya.
A mediodía, Francisco almorzó con ocho indígenas. (Periódico AM)
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