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La duda en relación a quién ganaría el partido terminó a los diez minutos: El gol de Rodas, producto de una jugada colectiva, terminó por convencer a Bolívar que Petrolero tenía muchos problemas para mantener el cero.
Sin embargo, la llegada de ese tanto marcó al mismo tiempo el final de la parte más dinámica del encuentro: Petrolero bajó sus líneas, cerró los espacios y los celestes se desgastaron buscando el segundo tanto.
La Academia tiene mucha dinámica cuando cuenta con espacios, pero salta a ojos vista que su fútbol no es tan vertical cuando al frente hay mucha gente defendiendo, lo que deja en evidencia que el trabajo de la semana es asimilado de forma disímil por los jugadores.
En el segundo periodo, pese a los cambios, el ritmo del cotejo no varió. Bolívar tuvo el balón, y Petrolero se defendió. Hubo en el equipo visitante algunos jugadores que hacían evidente su miedo escénico, convertido en pánico, cando tuvieron la oportunidad de empatar.
Así, Martínez y Hurtado no pudieron empatar y Quiñónez, que era el único que tenía el coraje de ir al frente con decisión, fue sacado del partido por su entrenador: toda una contradicción.
En medio de ese panorama, Tenorio subió el marcador a dos cero en el minuto 75. Fue la consolidación del triunfo.
Ganó Bolívar sin mostrar la dinámica de otros cotejos, pero lo más importante para los celestes será que siguen siendo punteros.
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