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En octubre del 2000 fueron asesinados en el Chapare el teniente David Andrade, su esposa embarazada y el sargento de UMOPAR, Gabriel Chambi; en octubre de 2013 perecieron en Apolo el oficial de Policía Jhonny Reynaldo Quispe Chura, el subteniente de Ejército Oscar Girondo, el suboficial primero de la Armada Boliviana, Willy Yucra Mamani y el galeno Michel Olivares Albas. Para el Movimiento Al Socialismo (MAS), ambos hechos no tienen punto de comparación.
La dirigente nacional del instrumento político, Leonilda Zurita, señaló que hace 13 años “era diferente” porque las fuerzas de erradicación de coca ilegal estaban comandadas por Estados Unidos (EEUU), mientras que ahora las acciones corresponden a la democracia.
“En aquel momento era diferente, hoy es diferente. En aquel momento, a los policías y militares comandaban los gringos, la DEA y la CIA, y nunca luchaban contra el narcotráfico. Hoy nuestros efectivos son dignos y estamos en una democracia”, sostuvo la representante.
La pasada jornada, la expresidenta de la Cámara de Diputados y militante del MAS, Rebeca Delgado, criticó las políticas de eliminación de la hoja verde y la lucha contra el narcotráfico, además de comparar los luctuosos hechos de Apolo a lo sucedido cuando Evo Morales era dirigente del Trópico de Cochabamba.
“Es lo que pasó el 2000 cuando Evo Morales era cocalero y realizaba estas prácticas, fue cuando el teniente Andrade y su esposa embarazada murieron, ahí estaba Margarita Terán. Yo en esa época era defensora pública y reclamaba la vulneración de derechos (…) No es admisible (lo ocurrido) en el proceso de cambio”, manifestó Delgado.
Se continúo la erradicación confiando en la ‘buena fe’
Para el gobernador de La Paz, Cesar Cocarico, la erradicación de cultivos continuó pese a las advertencias de los propios funcionarios del gobierno porque se confiaba en la “buena fe” de los pobladores de Apolo. También advirtió el ingreso y salida, sin ningún tipo de control, de ciudadanos colombianos y peruanos en la zona.
“Nosotros, los bolivianos y creo las instituciones, actuamos en el marco de la buena fe. No podemos creer que los bolivianos estemos agarrando fusil y empecemos a disparar a matar, yo creo que a nadie le cabe en la cabeza eso”, afirmó la máxima autoridad departamental.
Menos de ocho mil hectáreas para el acullico
Menos de ocho mil hectáreas de coca de los Yungas son necesarias para el acullico en Bolivia, según el director del Centro Latinoamericano de Investigación Científica (CELIN), Franklin Alcaráz. También afirmó que la violencia registrada en Apolo, y que costo cuatro vidas, se incrementará al no existir acciones concretas.
Los datos compartidos por el especialista se basan en el estudio realizado durante el año 2000 que determinó que en toda Bolivia sólo un 14 por ciento de la población acostumbra practicar el acullico (un poco más del millón de habitantes). Hoy el estimado está por debajo de las ocho mil hectáreas del arbusto determinadas a 2010.
“Nosotros hicimos el cálculo de alcance geográfico comparando solo los cultivos de hoja de coca de los Yungas, que es la que se acullica (…) Se necesitan menos de ocho mil hectáreas para atender el mercado nacional, ahora el rendimiento de las plantaciones ha mejorado”, detalló Alcaráz.
El director explicó que el volumen de producción de coca mejoró, el año 2000 se proyecto 1.8 toneladas métricas por año en cada hectárea, cifra que se incrementó actualmente por el uso de fertilizantes y la plantación de más arbustos en menor espacio, factores que determinan cuatro cultivos por año.
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