SINDICATOS

Seguridad
Lucio Quispe indicó que la denuncia se ampara en el estatuto de la Federación y que los sindicatos se presentan ante el Ministerio Público en calidad de víctimas.
Social
“Está en peligro el sindicalismo porque el Gobierno está haciendo una injerencia sindical en nuestro país”, aseveró el ejecutivo de la COB desde Suiza.
Social
Maestros urbanos dicen que el “Defensor del Pueblo ya no defiende al pueblo sino al MAS”. Califican de fascista la Acción Popular porque “pretende criminalizar la huelga y el derecho a la protesta”. Hay declaratoria de estado de emergencia en Casegural y magisterio.

OBREROS Y MOVIMIENTOS SOCIALES

Mario Mamani Morales

La clase obrera y movimientos sociales son dos realidades muy diferentes que se esclarecen según pasan los momentos históricos que en las últimas décadas vivió Bolivia y trasciende hoy.
Los obreros, quienes venden su fuerza de trabajo al empleador, organizados en sindicatos y aglutinados en la Central Obrera Boliviana, se constituyeron en la fuerza vital en la lucha contra las dictaduras y rescatar el sistema democrático que vivimos.
Sus luchas, además de defender las libertades sindicales y políticas, estaban orientadas a mejores salarios, condiciones laborales, vigencia de los partidos políticos, oposición tenaz al exilio y persecución de dirigentes; es decir, respeto a la libertad plena que no tenía vigencia antes de l982.
En 1985 siendo gobierno el MNR, se asume para el país una política neoliberal expresado a través del D.S. 21060, pone la mirada en la necesidad de destruir la organización de los obreros, es decir, los sindicatos, aplastar su capacidad de movilización y representación de la COB que tenía como su principal sustento la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, FSTMB, junto a otros sectores asalariados. En la máxima organización laboral también estaban los campesinos a través de la FSUTCB.
Durante la vigencia de la política neoliberal los gobiernos de turno aplastan a las organizaciones obreras, los disminuyen y minimizan, los sindicatos pierden su poder, la clase obrera se dispersa y aparecen los anillos de pobreza en la periferia de las ciudades que reciben a miles de migrantes de las minas, también de campesinos que buscan mejores condiciones para seguir subsistiendo.
En esta dinámica de hechos políticos y económicos, la necesidad de organización en el pueblo impulsa esporádicamente el nacimiento de otras formas de defensa que con el tiempo se denominan movimientos sociales, diferente a los sindicatos. En el entorno de los países latinoamericanos esta dinámica es interesante y se expande desde el norte hacia el sur.
Frente a la política neoliberal aparece, por ejemplo, el movimiento Zapatista en México que visibiliza las injusticias discriminatorias y de desprecio a los más pobres por parte del poder alineado con la política de EE.UU. En Brasil Lula da Silva nunca hubiera llegado al poder si no hubiera surgido el Movimiento de los Sin Tierra, cuyas acciones reivindicativas hace temblar al país más grande del Continente; en Argentina los Piqueteros son otro ejemplo de movilización del pueblo,  Venezuela, Uruguay y Ecuador también tienen movimientos sociales, en éste último los indígenas asumen su rol político hasta encumbrar en el poder al presidente Correa; en Venezuela surge la presencia del comandante Chávez que da impulso a un cambio de época en la historia del América.
En Bolivia los movimientos sociales hacen presencia con las Juntas Vecinales, los campesinos a través de las Federaciones departamentales y nacionales, las Bartolinas que hacen presencia con lideresas surgidas en el campo, los cocaleros, los colonizadores que se identifican como los interculturales. Las organizaciones obreras pasan a segundo plano, además otros son los objetivos.
Hoy se habla de asuntos de género, de la Madre Tierra y la necesidad de su preservación, la no discriminación por asuntos de raza, color, religión o etnia; es decir, los marginados dentro de la política neoliberal  asumen la corresponsabilidad para la elaboración de planes, presupuestos, coordinación, local y nacional para la conducción del Estado, la sociedad muestra un cambio.
Esta diferenciación entre organizaciones obreras y movimientos sociales, ambos con fines del bienestar común, surgidos por la necesidad de defensa de derechos ciudadanos, la libertad política y la consolidación de un proceso democrático, nos lleva a preguntarnos: ¿dónde ubicamos al movimiento cooperativo minero que escribió las últimas páginas de nuestra historia?

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GOLPE ARTERO CONTRA LA DEMOCRACIA

Jenny Ybarnegaray Ortiz

 

"Si eres neutral en situaciones de injusticias, has elegido el lado del opresor"
(Desmond Tutu)

El comité Ejecutivo de la FSTMB encabezando una manifestación en La Paz, en los años ochenta

Foto tomada de DERPIC, Graciela. En LIBERtad. Charlas con aquel que está aquí. La Paz, El Cuervo, 2015

He debido dejar pasar un par de días para poder reaccionar ante la “sorpresa” que  dio el gobierno con el anuncio del Decreto Supremo Nº ¿2348 o 2349? el “Primero de Mayo”, día internacional de los trabajadores.

El “decreto 2348, abarca las personalidades jurídicas de sindicatos, federaciones, confederaciones y centrales obreras, que a partir de la fecha solo podrán ser tramitados ante el ministerio de Trabajo y que serán reconocidas con el visto bueno del presidente Evo Morales. Se busca evitar la ramificación de las representaciones1.  Mientras que el “decreto 2349 [se refiere a la] otorgación de personalidades jurídicas. Establece que las personalidades jurídicas de Sindicatos, Federaciones, Confederaciones y Centrales Obreras, cuyo objeto sea la defensa de sus derechos laborales, deberán ser tramitadas únicamente ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, concluyendo con la emisión de la Resolución Suprema correspondiente2.  Esta norma aún no ha sido publicada en la Gaceta Oficial, por lo tanto, no tenemos acceso al texto completo para poder analizarla plenamente. Sin embargo, su sólo anuncio provoca una intensa preocupación, más allá de una profunda y justa indignación.

Ya se sabe que cuando se trata de medidas antojadizas, el gobierno hace caso omiso de la CPE que, para los efectos de este decreto, vale lo mismo que papel mojado. No obstante, no está por demás recordarles que, sin lugar a interpretaciones graciosas, el Artículo 51 de la Carta Magna señala, que “(I) Todas las trabajadoras y los trabajadores tienen derecho a organizarse en sindicatos de acuerdo con la ley; (II)  El Estado respetará los principios sindicales de unidad, democracia sindical, pluralismo político, autosostenimiento, solidaridad e internacionalismo”; (IV) “El Estado respetará la independencia ideológica y organizativa de los sindicatos. Los sindicatos gozarán de personalidad jurídica por el solo hecho de organizarse y ser reconocidos por sus entidades matrices3.

Ahora resulta que este artículo de la CPE había sido de pura y dura inspiración “imperialista” y, de yapa, seguramente “neoliberal”, ya que al momento de anunciar el estrafalario decreto, por el que Evo Morales se atribuye la potestad de suscribir la personería jurídica de las organizaciones sindicales, éste argumentó que “somos un país antimperialista”. Al parecer, Morales ya se olvidó de su no tan antigua militancia sindical. Los dictadores militares que se sucedieron en el poder entre los años sesenta y ochenta, se “limitaron” a proscribir la actividad sindical; pero, desde la fundación de la Central Obrera Boliviana, ningún presidente se había tomado tan audaz como arbitraria facultad. En este momento quisiera verlo del otro lado, como dirigente de las federaciones de cocaleros del Chapare, frente a un presidente cualquiera anunciando este decreto; no me cabe la menor duda que, desde esa posición, convocaría a una insurrección popular, con bloqueo de caminos y huelga general e indefinida “hasta las últimas consecuencias”.

En el acto de presentación de éste y otros decretos no estuvo presente la dirigencia de la COB. Las indagaciones periodísticas señalan que esa ausencia no fue señal de disconformidad con este atropello, sino por el hecho de que el presidente no había emitido otros decretos esperados y “previamente consensuados”, según dirigentes del ente matriz, como el referido a la “imprescriptibilidad” (vaya, palabrita más complicada la que se buscaron) de las vacaciones de los trabajadores formalmente asalariados, se supone, porque de los otros –es decir, de la mayoría– ni para qué hablar, si ni siquiera existen.

Si la desvergüenza de vocales electorales, transparentemente proclives al partido de gobierno, ya no sorprende a nadie ¿por qué debiera de sorprendernos este decreto? No debería, nos están acostumbrando a pasar de colmo en colmo con tanta ligereza que ningún colmo ya es ¡el colmo! Este decreto no es más ni menos que un ladrillo agregado al muro del proyecto “hegemónico” que vienen construyendo sin prisa ni pausa desde hacen varios años. Una hegemonía que, en la perspectiva de ciertos intelectuales del “proceso de cambio”, queda reducida al simple y llano dominio coercitivo de la sociedad, sin más trámite que el arbitrario uso del poder; pero que, en este caso, pasa por el filtro de una democracia formal desdibujada hasta en sus básicas normas éticas, ya que ni las formas guardan para hacernos creer que todavía vivimos en un “estado de derecho”.

Este decreto, me agarró en medio de la lectura de un precioso libro que acaba de publicar Gisela Derpic, intitulado “En LIBERtad. Charlas con el que está aquí”, una semblanza biográfica de LiberForti, quien fuera secretario de culturas de la antigua COB. Al final de sus días, ya retirado del quehacer político, Liber veía con claridad meridiana la tendencia autoritaria de este gobierno; pero, creo que nunca llegó a imaginar que pudiese llegar a este extremo.

Hoy, más que nunca, pienso en Liber, el libertario, y en decenas de dirigentes sindicales que hicieron de la Central Obrera Boliviana el más robusto bastión de defensa de los derechos humanos del pueblo boliviano, no sólo de las y los trabajadores asalariados. Con luces y sombras, con tropiezos y aciertos, con dirigentes más o menos esclarecidos, esa COB ha desaparecido del escenario político del país. La que hoy conocemos es apenas una triste sombra de lo que fue, con una burocracia cooptada hasta la médula, incapaz de representar los intereses de sus bases, inclinada de bruces ante el poder que los ha seducido con la ilusión de ser poder sin serlo. Los actuales dirigentes de la COB han perdido todo atisbo de dignidad, se venden a precio de gallina muerta, por un triste curul parlamentario donde apenas sí alcanzan a levantar la mano para aprobar las leyes que proyecta el poder ejecutivo, en medio de bostezos, porque sólo para eso están ahí.
Al conculcar la  independencia sindical este Primero de Mayo, el gobierno ha dado un artero golpe a la democracia. Pero, lo más lamentable de este asunto no es el golpe mismo, sino el silencio cómplice y ladino de la dirigencia sindical actualmente encaramada en la Central Obrera Boliviana que ni siquiera ha tenido un gesto de protesta frente a este golpe, lo que lleva a la triste conclusión de que es co-autora de este decreto supremo.

A pesar de todo esto, quizás ésta sea la oportunidad que estábamos esperando para emprender el camino de construcción de un instrumento político capaz de retomar la senda de la histórica COB, un instrumento político capaz de proyectarnos hacia los anhelos de justicia, igualdad, equidad, democracia y buen vivir para todo el pueblo boliviano y no sólo para unos pocos oportunistas. ¡Tomemos el reto, estamos aún a tiempo!

1 Fuente: El Deber http://www.eldeber.com.bo/economia/sepa-dicen-cuatro-decretos-del.html y otros trascendidos de prensa
2 Fuente: Presidencia http://www.presidencia.gob.bo/fuente/noticia.php?cod=3148
3 CPE, Art. 51, subrayado nuestro.
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Regional
Los choferes del Sindicato de Transporte Bustillo paralizaron sus actividades en protesta contra sus similares del Sindicato de Transporte 27 de Julio, que obtuvieron una autorización para operar hasta Llallagua.
Indígenas
Zenobio Fernández, del Jatun Ayllu Yura, señaló que no los doblegarán porque su estructura territorial está bien definida ancestralmente.
Indígenas
Según Gonzalo Mamani de la CSCIB son “varios” los sectores que piden la reestructuración de la COB, pero admitió que no son parte de la misma como los mineros cooperativistas.