El senador Arturo Murillo también criticó la forma como supuestamente Quintana negó tres veces “como Pedro a Cristo” que conocía a Gabriela Zapata, cuando ayer se demostró que tenían una relación muy cercana.
“Sí, yo he enviado la carta y me ratifico en todo lo que he dicho (…) Los chats son verdaderos. Estoy siendo utilizada en todo esto”, dijo Zapata al salir de la audiencia.
Como prueba, el abogado León mencionó el supuesto número de teléfono celular con el que Quintana se comunicó con Zapata. En Whatsapp, esa línea está con una foto del Ministro en su perfil.
Recordó que la llamó “vulgar y delincuente” y lo acusó de atentar con el Estado Nacional. En la carta, Zapata también afirma que Quintana la “castiga” por no obedecerlo “en lo que tenía que decir ante los medios de comunicación y el pueblo boliviano”.
Las internas explicaron que por su “estado anímico y nerviosismo” se permitió a Zapata quedarse en enfermería y no mezclarse con la población carcelaria.
La autoridad jurisdiccional advirtió a Zapata y Eduardo León que deben cumplir las normas que garantizan la privacidad del menor, o de lo contrario se elevará antecedentes al Ministerio Público.
León aseveró que los atropellos contra Zapara van desde su detención, que por una orden del Órgano Ejecutivo, hasta su reciente traslado de cárcel que a su juicio implica una represalia por haber involucrado al ministro Juan Ramón Quintana en su caso.
El traslado de Zapata se dispuso presuntamente por razones de seguridad y porque, según un informe, las internas de ese recinto se quejaron porque “la señora Zapata (…) estaría causando malestar, intranquilidad y la división dentro de la población penal”.