DEMANDA MARITIMA BOLIVIANA

ASUNTOS PENDIENTES

Juan José Toro Montoya

El crédito chino duplica la deuda externa boliviana pero el gobierno la considera “manejable”. En nueve años al mando del Estado, la actual administración ha elevado el monto de la deuda de 1.831 millones a 9.434 millones de dólares. Como consecuencia de esos movimientos financieros, cada boliviano debe 900 dólares a diferentes acreedores. Como cualquier ama de casa sabe, aumentar una deuda es hacerse más dependiente y una persona que es dependiente no puede considerarse soberana. Deuda externa y soberanía… ¿no es un buen tema de debate?
La demanda marítima ante la Corte Internacional de Justicia ha congelado los otros 12 temas que Bolivia y Chile incorporaron, de mutuo acuerdo, en su agenda bilateral. Uno de los 13 puntos pendientes es el uso de las aguas del Silala. Cada día, 50 millones de litros de agua se van a Chile donde son vendidos por una empresa privada a la población civil y las mineras del norte de ese país. Según un último cálculo del gobierno, Chile le debería a Bolivia entre 8.000 a 10.000 millones de dólares por el uso de esas aguas… ¿no es un buen tema de debate?
En un lapso de cinco años, Potosí le hizo dos huelgas al gobierno de Evo Morales, una de 19 y otra, la última, de 27 días. La movilización potosina es por un pliego petitorio que incluye la construcción de un nuevo aeropuerto. El gobierno ha rechazado de plano el pedido argumentando que no se justifica. Hace solo unos días, ese mismo gobierno inauguró un moderno aeropuerto en Chimoré, en pleno territorio cocalero, cuyo costo asciende a 36 millones de dólares. ¿Se justifica ese gasto?... ¿no es un buen tema de debate?
El Tribunal Supremo Electoral ha suspendido de sus funciones a cinco vocales del tribunal departamental de Chuquisaca por su responsabilidad en la anulación de los votos de un frente opositor que posibilitó la elección del gobernador Esteban Urquizu, actualmente en funciones. Dado el alto nivel del cargo que estaba en juego, la sanción confirma que en ese Departamento se cometió el más escandaloso fraude electoral de los últimos tiempos. ¿No es un buen tema de debate?
El 21 de febrero de 2016 los bolivianos volveremos a las urnas, esta vez para responder si queremos que se modifique o no la Constitución con el fin de posibilitar una nueva postulación del presidente Evo Morales. La redacción de la pregunta es, por decir menos, poco clara y actualmente está en manos del Tribunal Constitucional. Evo Morales ya lleva nueve años continuos en el poder y todavía le quedan cuatro por delante. ¿Realmente debemos votar por otros cinco adicionales?.. ¿No es este otro buen tema de debate?
Como se ve, en el país hay muchos temas sobre los cuales discutir y varios son decisivos para nuestro destino común, aquel que tenemos como un conglomerado de personas, como una sociedad política y jurídicamente organizada. ¿Les dedicaremos a esos asuntos el mismo tiempo y pasión empleados para debatir sobre el destino del reinado del carnaval cruceño?

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Historiador chileno opina que tarde o temprano Bolivia y Chile tendrán que hablar de canje territorial

 
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20 de octubre del 2015

¿TRAICIÓN A LA PATRIA…?

Edgar Toro Lanza

“Esuna traición a la Patria…”, calificó en su cuenta twitter el funcionario público Idon Moisés Chivi a la entrevista que ha realizado el padre Eduardo Pérez Iribarne al canciller chileno, Heraldo Muñoz por Radio Fides, sobre el tema marítimo, el sábado 10 de octubre de 2015.

Incluso dejó entrever que Pérez habría recibido dinero por tal entrevista, según publicación de la Agencia de Noticias Fides (ANF). El descontrol de Chivi incluso lo llevó a pelearse con un periodista a través de las mismas redes sociales a quien le dijo “cobras sueldos de sexta, falso periodista de séptima”.

Chivi fue más allá. “Mientras Chile pierde terreno en el campo comunicacional, algunos aquí dentro, le abren campo comunicacional a Chile”, expresó en clara alusión al padre Pérez.

Es decir, el despropósito y la ignorancia de Chivi en temas de periodismo, le lleva a confundir un acierto periodístico con una “traición a la Patria”. Desconoce que el periodista busca la mejor información sobre un tema latente del momento para brindarla a la opinión pública.

La importancia de esta entrevista surgió a raíz de que el vocero por la causa marítima Carlos Mesa fue entrevistado por el periodista Juan Manuel Astorga en Televisión Nacional de Chile (TVN). La brillante participación de Mesa causó molestia en el gobierno chileno, tanto que el Congreso Nacional anunció que iba a convocar a los directivos del canal para que den explicaciones al respecto.

En Bolivia, la ministra de Comunicación, Marianela Paco, invitó públicamente al canciller chileno y su vocero a que vengan al país a una entrevista por el canal oficialista Bolivia Tv(está lejos de ser estatal) en reciprocidad a la realizada a Mesa. Los chilenos retrucaron y dijeron que Muñoz no venía por sus “recargadas labores”.

¿Ante eso…??? ¿Qué le correspondía hacer a cualquier medio y periodista con un poquito de olfato periodístico…???

Pérez hizo lo que cualquier medio que se precie de ser grande en Bolivia debería haber hecho. Mientras el debate en las redes era quién debería entrevistar al canciller chileno y su acompañante, el sacerdote sorprendió a todos y lo que en la jerga periodística se denomina “patada”. Es decir, ser el primero en dar la primicia de una noticia que todos estaban esperando.

El contenido de la entrevista se traduce en la cantaleta de siempre que Chile sostiene: no hay salida al mar con soberanía.

¿Entonces…? ¿Se ha puesto en peligro la soberanía del país para decir que fue una traición a la Patria…? ¿En qué le ayuda a Chile esta entrevista? ¿Los jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya van a utilizar esta entrevista en nuestra contra? ¿Se habrán enterado? ¿En qué le perjudica a Bolivia?

No hay por donde perderse. Hay funcionarios de quinta como Chivi que intentan desprestigiar cualquier buena labor que se haga en el país. Esto fue una, pero una buena entrevista, solo eso.

Ante estos atropellos oficialistas, resulta que hasta trascendió que los periodistas debemos pedir permiso a la cancillería para realizar cualquier entrevista. Un absurdo tan grade como eso no amerita mayores comentarios. Ya me imagino decirle: Hey… Choquehuanca quiero hablar con Obama, ¿puedo…???.

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CARLOS Y EDUARDO

Juan José Toro Montoya

El éxito obtenido, hasta ahora, en la Corte Internacional de Justicia con la demanda marítima ha puesto de moda a dos expresidentes bolivianos, Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez.

Además de expresidentes, ambos son reconocidos profesionales en sus respectivas áreas y eso es lo que destaca la gente pensante. Tan bien cayeron que hasta se hicieron gráficas con sus fotografías proponiéndolos para presidente y vicepresidente.

Déjeme explicarle las razones que tengo para no estar de acuerdo:

Rodríguez Veltzé tiene un excelente perfil, especialmente en su natal Cochabamba, pero muchos parecen haber olvidado cómo fue que llegó a la presidencia de la República. Era ministro de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) cuando renunció su presidente, Armando Villafuerte, y se desató una pugna por la sucesión. En virtud a la última parte del artículo 53 de la Ley de Organización Judicial de entonces, quien debía sucederlo en el cargo era el decano, Kenny Prieto. Pese a ello, Rodríguez fue elegido presidente interino de la CSJ violando por lo menos tres normas como se denunció, en su momento, en el Consejo de la Judicatura.

Cuando se produjo la ilegal elección, el diario El Potosí alertó que lo que en realidad se jugaba no era la presidencia de la corte sino de la República. La advertencia se hizo realidad cuando Carlos Mesa renunció a la primera magistratura del país y, tras los desistimientos del presidente del Senado, Hormando Vaca Díez, y de Diputados, Mario Cossío, Eduardo Rodríguez asumió el mando de la nación. Aunque se intentó legalizar la elección en la CSJ, el mandato de Rodríguez nació nulo y eso pone en entredicho sus actos como presidente de la República.

Mesa sucedió a Sánchez de Lozada tras la guerra del gas. Aunque fue un excelente gobernante, no logró completar su mandato porque no tenía —ni tiene— un aparato político que lo sustente en el poder.

A mi juicio, Carlos Mesa fue quien inició la actual pugna por el acceso soberano al mar ya que rompió relaciones con Chile y declaró públicamente sus intenciones de pelear por nuestra más que centenaria reivindicación. La prueba está en aquella fotografía en la que se lo ve con una chalina del tinku colgando de su cuello y con el mar a sus espaldas. Fueron los tiempos en los que dijo que “ni una molécula de gas” sería vendida a Chile.

La diferencia entre ambos se hizo evidente en los últimos días. Cuando lo entrevistaron en Chile, Mesa no solo dejó bien parado al país sino que declinó comentar sobre los intentos de una nueva reelección del presidente Evo Morales. Dijo que no hablaría de temas de política interna de Bolivia estando en Chile. Cuando volvió al país, declaró que no estaba de acuerdo con la “repostulación”. A Rodríguez le preguntaron lo mismo y él prefirió guardar silencio.

Mesa fue un buen presidente y lo más probable es que volvería a serlo. Lamentablemente, no solo no tiene el suficiente respaldo partidario sino que no es un hombre para estos tiempos.

Paciencia. Parece que cada pueblo tiene, no más, los gobernantes que se merece.

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MÁS SOBRE EL FALLO DE LA HAYA: ORÍAS Y EL ROL DE “LOS DOCTORES”

Raúl Peñaranda U.

El Vicepresidente está en una franca campaña contra la república. Todo lo que ocurrió antes, dice García Linera, no tiene valor. Le achaca a los gobiernos previos todos los males. En sus recientes discursos ante públicos diversos señala cosas como: “en el pasado, los gobierno deseaban mantener a la gente en la pobreza, en la miseria, no quería que los niños se sanen y querían regalar todo a los gringos”.
Es más grave lo que hizo hace poco frente a dirigentes interculturales al explicar la causa marítima ya que se lanzó especialmente contra “los doctores” para insistir en que fue un “campesino” (Evo Morales), el que logró el éxito en La Haya. Al atacar a los “doctores”, una forma de retratar a las élites bolivianas del pasado, García Linera está atacando a toda la estrategia jurídica boliviana ante la Corte Internacional de Justicia. En su esfuerzo por lograr la reelección suya y la de Evo a toda costa,  en el nuevo modo en el que está, en el que adora hablar por horas y horas, el Vicepresidente no logra reprimirse y, así, afecta la argumentación nacional. Justamente la estrategia del país ha sido construir sobre lo que los “doctores” hicieron en 136 años de historia, en muchas veces complejas, agotadoras y descorazonadoras negociaciones con Chile. Precisamente allí está la fuerza del planteamiento boliviano (y debilidad chilena), en recordar el pasado y haber convertido esta lucha en una política de Estado.
Pero no yerra García Linera del todo. Es correcto que fue Evo, “un campesino”, quien decidió emprender, en una carrera inicialmente un poco a ciegas, el proceso judicial internacional. Se debe reconocer que su intuición, aunque no hubiera sabido todavía, cuando hizo el anuncio en 2011, qué pasos seguirían después, acaba de implicar un gran triunfo internacional como es el reciente fallo de La Haya. Es un inicio de un proceso largo que podría desembocar en la consolidación de una nueva etapa de la historia boliviana.
¿Pero y los “doctores”? ¿Por qué negar su aporte? No solo los del último siglo, de esa república con fallas que el gobierno intenta desacreditar más de lo que merece, sino también los de ahora. No hay más representación de “doctores” que dos personajes claves en este asunto, como son Eduardo Rodríguez y Carlos Mesa, además de excancilleres como Armando Loaiza, hoy de capa caída, y Gustavo Fernández y Javier Murillo, en este éxito. Todos ellos tienen una línea ideológica contraria al gobierno y todos fueron cruciales para el resultado obtenido. La inteligencia y pragmatismo del gobierno hizo que fueran convocados. El patriotismo de los mencionados los hizo aceptar el desafío pese a sus claras diferencias con el gobierno. Y si es así, ¿por qué el Vicepresidente se regodea en atacar a los “doctores”? ¿O algún “masista genuino” podría haber tenido, por ejemplo, la solvencia que mostró Mesa en el canal estatal chileno? No hay ninguno de ese nivel. ¿Qué hubiera hecho García Linera en ese set? ¿Hablar de comunitarismo y marxismo-leninismo? Y, a propósito, el menos “doctor” de todos ellos, el canciller David Choquehuanca, “otro campesino” para seguir con la etiqueta del Vicepresidente, es hoy el más aislado de los políticos que tienen que ver con este tema. (No vale la pena comentar el dislate de la ministra Marianela Paco de insinuar que Mesa es un “antripatriota” porque dijo que votará No a la reelección de Evo).
Tras casi un siglo desde el fallido intento boliviano de llevar el tema a la Liga de las Naciones, Bolivia estuvo en un callejón sin salida. El tratado de 1904 era como un sino ineludible. Todo había sido zanjado, creíamos. Pero otro de los “doctores”, Ramiro Orías, empezó a fines de los 90 a mascullar la idea de que se podía llevar a Chile ante un estrado internacional eludiendo el Tratado de 1904. Orías, un abogado internacionalista, ha debido sentir que araba en el desierto, durante años, mencionando su idea. “Bolivia debe procesar a Chile”, decía, “usando el concepto de ‘actos unilaterales de los Estados’”, que generan una obligación de éstos. Los Estados, asegura esta relativamente nueva concepción del derecho internacional, no pueden, así nomás, prometer cosas a otros. Su palabra empeñada debe traducirse en hechos.
Orías, que era consultor de Unidad de Análisis de Política Exterior (UDAPEX) de la república que tanto odia García Linera, presentó en 2000 su documento, en el que propuso dejar de lado la estrategia de intentar afectar la vigencia del Tratado de 1904 y a cambio plantea “iniciar una nueva negociación jurídica internacional para acordar una salida libre y soberana a las costas del Pacífico, tal como Chile ha ofrecido de manera expresa y formal en 1895, 1920, 1923, 1926, 1950, 1953, 1961, 1975 y 1987”. Y esa idea fue el centro de la argumentación boliviana en La Haya.
Con su proverbial modestia, Orías, a quien el gobierno actual le negó participar del proceso debido a que es un supuesto “neoliberal”, le dijo a Isabel Gracia de ANF hace unos meses: “me alegra que lo que yo propuse haya contribuido a la presentación de la demanda, aunque me hubiera gustado tener un rol como asesor”. Hoy trabaja en EEUU. El “Estado Plurinacional” de García Linera tiene el raro privilegio de haber alienado a uno de los actores cruciales del éxito diplomático más importante en décadas.

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Política
El político chileno reiteró la importancia de mantener el tema limítrofe con las autoridades que corresponden en la Corte Internacional de Justicia de La Haya y no dejar que declaraciones externas cambien el discurso.
Internacional
El canciller (s) Edgardo Riveros, reiteró que el país tiene "plena confianza en los argumentos" que solicitan a la CIJ declararse incompetente para resolver la demanda boliviana contra Chile.

NO EXISTE UNA ESTRATEGIA "POST HAYA"

Raúl Peñaranda U.

Bolivia está realizando una extraordinaria campaña internacional de información con respecto a la demanda marítima que el país ha interpuesto contra Chile. Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez, dos expresidentes de valía, realizan cada uno trabajos distintos, pero igualmente cruciales con el objetivo de abonar un terreno en el que el país espera lograr que el Tribunal de La Haya fuerce a nuestro vecino a negociar, de buena fe, una salida soberna al mar.

Mientras Rodríguez prepara los complejos alegatos judiciales, Mesa realiza permanentes giras internacionales para explicar las bases de la demanda boliviana. Se puede asegurar que Bolivia domina el debate respecto de su arisco vecino, cosa que no había ocurrido con frecuencia en el pasado. O tal vez, nunca.

Por otra parte, la oratoria y conocimientos de Mesa y el olfato político de Evo Morales han generado un estilo de trabajo que, da la impresión, hace trastabillar a Chile. Hay que añadir que para el país víctima siempre es más fácil defender sus argumentos. Muchos observadores latinoamericanos deben estar pensando algo así como: “¿Por qué Chile, con 5.000 kilómetros de costa, no devuelve a Bolivia, incluso mediante compensación territorial, una franja de 10 kilómetros de ancho?”.

Junto con eso, también se ha registrado un distanciamiento progresivo entre nuestra nación y Chile. Es comprensible. En una fase de alegatos, los planteamientos de uno afectan al otro. Pero la agudización del conflicto tampoco es conveniente para Bolivia. Llevar las cosas al límite solo ayuda a que la clase política chilena se una en torno a su Gobierno, como efectivamente ha sucedido con dirigentes como Marco Enríquez Ominami, que ha suspendido su respaldo a Bolivia. Incluso el expresidente Eduardo Frei, el más abierto de todos los exmandatarios a un acuerdo, hoy muestra una dura línea antiboliviana. Y las encuestas señalan que el respaldo de la ciudadanía chilena a la postura de Bolivia está en su nivel histórico más bajo.

En ese sentido, el hecho de que Mesa mantenga su decisión de viajar a Chile, aún a sabiendas que no es bienvenido y que, al final, quizás lo terminen vivando solamente los adherentes del movimiento chavista, puede no ser una decisión prudente. Y aún en un escenario en que Mesa fuera recibido por militantes de otros sectores políticos, son poco claros los objetivos que el país espera conseguir con ese viaje. No se puede saber exactamente si esa decisión ayuda más que perjudica. Y la visita ya ha sido calificada por las autoridades chilenas como una “provocación” y un interés en “dividir a la sociedad chilena”. De hecho, debido a sus posturas con respecto a Bolivia, el canciller chileno Heraldo Muñoz es el político mejor calificado de ese país, según una reciente encuesta de la empresa Adimark, con un 78% de aprobación.

El excanciller boliviano Armando Loaiza ha mencionado la importancia de preparar, de manera paralela a la demanda, un ambiente “Post Haya”.

Bolivia tiene expectativas razonables para pensar que ese tribunal aceptará los alegatos bolivianos y que, si los astros se alinean, como parece que lo están, resuelva que el país tiene razón. Chile, entonces, estaría forzado a negociar con nuestro país. ¿Y en ese momento estarán dadas las condiciones para ello? ¿Cuando los rencores son cada vez más agudos? ¿Con adversarios que se han maltratado?

Si el eventual fallo de La Haya no involucrara la necesidad de que los dos países negocien, entonces la estrategia boliviana de extremar las cosas sería razonable. Pero La Haya lo que hará, como máxima aspiración para Bolivia, es ordenarle a las partes a negociar. Bolivia no está trabajando por si ese escenario llegara. Y Chile, en esa eventualidad, podrá darle largas al asunto durante años.

Perú, de manera alterna a sus estrategias con respecto a la fijación de límites marítimos con Chile, que también se dilucidó en ese tribunal internacional, insistió en la estrategia “Post Haya”. Bolivia podría tomar ello como ejemplo.

Raúl Peñaranda es periodista

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