Contaminación

Economía
En las aguas de la bahía de Cohana se encuentran gran variedad de gérmenes (bacterias, virus, protozoos, helmintos, hongos y levaduras), siendo los más comunes los parásitos evacuados a través de las heces humanas. Lo cual puede causar enfermedades con diferentes niveles de gravedad.
Economía
El contralor Gabriel Herbas dijo que se encomendó mejorar el trabajo en el tema ambiental porque parte de las aguas residuales de la ciudad de El Alto y otras fuentes contaminan el lago Titicaca.
Regional
La exministra de Cultura y actual embajadora de Bolivia en Alemania, Elizabeth Salguero, dijo que sí se ejecutó el Proyecto de Desarrollo Sostenible del Lago Titicaca y no se perdió los 20 millones de dólares como se denunció el pasado fin de semana.
Regional
La secretaria departamental de Madre Tierra, Catalina Hilari, dijo que ya se tiene el estudio para ejecutar un proyecto de gran magnitud para reducir la contaminación del lago Titicaca, pero lo que falta es dinero.
Regional
El objetivo del Proyecto de Desarrollo Sostenible del Lago Titicaca –impulsado por Banco Mundial– era contribuir en la ejecución de una serie de iniciativas para preservar la zona. Fue aprobado el 20 de diciembre de 2007 y cerrado el 2 de febrero de 2015 sin que se concretice.
Ciencia y Tecnología
Mientras que las plantas absorben dióxido de carbono para crear azúcar y oxígeno, este sistema crea acetato, que es la base de diversos compuestos orgánicos
Regional
“Las ranas gigantes o jach’a jampatus (grandes sapos en aymara) sólo habitan en el fondo del lago Titicaca, nunca las podemos ver en la superficie, esto no es posible creerlo, algo pasa con las aguas”, afirmó Teodoro Mendoza, poblador de Pata Patani.
Indígenas
En la mesa de extractivismo mujeres indígenas de la Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra (RENAMAT), manifestaron que los impactos del extractivismo minero están poniendo en riesgo la vida, ya que las fuentes de agua están contaminadas.

ADIÓS LAGO POOPÓ

Pablo Cingolani

El barro lo atrapó. Mientras miles de tentáculos invisibles lo jalan hacia abajo, mientras se hunde, se va hundiendo sin pausa y sin remedio, el hombre confía, el hombre se confía: voy a salir, se dice para adentro, en medio de la soledad total que lo rodea, aunque él la conoce bien: es su soledad.
 
Diez mil pasos lo separan de la orilla. Diez mil pasos lo separan de tierra firme y el lugar donde el barro salino y movedizo se lo traga, se lo está tragando. El hombre se recrimina: ¿por qué carajo tomé este atajo?
 
La historia es memorable. Un hombre, un comunario de Llapallapani, un Uru, un pescador dice la noticia[1] aunque debería decir un ex pescador, navega el lago Poopó en una barca improvisada de calamina y madera. Va en busca de sus herramientas (¿de labranza?). Cuando quiere regresar, toma un desvío, y ¡zas! se friega y se enfanga y queda atrapado a diez kilómetros de la orilla. El motivo, según explicó el corregidor Quispe, fue que “al medio [del lago] se ha acabado el agua”.
 
La historia es dura, sufrida. El hombre se llama Eulogio Ríos (¡qué ironía!) e intentó librarse del barro por sus propios medios pero la salinidad de las aguas, le dañó los pies. Se quedó solo, sin comida y sin poder moverse en medio de la soledad total que lo rodeaba. Su propia soledad, la soledad de su pueblo, la soledad de un mundo que no sabe o no quiere entender que el mundo de los Urus está muriendo, está desapareciendo.
 
La historia es paradójica: un Uru de cinco mil años de domar las aguas y las alturas se queda atrapado (y casi muere) por que en las alturas, el agua se está acabando, ya no es agua: es barro. Lo más paradójico de todo es que a este hombre, a Eulogio, lo salvan un (su) teléfono celular y un helicóptero (no suyo, del gobierno). Me alegro por él, por el Eulogio, por su esposa y sus siete hijos que lo esperaban desesperados en Llapallapani. No me alegro por la tecnología, no puedo alegrarme.
 
La historia es triste, es tristísima. El lago Poopó se está secando y se está muriendo. Muerte por cinc. Muerte por cadmio. Muerte por contaminación minera. Muerte por cambio climático. A fines del año pasado, hubo tanta mortandad de peces y de aves, que ya huele a lo que los estudios científicos predicen: muerte anunciada, apocalipsis lacustre, adiós lago Poopó, nuestro propio Mar de Aral.
 
El celular sirvió para que Eulogio se comunicase y salvase su vida. Pero, ¿cómo hace el lago Poopó para comunicar que se está extinguiendo, que se está agotando, que ya no puede más? ¿A quién disca, con quien habla?
 
El helicóptero sirvió para ayudar a un Eulogio con arnés provisto por los bomberos de Oruro a salir de la trampa mortal donde había caído. ¿Quién ayuda al Lago Poopó?  ¿Quién lo rescata de su agonía?
 
Mi corazón me dicta una verdad terrible: no hay arnés, no hay bomberos, no hay ni siquiera esperanza.

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