COCHABAMBA. UMSS

Gremios universitarios sin horizonte

Constantino Rojas Burgos

De un tiempo a esta parte, la Federación Universitaria Docente (FUD) y el Sindicato de Trabajadores Administrativos de la Universidad Mayor de San Simón (SITUMSS) no representan los intereses y reivindicaciones de sus afiliados. Prácticamente han sido cooptados por las autoridades universitarias que tienen injerencia en las decisiones internas que se asumen en cada gremio.

 

Un ejemplo claro de esta afirmación es la ausencia de convocatoria para Asamblea Docente y de Administrativos evitando la discusión y el planteamiento del incremento del 7 por ciento a que a la fecha (octubre) no se viabiliza, pese a existir un Decreto Supremo que eleva el techo salarial del Presidente. No se deja espacios de interacción en los gremios que permitan expresar formas de presión surgida de las bases en el cumplimiento de una norma nacional.

 

La posición de la FUD es clara, total lealtad al Rector que fuera su Secretario Ejecutivo antes de asumir el cargo de autoridad vía Claustro Universitario en octubre de 2016. La FUD ahora constituye un espacio para catapultar a las autoridades en funciones de poder. En la comunicación de la FUD a sus afiliados vía correo electrónico, con preferencia solo envían mensajes de las actividades deportivas a la que parece dedican mayor importancia, y una que otra vez envía convocatorias a becas de la Dirección de Relaciones Internacionales y Convenios.

 

La directiva de la FUD no reacciona para nada contra el atropello a los docentes. No convoca a Asambleas ni ordinarias ni extraordinarias, no se manifiesta en lo absoluto ante los problemas nacionales: TIPNIS, Elección de Magistrados, Acción de Inconstitucionalidad Abstracta para la cuarta reelección del Presidente y Vicepresidente del Estado Plurinacional, ni presiona ni interpone sus buenos oficios para exigir el respeto a la institucionalidad de la Universidad.

 

Tampoco expresa su posición con referencia al Congreso Institucional que permita revisar, modificar, y/o actualizar el Estatuto Orgánico después de 28 años de vigencia para encarar con seriedad los nuevos desafíos que plantea el Siglo XXI. La ansiada y larga espera de la Titularización de Docentes Extraordinarios sigue en vilo, lo mismo que la aprobación de un nuevo Reglamento de Procesos Universitarios y la instauración de sus Tribunales respectivos que den lugar a la democracia universitaria libre de toda interferencia.

 

Similar actitud ocurre en el SITUMSS, que al igual que la FUD ha sido cooptado y controlado por las autoridades universitarias, de manera que asume una actitud de silencio e indiferencia. En las elecciones del gremio se sabía a voz en cuello a qué tendencia respondía el nuevo directorio y los hechos ahora nos dan la razón. Además del mutismo y la complicidad de sus afiliados que muestran total apatía para reclamar sus derechos, junto a su Directorio permiten la distorsión de los principios que rigen su organización.

 

La democracia representativa faculta que como electores deleguemos a través del voto la responsabilidad a un frente, para que asuma la defensa de los intereses del gremio, pero esa representación delegada es utilizada para defender intereses de grupo, distorsionando y negando el derecho que tienen los docentes y administrativos de expresarse a través de sus organizaciones como mandan sus estatutos.

 

Las organizaciones sindicales, sean fabriles, mineras, universitarias, etc., tienen la obligación de asumir la defensa de los intereses sociales, políticos y económicos de sus afiliados a quienes representan sin distinción de ninguna naturaleza. La FUD y el SITUMSS, por su naturaleza, deberían tomar distancia de las autoridades manteniendo independencia sindical por el bien de la universidad y de la totalidad de sus afiliados que esperan protección y resguardo de sus dirigentes.

 

El autor es periodista y docente universitario

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EL RECTOR QUE NECESITA SAN SIMÓN

Constantino Rojas Burgos

Después de tanto conflicto e incertidumbre en la UMSS, finalmente el viernes 6 de mayo se realizará el Claustro Universitario para elegir Rector y Vicerrector, después de 8 meses de la conclusión de gestión de las autoridades elegidas para el periodo 2011 – 2015, que por la crisis institucional dio paso a la sucesión, con la presencia de tres Rectores, de acuerdo a lo que establece la normativa universitaria.

Las autoridades legal y legítimamente constituidas, vía elección, tienen el desafío de encarar con prioridad dos problemas que se encuentran pendientes de solución: el Congreso Institucional para modificar y readecuar el Estatuto al nuevo contexto que vive el país y la universidad, al mismo tiempo, solucionar el problema de los docentes extraordinarios que exigen titularización —eso si— buscando mecanismos que no vulneren la normativa por intereses políticos y acciones de grupos de poder.

Dos tareas urgentes de solución que las futuras autoridades deben encarar con urgencia y que no debería ser “promesa de campaña”, porque cualquier frente que sea elegido tiene la ineludible obligación de enfrentar estos dos retos, para dotar a la universidad de normas actualizadas y coherentes que permitan recuperar la institucionalidad, respetando criterios de calidad y excelencia académica en el marco de la transformación y la reforma educativa.

Es recomendable que el Rector elegido responda a un perfil en el que se destaque sobre todo la experiencia académica reconocida por la comunidad universitaria. En su trayectoria personal al menos debería haber sido consejero de carrera, facultativo, universitario, director de carrera, director académico, decano hasta llegar al cargo de Rector. No es algo que se improvisa, sino que se va preparando previamente y cumpliendo una serie de cargos y aprendiendo de las necesidades que requiere la universidad.

Para ser Rector debe haber publicado libros, revistas, trabajos de investigación científica, conferencias magistrales, es decir, tener una autoridad moral y académica reconocida por la sociedad y por el sistema educativo estatal, que vería con agrado el aporte que desarrolla en la formación profesional.

También se debe exigir capacidad para planificar, organizar y ejecutar reformas en la universidad para disponer de un nuevo estatuto, de un modelo educativo, un reglamento de procesos, tribunal de primera instancia y de apelación que posibilite enmendar los errores del pasado en la aplicación de la normativa universitaria por presiones de grupos de poder.

Asimismo, el Rector elegido en Claustro Universitario debe ser un buen negociador, hombre o mujer de diálogo, con simpatía, amistad y popularidad con la comunidad universitaria. De igual modo, tener experiencia en gestión y administración de instituciones de educación superior (no basta haber sido dirigente de la FUD), además de interrelación con el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB), universidades públicas y privadas, apertura y buen trato con la prensa que acude en busca de información de las autoridades.

Debemos exigir que el Rector sea —en lo posible— un líder con empatía y capacidad de buscar acuerdos y consensos en situaciones de conflicto y de crisis. No basta que disponga de una estructura política que le apoya y apaña su capacidad de desplegar actitudes de autoritarismo, intransigencia y manipulación de las bases administrativas, docentes y estudiantiles.

El Rector, la persona que gobierna la universidad, conocido como Magnífico Señor Rector, es la Máxima Autoridad Ejecutiva que debe inspirar respeto, credibilidad y confianza en la gestión y la administración de la universidad. Si el candidato por el que vamos a votar en el Claustro Universitario del 6 mayo responde a estas exigencias, nuestra universidad, los docentes y estudiantes seremos también los ganadores de la contienda electoral.

El autor es periodista y docente universitario

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Regional
Los estudiantes protestan porque el 7 de abril el Consejo Universitario decidió aprobar una resolución mediante la cual los docentes extraordinarios se titularán sin rendir examen.