Opinion

LA ENFERMEDAD DEL PODER
Ser Crítico
Consuelo Espinoza
Jueves, 15 Septiembre, 2016 - 23:37

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Cualquier persona que está en el ejercicio del poder puede padecer del síndrome de Hubris.

La palabra “hubris” proviene del griego “hybris”, que significa excesivo orgullo o arrogancia. El síndrome hace que la personatome decisiones erróneas porque pierde la perspectiva de la realidad total y ve sólo lo que quiere ver. 

Ejemplos de hubris en la mitología incluyen a Ícaro, que se atrevió a desafiar al sol volando directamente hacia él, y al rey persa Jerjes, que ordenó azotar al mar porque una tormenta destruyó sus buques. 

Ahora bien, ¿Se puede identificar a alguien que desarrolla este curioso síndrome? En mayo de 2008, el político y médico británico Lord David Owen publicó “En el poder y en la enfermedad: enfermedades de jefes de Estado y de Gobierno en los últimos cien años”. En su obra, Owen explica que a muchos jefes de Estado la experiencia del poder les provoca cambios psicológicos que los conducen a la grandiosidad, al narcisismo y al comportamiento irresponsable.

Cita a George W. Bush, Hugo Chávez, Cristina Fernández, José María Aznar, Adolfo Hitler, Margaret Tatcher y Tony Blair como algunos de los políticos que padecieron del síndrome.

El ex canciller, economista y politólogo boliviano Agustín Saavedra Weise escribió en septiembre de 2012 un artículo al respecto en el que señala que al afectado lo intoxica el poder, sufre de una escalada de temores y susceptibilidades que afectan hasta su propio juicio y termina creyéndose perseguido, imagina conspiraciones por doquier o cree ser alguien muy superioral que nadie entiende por no estar a su altura. 

El afectado de turnoque presenta el síndrome de Hubris, prosigue Saavedra Weise, puede ser demócrata, dictador o profeta, pero será siempre alguien lleno de orgullo, con un insoportable complejo de superioridad sobre los demás y con recelos hacia todos y de todos. Como además cada poderoso termina creando (o se lo crean) su propio círculo áulico, tendrá una corte de adulones que con sus serviles conductas agigantará aún más el síndrome hasta que el enfermo termina creyéndose insustituible, único y predestinado.

¿Y qué pasa en el ámbito nacional? La historia reciente, concretamente, los últimos diez años de gobierno del MAS pudimos ser testigos de personajes políticos que se enmarcarían dentro los criterios de quienes padecen de este síndrome y que rinden culto a la personalidaddel Presidente Evo Morales.

Uno de ellos esel Vicepresidente Álvaro García Linera. El 25 de noviembre de 2015, durante la inauguración de la unidad educativa Viliroco enel municipio de Viacha, lanzó un discurso apocalíptico en el que advirtió: “El presidente Evo, si tiene apoyo, construye colegios; si no tiene apoyo, regresarán los gringos, regresarán los vendepatrias, regresarán los asesinos y a las wawas les van a quitar todo y no habrá destino y va a haber llanto, y el sol se va a esconder y la luna se va escapar, y todo va a ser tristeza para nosotros, no se olviden”, en referencia al referéndum constitucional celebrado el 21 de febrero cuyo resultado fuela victoria del No a la reelección de Evo Morales para un cuarto mandato constitucional con el 51.3% de los votos. 

Aunque al parecer a los únicos a los que el sol se les escondió por los resultados adversos fueron a los del MAS, no deja de llamar la atención este tipo de discurso glorificante y de exaltación hacia el caudillo.

Otro ejemplo es el de la presidenta de la Cámara de Diputados, Gabriela Montaño, quien en un discurso en ocasión del congreso departamental de mujeres campesinas del trópico de Cochabamba realizado el 18 de junio pasado afirmó: “Evo Morales es como el zumo de nuestra revolución (…) Evo Morales nace cada 100, cada 150 años en un país”.

Después, Montaño agregó en un par de tuits que Morales es parte sustancial del proceso revolucionario, no “sumo” como se interpretó en un principio que significa “supremo, altísimo o que no tiene superior”, según la Real Academia Española (RAE).

Otro caso es el del alcalde de Villa Tunari, Cochabamba, Asterio Romero, quien manifestó en la sesión de honor del Concejo de ese municipio: “El presidente Evo es mandado por Dios y, como Dios (lo) mandó a esta Tierra para gobernar, para cambiar, para fortalecer esencialmente en temas políticos o políticas de Estado, yo entiendo (que) se va a quedar con nosotros definitivamente”. 

Más recientemente, el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, expresó su deseo de que Morales se quede en el poder hasta el 2030, porque a su juicio, es más que el jugador de fútbol argentino Lionel Messi. “Que siga el proceso de cambio, que el presidente Morales es mucho más que Messi y tiene que estar no solamente hasta el ‘25, sino hasta el ‘30. Así que nos tiene que acompañar por mucho tiempo”, enfatizó durante un acto en el trópico de Cochabamba. 

La exagerada presencia de imágenes, fotografías, designación de escuelas, calles, campos deportivos, edificios públicos y mercados con el nombre de Evo Morales es otra de las características de quienes rinden culto a la personalidad del líder. 

Estas manifestaciones públicasde elevar al líder a una posición casi sagrada, incuestionable e infalible, en cuanto a todo lo que dice y hace obvian que a quien rinden culto no es un dios, es un ser humano, con imperfecciones humanas, por lo cual es falible, puede errar, equivocarse. 

Según David Owen, la única manera en que el poderoso pueda “curarse”contra el hubris, es que simplemente pierda su poder. 

En la mitología griega, el afectado por la desmesura del poder siempre terminaba frente a Némesis, la diosa de la venganza y la justicia, encargada de terminar con la dolencia del poderoso, pero al precio de destruir también a la persona en el proceso.  

@consuelo4470