Opinion

POTOSÍ, EL CERRO Y KARACHIPAMPA
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Martes, 14 Enero, 2014 - 17:52

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El Cerro Rico de Potosí se desmorona. Es irreversible. Se asemeja a un hormiguero en plena actividad. Delicado, frágil y al primer toque se viene abajo y nunca más podrá adquirir su forma original, cónica, colorada, imponente y en su tiempo Rey de los Montes y envidia de los Reyes.

Los ávidos de sus minerales, sin piedad alguna, con o sin autorización de las instituciones llamadas a su preservación, exprimen el contenido de sus venas que durante más de 500 años fueron cruelmente holladas para erigir fortunas en otros continentes, fundar florecientes ciudades en varias partes del orbe, incluida sus vecinas, fue el sustento económico de una nación que lleva el nombre del Libertador Bolívar.

No hay piedad alguna, no se entienden razones, no hay justificación que valga, el entendimiento está cegado por la ambición del dinero que se obtiene, primero de las vetas macizas, luego de sus colas y desmontes y ahora de toda roca que se halla por encima de la cota en la cumbre. Las pocas voces que claman en su defensa son consideradas enemigas de la clase minera, del sistema cooperativizado donde más bien imperan los patrones.

El Patrimonio de la Humanidad, el Cerro Rico de Potosí, se rellena hoy con plastoformo y cemento en lugares de donde se extrajeron millones de dólares. De su preservación como Patrimonio de la Humanidad no se puede hacer una política en esferas de gobierno porque más interesa el voto de los que la destruyen, más bien son aliados para mantener vigente el poder y la destrucción del Sumac Orcko.

¿Interesa preservar el Cerro Rico en esferas de gobierno? ¿Se ha hecho algo significativo, duro, consecuente y firme para sostenerlo en pie? ¿Se pasó a la acción después de tantas inspecciones de visu? ¿Por qué las instituciones de la humanidad no dicen algo si el Cerro Rico es su Patrimonio? ¿Es que sus minerales deben seguir alimentando sus economías? ¿No sería bueno hacer un referéndum nacional para definir la suerte de este símbolo de la entidad boliviana? ¿Mientras se lee este artículo, cuántas toneladas de mineral se extraen para enriquecer a pocos? ¿Se olvida la Historia de este Coloso de América?

Otra cuestión importante es que de manera franca, seria, responsable y definitiva se diga a Potosí que el elefante blanco de Karachipampa no funcionará nunca. El famoso horno Kivcer jamás será encendido en las actuales condiciones: es tecnología caduca, inservible aunque flamante, pero ya no hay quien la entienda, aún vengan técnicos japoneses, chinos o se encargue partes a EE.UU. de Norte América. El problema es así de sencillo.

Muchos profesionales en la Universidad Autónoma “Tomás Frías” saben de esto; pero nadie les hace caso.
Cuando se instaló esta planta, en la década de los 80 del Siglo pasado, llegó a costar 300 millones de dólares (¿estoy errado?). ¡Una fortuna…! ¿Hasta hoy cuánto cuesta nuestro Elefante Blanco? ¿Alguien llevó las cuentas? Sólo un ejemplo: en octubre de 2009, para el reacomodo de las maquinarias y manejo óptimo de los gases tóxicos para evitar –disque- la contaminación se “invirtieron” 1.8 millones de dólares ¿Cuántos reacomodos, estudios, comisiones, reuniones, viajes, contratos con técnicos nacionales y extranjeros, discursos en la plaza y el atrio de la Catedral se hicieron?

Desde aquellos años, todos los gobiernos que pasaron por el Palacio Quemado, en La Paz, ofrecieron poner en marcha la Planta Metalúrgica de Fundición de Plomo-Plata de Karachipampa, jamás lo cumplieron ni lo harán porque ya no es posible, ni existe el país de donde vinieron sus expertos a instalar la maquinaria y tecnología (URSS). Hagamos otra cosa que exigir y mantener en el pliego de peticiones que esta planta funcione.

Mientras no se asuma con responsabilidad este asunto, seguirán los gastos en esta “empresa”. EMKAR, elefante blanco, sencillamente no existe. Hay que pensar en otro desafío pero real, inmediato, rentable, sustentable y que se garantice la carga de minerales. Sólo para encender el horno kivcer de Karachipampa se requieren 51.100 toneladas año de zinc, plomo y plata. ¿Tenemos esta cantidad? ¿Esperaremos a que el Cerro Rico se desplome y luego carguemos a rayo abierto lo poco que todavía queda en cercanías a EMKAR?
Potosí, el Cerro Rico y Karachipampa motivo de pensar para todos.