Opinion

La luz
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Martes, 27 Junio, 2017 - 16:34

Valorar: 
Average: 5 (1 vote)

A partir de este invierno pagaremos más por el consumo de energía eléctrica. Según los cálculos el incremento irá desde 90 centavos hasta un máximo de 30 bolivianos. En promedio, cerca de tres millones de la población pagarán Bs. 4.00 como incremento mensual.

No podemos negar que este servicio se ha extendido notablemente en el territorio nacional. Es difícil encontrar alguna población rural que no tenga esta energía domiciliaria. Ya no se compra ni lleva dificultosamente el kerosene para el mechero rústico y artesanal que era normal en una morada en el campo. Ahora es suficiente apretar el interruptor y se hace la luz.

Por el incremento del 3% de las tarifas por el consumo de energía eléctrica, aprobado por la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Electricidad, (AE), ya se tiene movilizaciones de protesta para revertir esta medida, calificada de atentatoria a la economía familiar. La COB convocó a un ampliado nacional para tratar este asunto y se anticipa que habrá oposición a este “tarifazo” como se ha venido en llamar.

¿Quién se beneficia con este incremento? ¿A dónde irá la plata que se recaude por esta medida? ¿Mejorará el alumbrado público? ¿Se llevará energía a los barrios, zonas o el área dispersa donde todavía no se tiene este servicio? La explicación de las autoridades del ramo fue categórica: se pagará más por el costo de los recursos termoeléctricos con que se genera la energía eléctrica en el país.

Según los datos que se tienen, un poco menos del 40% de energía que se consume en Bolivia proviene de las generadoras hidroeléctricas, el resto de las termoeléctricas que trabajan con gas natural. Lo que preocupa es que cada vez más los recursos hídricos en el Bolivia son menos. Nuestras cuencas de agua disminuyen en su caudal o se secan. Nuestras cordilleras ya no tienen nieve por el calentamiento global. Por la falta de agua en muchas poblaciones rurales la migración se hace visible. No es necesario ser investigador meticuloso para darse cuenta que hay lugares cercanos a nosotros donde no hay agua ni para los animales, peor para el consumo doméstico.

Otro factor: cada vez más el frio es intenso, las temperaturas bajan, entonces en las ciudades se recurre a la estufa. Veamos las oficinas públicas donde se tiene aire acondicionado, ahora también en los domicilios particulares. Esto no es malo, es más bien una necesidad. ¿Pero el costo?

El gas natural es una bendición para producir energía eléctrica; pero es un recurso no renovable, es decir, se acaba. Bolivia es un país bendecido, los especialistas afirman que tenemos reservas de gas para unos 500 años, el petróleo nos alcanzará para unos 80 años más; pero no por eso hoy, los que vivimos en esta generación no tengamos que pensar en el futuro. ¿Qué quedará para nuestros herederos?

No pocos bolivianos dependen de la biomasa como energía como combustión para la cocción de sus alimentos: leña, carbón; pero cada vez más hay que recorrer muchos kilómetros para abastecer al hogar de estos recursos. También se agotan.

El potencial geotérmico que tiene Bolivia para producir energía continúa en estudio, especialmente en cercanías de Laguna Colorada, sudoeste potosino. En el aprovechamiento de energía solar no se tienen avances importantes, sólo en captaciones domiciliarias a pequeña escala. Otra posibilidad es la energía eólica que de vez en cuando hace noticia; pero requiere mucha inversión, al igual que el aprovechamiento de minerales radioactivos y nucleares que son alternativas.

El problema de la energía se advierte difícil al futuro. Es necesario avizorar una política de Estado que se comparta entre todos.

-------------------

 

S-270617