Opinion

HUELLAS EN LA HISTORIA
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Lunes, 28 Noviembre, 2016 - 12:02

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En los años que existe Bolivia en el consenso mundial se destacan tres momentos históricos claramente definidos que tienen connotaciones políticas, económicas y sociales; pero tienen en común el mantener la dependencia de economías externas como país.

Cuando nace la República de Bolivia aparecen nuevos amos luego de que los españoles son derrotados en la guerra independentista, son los mismos caudillos de la subversión que se reparten las grandes propiedades que habían sido apropiados por los íberos, se mantiene el orden económico y social caracterizado por el dominio, el sojuzgamiento y explotación de los indígenas.

Todo intento de exigir derechos de los nativos es acallado con crudeza, severidad y negación a las tierras; siguen siendo los explotados en las grandes haciendas y las minas; producen materias primas para satisfacer los intereses de los nuevos amos, en ocasiones más crueles que los mismos españoles, se niega el derecho de ciudadanía, a la escolarización masiva, la relación entre el pueblo indígena y la dominación criolla es a través de los caciques apoderados.

Cuando surgen otros países independientes a lo largo y ancho de América Latina, sus economías son absolutamente dependientes y los gobiernos oligárquicos aceptan el ingreso de capitales extranjeros y el endeudamiento se hace extremo porque se pide crédito hasta para pagar intereses. 

La Guerra del Chaco es clave para adquirir conciencia de nacionalismo. Aquí surgen líderes de la clase media, comienza la influencia de las ideas políticas sobre el conjunto del pueblo boliviano hasta convergir en la Revolución de 1952 encabezado mayoritariamente por el MNR pero también aparecen otras agrupaciones políticas, entre ellas de tendencia izquierdista. La clase media y campesina toma participación.

Durante toda la etapa de las dictaduras, (1965-1982), los obreros organizados en sindicatos son los primeros movimientos sociales que toman en cuenta a los menospreciados en la primera etapa poscolonial de Bolivia. Los gobiernos de facto son combatidos por la izquierda boliviana, encabezados por dirigentes universitarios, clase media. Llegan al gobierno con la UDP y así sucesivamente. Se consolida el sistema democrático aunque no se profundiza porque se mantiene el desprecio étnico, la exclusión, y aparecen las nuevas élites políticas e intelectuales que predican la igualdad; pero una vez en el poder, se olvidan de la “izquierda”, varios de sus líderes, en los años 90s se alían con los partidos de derecha.

En estas dos etapas de la historia boliviana se acepta el poderío externo, primero de Europa y luego de EE.UU. de Norte América que se convierte en el gendarme de los países latinoamericanos, controla sus relaciones, impulsa la ascensión de gobiernos serviles, acumula las materias primas, estrangula sus economías a través de empréstitos, las bases militares en varias partes de los países latinoamericanos son expresión de dominio.

Con los albores del Siglo XXI América Latina vive otra etapa, ingresan en el escenario los Movimientos Sociales, organizaciones no siempre obreras; pero expresadas en sindicatos y federaciones campesinas; las Centrales Únicas de Trabajadores, los Movimientos Sin Tierra o el Partido de Los trabajadores, desde Venezuela para abajo. En Bolivia asciende al poder un indígena, apoyado precisamente por una masa despreciadas, explotada, humillada antes y después de la creación de Bolivia.

También en esta última etapa histórica la economía de América Latina, por tanto boliviana, es dependiente. Ahora no de Europa o Estados Unidos sino de los países asiáticos, especialmente China que emerge como nuevo amo del mundo, junto a la economía de la India y Brasil en nuestro Continente.

¿Qué rol jugamos en este escenario como Estado Boliviano? ¿Hacia dónde apunta nuestra economía? ¿No estamos invadidos de todo lo foráneo en nuestros mercados? 

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S-221116